Ana Mesa, una librepensadora del siglo XIX en Montijo

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En mi blog historiasdemontijo.com publiqué, el día 18 de febrero de 2021, un artículo titulado “Mujeres por la igualdad en la historia de Montijo” donde hacía una semblanza de esta mujer, que nació en Lobón pero vivió muchos años en nuestro pueblo. Ana Mesa ….. (desconozco aún su segundo apellido) vivía en Lobón, se casó con ….. Rodríguez García (sastre), y allí nació su hijo Bernabé Rodríguez Mesa en 1858. Eran una familia de artesanos.

Otro hijo era Justo Rodríguez Mesa que nació en 1865, fue Guardia Civil, se casó con la montijana Francisca Facundo vivieron en la calle Puerta del Sol y tuvieron siete hijos, uno de ellos era la abuela de Pepa Huertas. (datos facilitados por el Registro Civil de Montijo). El día 21 de noviembre de 1913 murió de tuberculosis Justo Rodríguez Mesa y tenía 48 años.

Ana Mesa y su esposo tuvieron otras dos hijas: Catalina y Josefa R.M.                                                                                                           El ambiente conservador que se vivía en estos pueblos lo demuestra un hecho acontecido en octubre de 1868 al comienzo de la Gloriosa Revolución. La Junta provisional de Gobierno de Lobón, integrada por progresistas y republicanos, tomó el primer acuerdo de tratar de separar de su cargo al teniente de cura debido al “odio mortal que tan justamente tienen estos habitantes a Don Cristóbal Martín Lozano… a causa de que el proceder de este no está conforme con las buenas ideas y sentimientos humanitarios de que debe estar rebestido todo sacerdote…el torcido proceder del presbítero Martín…”, “es enemigo acérrimo de las instituciones que felizmente han renacido…” Sería un cura absolutista y reaccionario, su familia era gran contribuyente, su padre había ocupado cargos municipales y en las cofradías durante el absolutismo de Fernando VII.                                      En el mes de marzo de 1871 ocurrió la Comuna de París que supuso un aldabonazo para todas las que soñaban con una sociedad igualitaria, entre las que se encontraba Ana Mesa. Elisabeth Dmitrieff (1851 – 1910 o 1918) fue la hija de un oficial zarista, muy activa en su juventud en los círculos socialistas de San Petersburgo, conoció en Suiza a Karl Marx quien la envió en marzo de 1871, a los 20 años de edad, a cubrir los eventos de la Comuna. Finalmente llegó a ser protagonista de esos eventos, fundando con Nathalie Lemel L’Unión des Femmes, La Unión de Mujeres, el 11 de abril de 1871, que tuvieron un gran protagonismo en la revolución de la Comuna parisina.               El proyecto de Constitución Federal de la I República española, de 1873, recogía la separación de la Iglesia y el Estado, las subvenciones a los cultos, los nacimientos, matrimonios y defunciones pasarían a registrarse por los Juzgados y no por la Iglesia. El 24 de agosto de aquél año se eligió en Lobón un Ayuntamiento republicano cuyo alcalde era Hipólito Barragán …. En agosto de 1874 empezó a desempeñar el cargo de Administrador de Rentas de Montijo, por lo que se trasladó a vivir aquí dimitiendo de alcalde de Lobón.

Como Bernabé nació por el año 1858, Ana Mesa podría haber nacido unos veinticinco o treinta años antes (1833-38), con lo que tendría durante la I República unos cuarenta o cuarenta y cinco años, viviendola intensamente.                                                La Constitución de la Restauración canovista de 1876, en su artículo 11, declaraba religión oficial del Estado a la Católica, Apostólica y Romana. El Estado debía mantener al clero y al culto, no se permitían ceremonias públicas de otras religiones.

Ana y su familia se trasladaron a vivir a Montijo a comienzos de los años ochenta del siglo XIX, seguramente por el fallecimiento del esposo de Ana. En 1884 tenía Bernabé Rodríguez Mesa 26 años, vivía con su familia en la calle Carreras nº 42 de Montijo: su madre Ana, la hermana del padre, Marina Rodríguez García, las hermanas de Bernabé Catalina y Josefa R.M. solteras como el.

El día 19 de agosto de 1894, siendo alcalde de Montijo Antonio Mateo Pinilla, del Partido Conservador, y concejales los republicanos Juan Antonio Codes Rodríguez y Alonso Barragán Reinoso, se presentó en el pleno de la Corporación “una instancia dirigida al Ayuntamiento por Ana Mesa y su hijo D. Bernabé Rodríguez, para poner en conocimiento del Cuerpo Municipal, a fin de que conste reconocimiento público, que renuncian en absoluto a la Religión Católica, Apostólica y Romana y que son de ideas librepensadoras”. Este acto demostraba la valentía y el profundo pensamiento librepensador de Ana y de su hijo, en aquél Montijo conservador dominado por el caciquismo.           El Ayuntamiento se dio por enterado.

Otros librepensadores de Montijo en aquellos años eran los siguientes.

