EL EXILIO A MÉJICO DE ALEJANDRA MOLINA ZAMORA Y SUS HIJAS

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Juan Carlos Molano Gragera. Agosto de 2018.

En Montijo se comentó, en los años cuarenta, que la viuda de Pedro María Quintana Gragera, Alejandra María Molina Zamora, se había ido a Portugal en el año 1942 con sus dos hijas pequeñas Juana María y Elvira, acompañadas por dos huidos de las Colonias Penitenciarias Militarizadas, el conocido como “El Torero” y otro más. Que llegaron a Lisboa y ellas se fueron en un barco a Méjico, pero se desconocía si El Torero se fue también.
Alejandra era una empleada de hogar joven y guapa, natural de La Roca de la Sierra, que servía en casa de los Quintana, propietarios de tierras, en la calle Carreras. Se enamoró de ella un hijo -Pedro María Quintana- y se casaron a comienzos de la República, lo que provocó el escándalo en la familia y en el pueblo. Tuvieron dos hijas: Juana María y Elvira.
Pedro María era republicano, participaba en las actividades culturales del pueblo en esos años, escribía en las revistas locales y era corresponsal del periódico de Badajoz “La Libertad” donde reflejaba sus ideas (un artículo se llamaba “Los sin-Dios” donde proclamaba su agnosticismo). Su clase social no le perdonaba que “se hubiese pasado al otro bando” y cuando entraron las tropas sublevadas de Yagüe en Montijo, el día 13 de agosto de 1936, alguien con influencia en el pueblo (creemos que muy cercano a la Iglesia) les dijo que se lo llevasen a Badajoz. Fue fusilado en la plaza de toros cuando la columna Madrid tomó aquella ciudad.
Desde aquél día Alejandra Molina estaba proscrita en el pueblo, la familia del marido la rechazaban y casi nadie le ayudaba. Se les hizo el vacío como a todas las familias de “los rojos” que habían sido fusilados o encarcelados durante la guerra civil, lo que provocó que ella y sus dos hijas lo pasasen muy mal.

Elvira y Juana Quintana Molina fueron a la escuela de D. Eduardo Núñez «el chiquito». En la foto las vemos junto a Bartolomé Gómez Labado, otro huérfano de represaliado, Julián Guzmán Gragera, Antonio Tienza, etc. Foto de Julián M. Guzmán Ramos.

Empujada por este ambiente asfixiante Alejandra decidió irse a América con sus dos niñas a comenzar una nueva vida, para ello consiguió un salvoconducto para poder viajar a Lisboa y de allí se fue en barco a Méjico.

En Lisboa existía tras la finalización de la guerra civíl una oficina del Comité Intergubernamental para los Refugiados (CIR) que era vista por el dictador Oliveira Salazar con mucha desconfianza, pues trataban de enviar a América a los huidos republicanos españoles con documentación falsa. Ellos facilitaron a Ángela y sus dos hijas el traslado en barco a Méjico.

El Nyassa fue un vapor de pasajeros portugués que fue contratado por el gobierno de la Segunda República española en el exilio y algunas asociaciones de apoyo a los exiliados republicanos tras su derrota en la Guerra civil española, junto con el Flandre, el Mexique, el Ipanema y el Sinaia, para trasladar refugiados republicanos hasta Veracruz, en México, en 1942. El Nyassa dio tres viajes a Veracruz en el año 1942: el día 19 de marzo, el 22 de mayo y el 16 de octubre. El Serpa Pinto II hizo también el recorrido el 1 de octubre de 1942. ¿Tomaría Alejandra uno de esos barcos rumbo a Méjico?

