Precedentes.-
Las primeras bibliotecas públicas en Extremadura surgieron en el siglo XIX. La Biblioteca Pública de Cáceres tiene sus orígenes en la primera mitad de dicho siglo, cuando las medidas legislativas de desamortización eclesiástica hacen necesario recoger los documentos y efectos artísticos de los monasterios y conventos suprimidos y depositarlos en el Instituto de Segunda Enseñanza, que sustituyó al Real Colegio de Humanidades creado por la Compañía de Jesús. Esta primera sede de la Biblioteca se ubicaba en el edificio del antiguo noviciado de los jesuitas, junto a la iglesia de la Preciosa Sangre.
La Biblioteca de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Badajoz se creó a finales de 1870.
A comienzos del XX sólo las familias ricas podían comprar libros para leerlos y formarse ellos y sus hijos, además de que eran los que sabían leer correctamente pues iban a colegios de órdenes religiosas o estudiaban carreras. En sus grandes casas una habitación, que daba prestigio, era la biblioteca-despacho.
Pero las clases trabajadoras no podían permitirse comprar libros, por falta de dinero y porque eran analfabetas en su mayor parte. Cuando un niño cumplía los diez años tenía que “quitarse” de la escuela para trabajar ayudando a la familia.
-Por ello, desde que se inauguró en Montijo la Sociedad Obrera “La Defensa” en 1902 empezarían a comprar algunos libros, revistas y novelas de dramas rurales, pues había algunos compañeros que daban clases nocturnas de alfabetización a sus socios o sus hijos.
-El Círculo de Artesanos “El Progreso” empezó a organizar una biblioteca en el año 1915/16 por iniciativa de algunos socios intelectuales, para lo cual se destinó una sala y se fabricaron vitrinas y mesas. Se compraron tratados de artesanía para consulta profesional de los socios, novelas, poesías, historia, etc. de todos los autores conocidos: Pio Baroja, Blasco Ibañez, Calderón de la Barca, Pérez Galdós, Unamuno, Valle Inclán, Pereda, Valera, Alejandro Dumas, Dikens, etc., además de periódicos y revistas de todas las ideologías.
-La Comunidad de Labradores montó en 1919 en su nuevo edificio, a iniciativa de su secretario Julio García Pérez, una estupenda biblioteca integrada por tratados de agricultura y ganadería para sus socios.
Foto de las estanterías de la Biblioteca de la Comunidad de Labradores tomada de La Ventana Digital.
-Las directivas de la Sociedad Obrera “La Defensa” pedirían repetidamente al Ayuntamiento, desde los años veinte, que abriese una Biblioteca Pública. En el Archivo Histórico del pueblo existe un escrito de 30 de diciembre de 1924, durante la dictadura de Primo de Rivera, donde solicitaba la Federación Local de Sociedades Obreras, entre otras cosas, que se construyese una Biblioteca Pública.
Escrito de la Federación Local de Sociedades Obreras de 30 de diciembre de 1924.
La Agrupación Socialista de Montijo pidió en el pleno del Ayuntamiento de 20 de julio de 1932, cuando gobernaban en la República, se abriese una “Biblioteca Popular”. El alcalde Miguel Merino Rodríguez propuso que se instalase en las escuelas de forma interina, pues deseaba que los hijos de los trabajadores tuviesen una formación que el no pudo tener cuando niño por falta de medios.
La Federación Local de Sociedades Obreras pidió en el pleno de 11 de marzo de 1933 “la creación de una Biblioteca Popular” entre otras cosas. En el pleno de enero de 1934 volvieron a pedir “una biblioteca pública de instrucción y recreo”.
Pero no tenemos constancia de que durante esos años de la República se abriese una biblioteca municipal.
-Hay que recordar una biblioteca de un colegio público montijano, muy interesante. Durante esos años de la República, los maestros freinetistas del Grupo Escolar “14 de Abril”, situado en la actual calle Sagunto, solicitaron al Patronato de las Misiones Pedagógicas que le enviaran un lote de libros. Y le contestaron afirmativamente enviándoles bastantes ejemplares de literatura clásica española o de escritores progresistas.