Una carta enviada por el republicano Cipriano Prieto Guzmán en un periódico de Badajoz, de junio de 1894 criticaba a un sacerdote de Montijo por atacarle por casarse civílmente: “… estoy dispuesto a que no se insulte ni de esa forma ni de ninguna a esta persona que profesa ideas liberales. Y, por último debo prevenir, tanto a dicho sacerdote como a todos sus compañeros, que mi misión es la de propagar el libre pensamiento y, pese a quien pese, mi unión sera civilmente y ahora con mas ardor que nunca…». Cipriano Prieto tenía un salón donde acudían las clases medias, fue uno de los fundadores del Centro Obrero “La Defensa” en el año 1901, era republicano y en 1903 salió concejal por el Centro. Fue subsecretario de la primera directiva del Círculo de Artesanos «El Pro­greso» en 1901.

En la revista “La Cotorra” del 3 de marzo de 1895 se publicaba que Alonso Barragán Reinoso estaba casado con una hermana de Bernabé Rodríguez Mesa (¿Catalina?). Este matrimonio, junto con Francisco Pedro Rodríguez Gómez y Francisco Salomé Rodríguez Gómez (seguramente eran familiares de Bernabé) escribieron al Ayuntamiento comunicándole “que no pertenecen a la religión católica… y que se dé conocimiento de ello al cura párroco”. Es decir, fueron seis los que se hicieron apóstatas.

Bernabé Rodríguez Mesa era sastre de caballeros y vendedor de libros, de ideas republicanas y perteneció a la masonería. Dicen Fernando Cortés Cortés y Manuel García Cienfuegos en su artículo “Una tourné de Merceditas Sosa y Juan Fabre”, publicado en el periódico Crónicas de un Pueblo el 1 de agosto de 2019: “…. El maestro Bernabé era corresponsal de las principales casas editoriales de Madrid y Barcelona, centro de suscripciones y vendía toda clase de libros, en su taller de la calle Coso, núm. 4, hoy calle Antonio Maura… La sastrería de Rodríguez Mesa, dicen las crónicas, que tenía el atrayente nombre comercial de “La Elegante”.

Debió nacer en 1858, pues en el padrón parroquial de 1884 tenía veintiséis años, vivía en la calle Carreras núm. 42 con su madre Ana, y sus hermanas Catalina y Josefa, solteras como él, y su tía María. Fue fundador y socio del Círculo de Artesanos, hoy Casino, influyendo en sus principios y fines. Rodríguez Mesa fue corresponsal del diario republicano “La Región Extremeña”, periódico continuador de “La Crónica”…

Ana era una mujer valiente a la que no le daba miedo en aquella sociedad conservadora hacer públicas sus ideas agnósticas y librepensadoras. Seguramente habría en Montijo más mujeres que pensaban como ella.

En este pueblo había en 1873 uno Comité Local del Partido Republicano Federal, sus afiliados pertenecían a la clase artesanal e intelectuales de la clase media.

Ana vivía ya en Montijo en el año 1884 con su hermana y tres hijos, pero no el marido (¿habría muerto o estaban separados?), seguramente vendrían años antes a nuestro pueblo, y se dedicaban a la sastrería y camisería. Nos encontramos con una familia de republicanos loboneros en el Montijo conservador del último tercio del siglo XIX.

En mi libro “Masones y republicanos en Montijo (1808 – 1936)”, autoeditado en 1991, expongo una serie de datos que nos interesan resaltar.

Gracias a la Ley de Libertad de Asociaciones de 1881 se legalizó en España el Partido Republicano Federal, en agosto de 1883 tuvo lugar la sublevación de Badajoz contra la Monarquía organizada por el Partido Republicano Progresista que dirigía Ruíz Zorrilla, Narciso Bravo y Mateo fue republicano activo durante la 1ª República de 1873, alcalde por el Partido Demócrata Progresista en 1884 y Juez Municipal en 1886, el 18 de enero de 1886 se formó en Montijo el Comité Local republicano integrado, entre otros, por Bernabé Rodríguez Mesa, Juan Antonio Codes Rodríguez y Alonso Barragán Reinoso.

Desde el año 1893 existía en Montijo el Triángulo “Lealtad Masónica” N.º 105 donde se afiliaron los arriba citados en el año 1897. Ya en 1895 habían fundado con otros la revista montijana “La Cotorra” y recordemos que un año antes habían comunicado su apostasía Ana Mesa y su hijo Bernabé.

En la revista “La Cotorra” de 1895 se publicitaba Bernabé de esta forma: “Bernabé Rodríguez, sastre, pone a disposición del público un variado y baratísimo surtido de géneros, de la acreditada casa de D. Prudencio García, de Badajoz, para trajes de caballeros. Corresponsal de las principales casas editoriales de Madrid y Barcelona. Centro de Suscripciones. Venta de toda clase de libros. Calle Coso, 4. Montijo.”

Dibujo de una librepensadora tomado de gettyimages-1008447460-612×61.

En la casa de Bernabé había una buena biblioteca de libros de autores liberales, como Voltaire, Rousseau, etc., hasta de republicanos destacados como Pi y Margall, Castelar, Ruíz Zorrilla, etc., de las librepensadoras europeas del siglo XIX, etc.