En Méjico casó con un tal …..… Díaz y tuvieron un hijo.
En la revista de Ferias de 1986 escribió Manuel García Cienfuegos un artículo sobre Elvira Quintana (página 94) donde decía “Al quedar viuda la madre de Elvira emigra primeramente a Portugal y en 1942 se marcha a Méjico con sus dos hijas…”
Los datos que recopilé en Montijo sobre el preso fugado de las Colonias, El Torero, son: se llamaba Romualdo González Álvarez de Luna, era de Torre de Miguel Sesmero, muy bien plantado, él decía que “era liberal pero que los fascistas habían asesinado a un hermano suyo y él se llevó a varios por delante”, otro hermano suyo vivió en Montijo –Antonio González Álvarez de Luna- en la calle Alonso Rodríguez (en la casa de Pedro María Quintana y Alejandra Molina) y había sido Guardia de Asalto, tenían una hermana. Cuando murió Antonio, en Montijo, vino un sobrino suyo al entierro.
En el libro de José Luís Gutiérrez Casalá “Colonias Penitenciarias Militarizadas de Montijo” (Editora Regional de Extremadura. 2003), leemos en la página 60 una relación de evadidos de aquellas, registrados en el Archivo del Centro Penitenciario de Badajoz, pero no cita a Romualdo González. Tampoco lo cita en la relación completa de los presos que estuvieron allí vecinos de la provincia de Badajoz.
Mi padre, Juan Molano Calvo, fue Jefe Local de la Falange desde mediados de 1941 hasta octubre de 1942, ayudó a Alejandra en lo que pudo durante ese período pues su esposo -Pedro María Quintana- era primo segundo de mi padre y muy amigo. Mi padre se casó el día 30 de abril de 1942 y Alejandra Molina estuvo en la boda, lo que demuestra que ésta no se fue a Portugal antes de esa fecha.
En el libro “Hemorragia aguda” de Francisco M. Cebrián Andrino, editado por la Diputación Provincial en 2015, viene una biografía extensa de Romualdo que pasamos a transcribir.
En la página 271 dice “… esta historia de El Torero es un testimonio de su sobrino materno Miguel Carmona González (¿sería este el que estuvo en el entierro de su tío en Montijo?).
Los historiadores Manuel Díaz y María Jesús Milán me facilitan la Hoja de Servicios de Romualdo González Álvarez de Luna, extraída del Archivo General del Ministerio del Interior y de la que entresaco algunas referencias que modifican algunos datos que nos facilitó en su día su sobrino Miguel.
“El Torero” nació en Torre de Miguel Sesmero un tres de noviembre de 1891. Tenía el pelo negro, los ojos de color azules y una cicatriz en la parte izquierda de la nariz. Su estatura era de un metro seiscientos cuarenta y tres centímetros. Ingresó en el 21 Tercio de la Guardia Civil el 1-2-1914, en Barcelona, procedente del Regimiento de Infantería Castilla nº 16, en donde había ingresado tras una instrucción de tres meses y en donde permaneció desde el 3-5-1911 hasta el 31-1-1914. En este Regimiento, el día 1-10-1912 es ascendido al empleo de cabo de gastadores.
El 18 de enero de 1914 condujo hasta Algeciras un contingente de reclutas de la Caja de Badajoz destinados a Ceuta, incorporándose de nuevo a su puesto en Badajoz el día 24 de ese mismo mes y año. Fue éste uno de sus últimos, si no el último, servicios como cabo del Regimiento de Infantería Castilla nº 16.
Como ya dije, el 1-2-1914 ingresa en el Tercio de la Guardia Civil, concretamente en la 4ª Compañía de la Comandancia de la Guardia Civil del Este, con sede en Barcelona.
El 10-12-1914 se le concede el pase para continuar su servicio, en concurrencia de aspirante, en la 3ª Compañía de la Guardia Colonial del Golfo de Guinea. Acabó el año y permaneció hasta la rescisión de su contrato, a petición propia, el 30-11-1915.
En el Tercio de la Guardia Civil permaneció un año y diez meses, aunque lo había firmado por cuatro años al ingresar en el cuerpo.
El Coronel subinspector, D. Julián Aldir Villanueva, había comunicado, en fecha 5-11-1915, al Director General de la Guardia Civil los deseos de Romualdo.”
En la página 516 del libro se dan más datos de la hoja de servicios de Romualdo como los siguientes: “…Su padre se llamaba Antonio González Moreno y su madre María Dolores Álvarez… (Romualdo tenía tres hermanos y una hermana).
Como profesión habitual de Romualdo declaraba que era carpintero…
La afición que tenía al toreo le dio más de un problema en su etapa de Guardia Civil en Barcelona. Se le conocía por el nombre artístico de “El Extremeño” y toreó, antes de ingresar en la Guardia Civil, en muchas capeas y novilladas en pueblos de la provincia de Badajoz… Debió marchar a hacer el servicio militar, como voluntario, allá por los años 1911-1912 y coincidió con López Verdasco en la Benemérita en el año 1914, que es cuando es destinado a Barcelona y, por tanto, ese año es cuando comete la osadía de saltar a la Plaza de las Arenas, cuando estaba de servicio, a dar unos capotazos a un toro, lo que le costó salir del Cuerpo según relata su familia…”
En la pagina 520 del libro leemos: “Fue el torero Juan Belmonte quien le puso a Romualdo el sobrenombre “El Torero”.
En la página 516 se dice: “De lo que no cabe lugar a dudas es que era un excelente tirador porque tengo constancia de que asistió en Madrid a un concurso de tiro, tras ser seleccionado de entre sus compañeros cuando estaba en filas en el Regimiento Castilla nº 3 con sede en Badajoz.
El asesinato de un padre y su hijo, que el cometió, se perpetró a las seis de la mañana del 25 de diciembre de 1916 en la Torre de Miguel Sesmero (El Correo de la Mañana, de 26-12-1916. Todo venía precedido de una pelea que tres horas antes habían tenido Lorenzo, hermano de Romualdo, y Ramón, ya que este pedía relaciones a Clemencia, hermana de Lorenzo y Romualdo, y éstos no veían bien estas relaciones debido al carácter agresivo y pendenciero de Ramón.
Pelearon Ramón y Lorenzo y aquél asestó a éste varios cortes en la cara que lo desfiguraron. Este hecho propició la venganza de Romualdo y su padre.
La causa se vio en la Audiencia de Badajoz, los días 16, 17 y 18 de abril de 1918… El padre de Romualdo fue condenado a pena de diecisiete años, cuatro meses y un día de prisión, y Romualdo a cadena perpetua y pena de muerte respectivamente por cada uno de los dos asesinatos: el de Antonio Zambrano Tena y el de su hijo Ramón Zambrano Burguillos “El Piropo”(este había tenido anteriormente problemas con la justicia…)…
Romualdo recurrió la pena de muerte y le fue conmutada por cadena perpetua y por otra de veinte años, penas que estaba cumpliendo en el penal de El Dueso, en Santoña (Santander), cuando se fugó de este penal.
Nada más entrar en la prisión de Badajoz, después de habérsele leído la condena, Romualdo sufrió un colapso del que se recuperó sin problemas… los vigilantes de la prisión advirtieron a los familiares de Romualdo que éste y el padre estaban probablemente maquinando una posible fuga, por lo que la celda de ambos estaba siendo estrechamente vigilada.
El 24 de abril de 1918, Romualdo se había intentado suicidar en la cárcel de Badajoz con un pequeño hierro cortante que su padre tenía en la celda, ya que no pudo desarmar al vigilante con cuyo revolver pretendía o quitarse la vida o intentar una fuga. Se cortó las venas principales del brazo derecho y perdió mucha sangre, perdiendo el conocimiento momentáneamente (informaciones de “Nuevo Diario de Badajoz”, “Correo de la Mañana” y “Noticiario Extremeño”, de fechas 18, 19 y 25 de abril de 1918 respectivamente).
Para controlar a los reos, tuvieron que intervenir también fuerzas de Infantería que estaban de servicio en la cárcel y que ordenaron a los reclusos salieran al patio, quedando en la galería únicamente Romualdo y su padre.
Romualdo, que siguió cumpliendo condena en el Dueso (Santoña), escapó de este penal el seis de julio de 1923. En la fuga se topó, en la zona de Entrambasaguas en el término municipal de Hoznayo, con la pareja de la Guardia Civil que conducía a dos detenidos. Los guardias le echaron el alto, pero Romualdo disparó tres tiros contra ellos e hirió a uno… En un camión, cargado con alpargatas, consiguió huir Romualdo…
Sobre el incidente de Romualdo con Francisco Cañón Guerrero “El Quista”, contamos con la versión de un hijo de éste. Relata que su padre estaba viendo, en Torre de Miguel Sesmero, la becerrada en la que toreaba el vecino de ese pueblo apodado “El Torero” y no se dio cuenta que, sentado a su lado, se encontraba un hermano del espada. Ante las protestas de “El Quista”, por lo que el consideraba una mala faena, el hermano de Romualdo le recriminó el que se metiera con el. El Quista le respondió, que se metía con el hermano y con el que le diera la gana y, acto seguido, le bofeteó en la cara.
Se armó un tumulto en las gradas y El Quista, viendo que Romualdo venía hacia el con el estoque en su mano y que estaban varios hermanos y paisanos a su lado, puso pies en polvorosa y se dirigió hasta “El Barrio” donde se tuvo que esconder…”