En la guerra civil esta biblioteca escolar sufrió una purga pero, aún así, se conservan en la actualidad unos 20 ejemplares en la escuela Virgen de Barbaño.
Foto de los libros cedida por Lourdes Sánchez Barrena.
Inauguración de la primera Biblioteca Municipal
-El domingo 28 de octubre de 1945 fue inaugurada oficialmente la Escuela de Artes y Oficios y el Cuartel del Frente de Juventudes en el nuevo edificio de la carretera de la Estación, siendo alcalde Pedro Carretero Moreno.
Foto de VISAM de las Escuelas.
El equipo de profesores junto a la Corporación Municipal comenzó a luchar para abrir en una sala una biblioteca municipal. A tal fin se formó un Patronato Rector encargado de regir el centro, que estaba presidido por Pedro Miguel Rodríguez Bautista (presidente durante mucho tiempo de la Comunidad de Labradores y que había sido alcalde por el Partido Republicano Radical desde octubre de 1934 a febrero de 1936). Y gestionaron ante los organismo competentes la constitución de este centro cultural.
La Comisión de Eras del Ayuntamiento fue la promotora, la dirección de las Escuelas de Artes y Oficios cedió una sala a tal fin; la puerta de la Biblioteca era la última, donde hoy está el SEXPE, antes de ella estaba la clase de Cultura General.
Le encargaron a un carpintero, posiblemente Mariano Aunión que era profesor de las Escuelas, la construcción de ocho librerías-armarios que costaron 2.500 pesetas.
En la Comisión Municipal Permanente de 18 de marzo de 1950 leyó el alcalde Lucas Rodilla Picón “Escrito que suscribe el Señor Presidente de la Junta Rectora de la Biblioteca Municipal don Pedro Miguel Rodríguez Bautista, solicitando del Ayuntamiento se le conceda a dicho centro cultural el siguiente material que se considera indispensable: un libro de actas, un libro de entradas y salidas de correspondencia, 500 oficios timbrados, 500 sobres timbrados, 500 cuartillas, un sello de caucho y un tampón, una botella de tinta, una caja de plumas y cuarenta talonarios de entrega de libros. Lo que se concede”.
En la Comisión Municipal Permanente del día 17 de diciembre de 1950 se acordó conceder una subvención anual de 1.500 pesetas a la Escuela de Formación Profesional y “600 pesetas, por primera vez, para el encargado de la Biblioteca Municipal”.
La primera Biblioteca Pública Municipal se abría, por fin, el día 19 de marzo de 1951, fiesta de “San José Obrero”.
Al principio eran los aprendices de las Escuelas arriba citadas los encargados de la biblioteca, en turnos, bajo la supervisión de su director el maestro de escuelas Antonio López y López.
A partir del mes de septiembre u octubre de 1951 entró como alcalde José de Tena Hidalgo.
La biblioteca se inició con un fondo de libros de 600 volúmenes, que en 1957 rebasaban los 2.000 y en 1967 los 5.000. Se había conseguido, después de muchos años, que los hijos de los trabajadores pudieran leer libros para formarse pero, como durante la Dictadura había una gran censura en los libros que se podían exponer en las bibliotecas, aquellos jóvenes no pudieron leer a todos los escritores españoles o extranjeros de ideas progresistas, liberales o de izquierdas. Para acceder a ellos existía un mercado clandestino de libros al margen de las instituciones oficiales.
Un artículo de la Revista de Ferias de 1957 escrito por Librófilo decía que tenían ya más de 2.000 libros, “y no obstante la localización tan inadecuada en el extrarradio de la población, el número de lectores anuales excede de los 8.000, incluido el servicio de préstamo a domicilio. El actual Ayuntamiento ha logrado introducir en su presupuesto la cantidad de 1.800 pesetas que, aunque insignificante, ha hecho posible tener una encargada de la Biblioteca, antigua alumna de la Escuela Profesional, que atiende al servicio de lectura y al de préstamo durante todo el año a base de dos horas diarias…”
La primera bibliotecaria fue María García Muñoz, hija del zapatero Domingo García Mela que tenía su taller en el Campo de la Iglesia, casado con María Muñoz que era reparadora de calzados en el taller de Andrés Garay en la calle de Arcos. Tuvieron cinco hijos. Estos estuvieron aprendiendo en la escuela de D. Eduardo Núñez “el chiquito” y eran listos.