Ana Mesa estaba influenciada por las librepensadoras del último tercio del siglo XIX

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Foto de Belén de Sárraga Hernández.

Para comprender como Ana Mesa y algunas montijanas más se hicieron librepensadoras tenemos que ver la influencia de todo un movimiento de mujeres que se desarrolló en los últimos años del siglo XIX.

Manuel Almisas Albéndiz escribe en su artículo “Feminismo: el legado de las librepensadoras. Descubriendo a Dolores Zea”, en el periódico El Plural del 4 de octubre del 2020: “…En marzo de 1891 la obrera textil y anarquista Teresa Claramunt y la camisera Joaquina Matas crearon en Barcelona la “Sociedad Autónoma de Trabajadoras”… La pionera de las mujeres librepensadoras fue la poetisa sevillana Amalia Domingo Soler quien fundó en 1879 un semanario “La Luz del Porvenir” en Barcelona y se volcó en apoyar la enseñanza laica y librepensadora.

En febrero de 1886 asistió en esa ciudad a un mitin de la Confederación Universal de Librepensadores”… a partir de 1891, se sumará a esta militancia librepensadora otra mujer, sevillana también y recién llegada a Barcelona, la poetisa y dramaturga Ángeles López de Ayala, teniendo ambas una presencia constante en los mítines en defensa del laicismo en la enseñanza, el anticlericalismo y el librepensamiento barcelonés y catalán. Pero hasta ese momento no se habían propuesto organizar a las muchas mujeres que frecuentaban esos ambientes republicanos, espiritistas y masones…                          Belén Sárraga Hernández, de apenas 20 años de edad y natural de Valladolid, en contacto con las dos anteriores se convirtió en la presidenta de la «Asociación de Mujeres Librepensadoras» de Barcelona en febrero de 1896. Era la segunda sociedad de mujeres organizadas… se trasladara a la ciudad de Valencia. Allí se llevó la primera revista feminista que había fundado en junio en Barcelona, La Conciencia Libre, y creó por fin la «Asociación General Femenina» en 1897 con el concurso inestimable de las hermanas gaditanas Amalia y Ana Carvia Bernal, fundándose sucursales en Cádiz y Huelva, y en varios pueblos de la provincia de Valencia.

Pintura tomada de gettyimages-1008461472-612×61.

Finalmente, en mayo de 1898, Ángeles López de Ayala fundará en Barcelona otra asociación feminista y librepensadora que tendrá un próspero recorrido de más de dos décadas, la «Sociedad Progresiva Femenina», cuya presidenta de honor de por vida fue Amalia Domingo Soler. Al servicio de esta asociación feminista pondrá su diario El Progreso, que también se convirtió en «órgano de todas las sociedades femeninas y de las mujeres obreras»… la malagueña Dolores Zea Urbano, maestra de profesión, que también siguió la estela… en Barcelona de la década de 1890. Allí fue, nada menos, desde su fundación, que la Secretaria de la «Sociedad Progresiva Femenina» durante ocho años, ejerciendo de maestra laica, administradora de El Progreso, directora y profesora…  Las Dominicales del Libre Pensamiento (Madrid) fue un semanario que vio la luz en 1883, y donde todas estas mujeres colaboraron con asiduidad.”

Ana Mesa falleció a comienzos del siglo XX.

Foto de Bernabé en su juventud.

Bernabé Rodríguez Mesa fue corresponsal del periódico republicano de Badajoz “La Regíon Extremeña” desde 1897 a 1913, perteneció al Comité Local del Partido Republicano centralista de Montijo en 1890 y fue vocal del Comité Provincial, fundador en 1901 y socio de número del Círculo de Artesanos “El Progreso”, en 1915 se publicitaba como “Sastrería de Bernabé Rodríguez Mesa. Centro de suscripciones, Comisión de Sellos de Cartulina y ampliación fotográfica. Montijo”. Cuando era mayor veía poco y tuvo que dedicarse a otros negocios para sobrevivir. En las primeras décadas del siglo XX, hasta que murió, se dedicaba a las ampliaciones fotográficas, “centro de suscripción fotos”, Comisión de Sellos de Cartas. Era intermediario de los fotógrafos de Badajoz que eran los que ampliaban las fotos. También vendía novelas.

Murió en la pobreza, dando ejemplo de una vida austera y solidaria, por el año 1916/17 en Montijo, su entierro fue multitudinario y fue enterrado en el Cementerio Civil con su madre y compañeros de ideales republicanos y librepensadores.

Durante la II República le pondría el Ayuntamiento a la plaza de Jesús “Plaza de Bernabé Rodríguez”. Su hermana Josefa Rodríguez Mesa falleció en Montijo en 1944 (está enterrada en el nicho nº 316 del Cuartel Virgen del Carmen).

Se acababa así la saga de una familia demócrata y progresista que lucharon contra el oscurantismo y las supersticiones sin importarles enfrentarse a los que dominaban aquella sociedad conservadora.

Juan Carlos Molano Gragera
Juan Carlos Molano Gragerahttp://historiasdemontijo.com
Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

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Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

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