En el libro “Tiempo perdido. La guerra civil en Almendral. 1936-1939”, de Francisco M. Cebrián Andrino, leemos en la página 338 la fuga del penal en un camión de alpargatas que fabricaban los presos en su taller. “Emprende la huida por campos y carreteras secundarias … Llega a su pueblo, saluda rápidamente a su madre y se oculta en el cementerio, escondido en un nicho, sale de noche a comer lo que su madre le llevaba… (dias después) emprendiendo la huida a Portugal. Se instala en Setúbal en casa de María Jesús Gonçalves Abreu, portuguesa de la que se enamora y a la que deja embarazada… De un segundo embarazo nace, el 12 de abril de 1930, una niña llamada Dolores González Gonçalves a la que inscribe en Olivenza, donde llegó Romualdo de incógnito arriesgando su vida. Cuando en febrero de 1936, el Frente Popular ganó las elecciones, Romualdo vino a España y se instaló en Torre de Miguel Sesmero con su prole. Allí le sorprendió el alzamiento militar. Sus hermanos Manuel y Antonio se van al frente republicano y el y Lorenzo se refugian en la sierra de Monsalud…”
Por lo que leemos, Romualdo tenía un hermano que se llamaba Antonio que coincide con lo que se comenta en Montijo y que vivió aquí en la calle Alonso Rodríguez.