María empezó a aprender Corte y Confección en las Escuelas de Artes y Oficios desde el año 1951 y, como era una alumna aventajada, el director D. Antonio López le propuso en 1953 que se encargara de la Biblioteca Municipal, cosa que María aceptó. Se convirtió así en la primera bibliotecaria de Montijo. Abría dos horas por las tardes, desde las 19 a las 21 horas, y cobraba al mes 200 pesetas del Ayuntamiento.
Según nos cuenta María “había libros de todo tipo, novelas de Julio Verne, Fiódor Dostoyevski, etc., de historia, de teatro clásico, revistas; periódicos no se compraban. Había usuarios que no devolvían los libros que se llevaban. Yo hacía las fichas de los libros. Algunas personas iban mucho por la biblioteca y leían mucho, como Manuel Regalado, Santos Moreno…”
En el año 1961 se casó María con Fausto García, transportista, y dejó su trabajo de bibliotecaria para dedicarse al hogar y al cuidado de sus hijos. Ante ello el Ayuntamiento contrató a María Sánchez, Divulgadora de la Sección Femenina.
En la Revista de Ferias de 1963 decía el alcalde Pedro Pinilla Porras que la Biblioteca “va a tener ya 4.000 libros”.
Traslado a los bajos de la Plaza de Abastos
En la Revista de Ferias de 1967 decía el alcalde Francisco Alarcón Thomas que el Ayuntamiento «ha creado, ha adaptado mediante obras y ha modernizado la Biblioteca Pública Municipal, sin perder de vista el capítulo principal como es la adquisición de libros. Allí, me consta, hay toda clase de libros de consultas de las distintas ramas del saber humano, literatura antigua y los últimos premios… el número de visitantes es muy limitado, de modo que las inquietudes intelectuales no debe ser muy agobiantes…». La habían trasladado a los bajos de la Plaza de Abastos.
En la misma revista decía Librófilo: “… sin embargo, es lamentable que pase casi desapercibida por la mayoría de la población… También supone un gran servicio para las promociones de nuevos estudiantes con la creación del Instituto de Enseñanza Media, al poseer en el centro libros de consultas en abundancia…”.
Foto de VISAM de la fachada de la Biblioteca Pública Municipal.
Era bibliotecaria encargada Ana González Zoydo, funcionaria del Ayuntamiento, y auxiliar María Sánchez.
Foto de Manuel Vargas, realizada en 1983, donde se ven a la izquierda las estanterías antiguas y a la derecha las nuevas, metálicas. Aparece en la foto María Sánchez.
En el verano de 1974 Vicenta Álvarez Rodríguez y María Gloria Guisado Durán habían aprobado la Revalida de 6º de Bachillerato en el Instituto de Montijo, tenían dieciséis años y sus padres le dijeron que tenían que hacer el Servicio Social de la Sección Femenina, trabajo gratuito a la comunidad que ya no era obligatorio. Y ellas eligieron hacerlo en la Biblioteca.
Allí estuvieron los tres meses de verano dedicándose a poner al día las fichas de los libros, para catalogarlos, donde incluían reseñas sobre los argumentos. Iban tres días a la semana por las tardes. Sólo pudieron hacer unas 400 fichas entre las dos.
Las vitrinas antiguas de madera estaban cerradas con llaves que custodiaba María Sánchez.
Recuerda Vicenta que “había libros de literatura, de historia, novelas de José Luís Martín Vigil (jesuita que fue expulsado de la orden y, después como sacerdote, por pederastia), de Carmen Laforet, de Antonio Machado muy poco, nada de Ramón J. Sender, García Lorca o Miguel Hernández, pues había censura en las bibliotecas públicas.