Al comienzo de la guerra civil la familia de Romualdo, que eran de izquierda, sufrió la represión de los sublevados. En la página 526 del libro “Hemorragia aguda” leemos: “Genaro González Álvarez de Luna, hermano de El Torero, fue fusilado el 29-9-1936, a los 25 años de edad, por orden del Benemérito Manuel Pereita Vela.
Otros dos hermanos, Manuel y Miguel, que habían sido detenidos e internados en prisión, fueron puestos en libertad por orden del mismo Pereita Vela el 30-9-1936. Miguel, sin embargo, fue asesinado poco después.
Manuel fue promovido a sargento de guardias de asalto el 15 de noviembre de 1936… se le conocía en su pueblo con el apodo de “Lito”, murió en Madrid con el empleo de Teniente.” (no sabemos si se fue a la zona republicana y se estableció en Madrid)
En la página 293 del libro nos relata que, una nieta del practicante Francisco Triguero Crucero que había huido a la sierra de Monsalud cuando se tomó Bancarrota por los franquistas, le oyó decir a su abuela “que regularmente bajaba de la sierra un hombre (La persona que bajaba disfrazada de Guardia Civil bien pudiera tratarse del famoso “Torero” Romualdo González Álvarez de Luna, de la Torre de Miguel Sesmero, que aún conservaba su traje de Guardia Civil, del tiempo que pasó en ese cuerpo, o pudiera referirse al almendralense Aquilino Bocho que había sido guarda rural durante el periodo republicano. Ambos eran personas muy audaces y temerarias), que ella creía que era de Almendral o la Torre de Miguel Sesmero, el cual, disfrazado de guardia, traía una relación de medicamentos que Franciso le escribía en un papel y ella los compraba en la farmacia del pueblo. Este hombre tenía también el encargo de Triguero de llevarle ropa limpia, pero su esposa Isabel no se fiaba de la identidad verdadera de este personaje y nunca le dio ni la ropa ni le informaba de nada sobre Francisco y su escondite.
En la página 317 del libro se habla de la muerte del refugiado en la sierra de Monsalud Antonio Escobar, a manos de los franquistas, que se publicó en el diario HOY del día 2 de enero de 1937: “… resultó herido el sujeto apodado “El Torero”, muy peligroso y que pudo fugarse llevando consigo la pistola ametralladora a pesar de perseguirlo la fuerza, aprovechando la oscuridad y lo accidentado del terreno, dejando unos 60 casquillos de los disparos hechos que desgraciadamente, también nos dejó un muerto…”. El Torero había recibido dos balazos.
En la página 523 del libro se dice: “Un sobrino-nieto de “El Torero”, José Carmona Silva, me desvela un pasaje que Romualdo le contó en su vejez…
Cierto día de principios de julio de 1938, llegó a la Torre Verdasco con su ayudante Angelito y tuvieron una conversación al llegar a la Cruz de piedra que hay al entrar en La Torre y que se conoce como “La Cruz de Almendral”. Allí, mirando para la sierra de Monsalud, Angelito le preguntó al Teniente Mocoso: ¿Es en esa sierra donde dicen que está ese al que llaman “El Torero”?. Verdasco le contestó: Sí, allí está parapetado con unos guerrilleros.
Ya tengo ganas de echármelo a la cara, dijo Angelito, a lo que le respondió Verdasco: ¡Ojalá nunca lo tengas delante de ti! Alguien escuchó esa conversación y se la transmitió posteriormente a Romualdo.
El cinco de julio de 1938, Romualdo “El Torero” mató a Verdasco y a Angelito de dos certeros disparos en la acción de desalojo de estos guerrilleros de Monsalud, según cuenta la leyenda popular aunque los datos, tozudos ellos, nos indican con absoluta certeza que en julio de 1938 es difícil que Romualdo merodeara por la sierra de Monsalud pues ya se encontraba en Lisboa desde donde partió para México a bordo del vapor “Barcelona” en septiembre de 1946.
Siempre según un familiar, estos dos guardias murieron al saltar Verdasco de un resguardo a otro. En pleno salto fue alcanzado por una bala proveniente del fusil de Romualdo.
El teniente llamaba angustiosamente a Ángel para que le socorriera y, cuando este acudió en su ayuda, fue abatido también por Romualdo. Los dos cayeron muertos, uno encima del otro.
Hay veces que las leyendas urbanas superan al rigor histórico…pero la leyenda queda ahí para el regocijo de los habitantes de La Torre de Miguel Sesmero que en gran mayoría consideran suya la memoria de este hombre, que es recordado como un intrépido héroe que vengó la muerte de muchos de sus vecinos, precisamente a manos de partidas de derechistas y guardias civiles mandadas por el siniestro teniente de la Guardia Civil Manuel López Verdasco.
Digamos que es el héroe local, el valiente que todos quieren emular, y esa imagen y recuerdo de El Torero siempre quedará en la historiografía local, a pesar de que la rigurosidad histórica y datos contradictorios sobre el personaje nos induzcan a pensar que hay mucha y necesaria leyenda urbana en la bibliografía de Romualdo…
Otra historia de El Torero relata el robo de carne por parte de Romualdo y otro, vestidos de guardias civiles, en un cortijo de las proximidades de Monsalud… este personaje intrépido… bajaba al pueblo vestido de guardia para comprar víveres y medicinas para los refugiados enfermos en Monsalud que el sanitario, refugiado en esa sierra, le indicaba…”
En la página 525 del libro se dice: “En el interior de la casa de los padres de El Torero, situada en la plaza de la Iglesia nº 28 de Torre de Miguel Sesmero, se encontraba una chimenea, debajo de la cual habían hecho un túnel subterráneo que daba al campo y por el que huía Romualdo cuando la Guardia Civil venía en su búsqueda.
El militar y primo de Romualdo… se trataba de Francisco Núñez Álvarez de Luna que en el año 1922 era alférez del Batallón Gravelinas expedicionario en África…
Desde Lisboa, Romualdo embarcó para México con su mujer e hija en septiembre de 1946, a bordo del vapor lusitano Foz do Douro.”
En la página 516 del libro leemos: “… embarcó en Lisboa el 12 de septiembre de 1946… En este viaje le acompañaba su esposa María Jesús Gonçalves Abreu y su hija Dolores González Gonçalves… Romualdo había inscrito a su hija en Olivenza ya que en un alarde de intrepidez cruzó la frontera y la dio de alta en el Juzgado oliventino… Un año antes ya mantuvo contactos para embarcar con destino a Venezuela pero por razones que desconozco el viaje se pospuso hasta la fecha indicada en que zarpó rumbo a Veracruz (Méjico) en el vapor Foz do Douro.” Le ayudó a trasladarse allí el Comité Intergubernamental para el Refugiado (CIR).

Vimos que en 1938 Romualdo se fue huyendo a Portugal. Leemos en la página 340 del libro “Tiempo perdido. La guerra civil en Almendral” de Francisco M. Cebrián Andrino: “Desde este país vecino y con la ayuda de un boxeador portugués, que les facilitó un pasaporte que falsificaron en España, embarcó con su mujer y su hija rumbo a Méjico. Cuando estaban en Veracruz descubrieron su verdadera identidad… Se instalaban en este país ayudados por una viuda de guerra, que era de Montijo y que le proporcionó trabajo como administrador de unas fincas. Allí vivió su exilio hasta que por el año 1969 retornó a su pueblo, en donde falleció el 11 de junio de 1977… El quiso que en su lápida se inscribieran los versos siguientes: “Nadie me venció en la vida/ sufrí pero fui feliz/ solamente la muerte/ pudo vencerme a mi.”…
Dos hermanos de El Torero, Miguel e Isabel fueron fusilados, el primero en la sierra de Arroyo de San Serván con 21 años y la segunda en el cementerio de Torre de Miguel Sesmero con 25 años. Isabel, ultrajada y salvajemente apaleada, murió fusilada el 27 de septiembre de 1936… Su hermano Manuel, teniente de Asalto, falleció en Madrid de muerte natural…”