Había libros de la serie “Los Cinco” de la escritora escocesa Enid Blyton, donde se narra las aventuras de cinco jóvenes amigos, que era muy popular entre los niños y jóvenes. También había muchos librillos de Ejercicios Espirituales…”.
Cada año se adquirían unos 250 libros, suministrados por el Centro Coordinador de Bibliotecas y el Servicio Nacional de Lectura.
En la Revista de Ferias de 1983 venía un artículo de María del Carmen Zamora del Castillo, concejal del PSOE, sobre la biblioteca donde se decía: «… La Biblioteca Municipal… a pesar de llevar en funcionamiento muchos años, no ha mejorado nada la calidad de sus servicios, viéndose reducida en la actualidad a un mero almacén de libros… ni reúne las condiciones mínimas… ni cuenta con el personal adecuado para atender las demandas culturales, y no sólo de lectura, que se puedan suscitar… el volumen de fondo bibliográfico resulta más que aceptable… quizá la carencia más notoria entre todas resulte ser la falta de interés que sienten por ella los montijanos… la situación a la que aparece abocada:el abandono y el olvido total…”
En otro artículo se decía que la Biblioteca “se encuentra en un lugar poco digno y con unas condiciones nada atractivas para los lectores. Por ello, la Corporación va a construir unas nuevas instalaciones en el lugar en que se encuentra actualmente el Juzgado, dentro de la obra global que va a comenzar próximamente del nuevo Ayuntamiento…». Era alcalde Juan Carlos Molano Gragera.
La Corporación proyectó en 1984 una obra de ensanche y remodelación del edificio del Ayuntamiento. Para ello trasladó el Juzgado (que estaba en la casa colindante a aquél propiedad del municipio) a los bajos de la Plaza de Abastos, por lo que se trasladó provisionalmente la Biblioteca a la Casa del Navegante hasta que se terminasen las obras de la nueva Casa de la Cultura en las antiguas escuelas Padre Manjón.
Traslado al antiguo Pósito
A finales de 1986 se inauguró la nueva Biblioteca en los bajos del antiguo edificio del Pósito y escuelas Padre Manjón, en el Campo de la Iglesia, con la presencia del Consejero de Educación y Cultura Francisco España Fuentes. La primera bibliotecaria, funcionaria por oposiciones, fue Antonia Gómez Quintana quien procedió a una reorganización completa de la Biblioteca.
Acto de inauguración de la nueva Biblioteca donde aparece a la derecha el Consejero de Cultura Francisco España. Foto de Manuel Vargas cedida por Manuel García Cienfuegos.
En la Revista de Ferias de ese año venía un artículo de Antonia Gómez “Nuevas perspectivas para la Biblioteca” donde decía: “… Son muchas las nuevas perspectivas que se abren a todos ante la reanimación de sus estructuras. Atrás queda aquel viejo y semiderruido edificio que hasta ahora ha albergado sus obsoletas instalaciones de inadecuada ubicación y espacios poco flexibles…
Los diez mil volúmenes con los que cuenta la Biblioteca Municipal…”.
En los nuevos locales se separó la Biblioteca Infantil de la de Adultos, se creó una Junta de Biblioteca integrada por la bibliotecaria, concejales y ciudadanos interesados en la lectura, y se comenzaría a organizar una Feria del Libro en colaboración con las librerías.
Después, durante la alcaldía de Mercedes Molina Blanco, Antonia pasó a ser Archivera Municipal y se sacó la plaza de Bibliotecario a oposiciones aprobando José Antonio Teodoro que continúa en la actualidad, ayudándole como auxiliar Julia Coco.
Traslado al antiguo Centro de Salud
-En el año 2015, durante la alcaldía de Alfonso Pantoja, se trasladó la biblioteca al antiguo Centro de Salud de la calle San Antonio, inaugurándose en el mes de marzo de dicho año.
Foto publicada en la página web de la Biblioteca Pública Municipal María Jesús Rodríguez Villa.