Conclusiones:
-Que no podemos confirmar, por ahora, que El Torero estuviese preso en las Colonias de Montijo. Es casi seguro que no estuvo allí ni pasó por Montijo nunca.
-Que no es verdad que se fuese con Alejandra Molina y sus hijas a Portugal, ya que en el año 1938 Romualdo se pasó desde la sierra de Monsalud a Setúbal y allí se casó con una portuguesa, donde vivieron hasta que se exiliaron a Méjico en septiembre de 1946, cuatro años después de que lo hiciera Alejandra Molina.
Lo que sí podría haber sucedido es que, cuando llegaron Alejandra y sus dos hijas a Portugal, vivieron o conocieron a Romualdo y a su esposa, estos le ayudaron hasta que consiguieron un viaje en barco a Méjico en 1942. Al estar muy agradecida Alejandra, cuando llegaron Romualdo y su familia a Veracruz en 1946 aquella les ayudó a establecerse y a encontrar un trabajo.
-Que Antonio, el hermano de Romualdo, vivió unos años hasta que murió en Montijo, en la casa de Alejandra Molina. Seguramente se la cedió o arrendó ésta desde Méjico pues tenía contacto directo con Romualdo.
-Que el sobrino de Antonio que vino al entierro podría ser Miguel Carmona González, hijo de Isabel González Álvarez de Luna.

-Juan Quintana (hijo de Julio Quintana Gragera que era hermano de Pedro María) y vivía en la plaza de los Bootello junto a la casa de Rafael González Castell, me decía que ellos recibían cartas de su prima hermana Juana María Quintana Molina desde Méjico. Ella se había casado con un arquitecto apellidado Isa, vivían en Chihuahua y tenían hijos. En alguna ocasión vino Juana a Montijo a conocer la familia Quintana.
No se si también le escribía Alejandra Molina, que se había casado con un tal …. Díaz y tuvieron un hijo: José Díaz Molina.

-En la actualidad vive en Colombia una mujer llamada María Elvira Quintana, tiene un hijo llamado Fernando Botero Quintana, ella trabaja en la © Cámara de Comercio de Bogotá/48
Treinta años conciliando – kienyke.com
www.kienyke.com/kamara/treinta-anos-conciliando
El Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá celebró sus 30 años con María Elvira Quintana.

Juan Carlos Molano Gragera
Juan Carlos Molano Gragerahttp://historiasdemontijo.com
Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

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Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

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