DEMETRIO LUENGO BOTE, guerrillero en el Frente de la Serena y preso en las Colonias de Montijo

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Memorias recogidas por mí a Demetrio cuando vivía en su casa de Puebla de la Calzada, calle Nueva, en octubre de 2002, y después cuando estaba en la Residencia Virgen de Barbaño, de Montijo, en sus últimos tiempos.
Se le notaba que tenía mucha necesidad de dejar escritas sus memorias.
Fueron publicadas en la revista “ars et sapientia” publicada por la Asociación de Amigos de la Real Academia de las Letras y las Artes de Extremadura, año V, diciembre de 2.004. Posteriormente se publicó en las Actas de los VI Encuentros de Historia de Montijo, coordinadas por Antonia Gómez Quintana, editadas por el Ayuntamiento en el año 2.005.

Un campesino de Logrosán



                        Foto antigua de Logrosán, tomada del blog Logrosán al día.

Demetrio nació en esta población cacereña colindante con la Siberia extremeña el siete de septiembre de 1918, al terminar la primera Guerra Mundial y al año de la Revolución Soviética en Rusia, tiempos convulsos y de luchas obreras en Europa y Extremadura.
Era hijo de labradores que trabajaban en arriendo fincas de la burguesía rural, personas de izquierda pero no significados. Sólo pudo ir a la escuela un breve tiempo pues las posibilidades económicas de la familia no le permitían seguir estudiando.
Él y su hermano mayor Francisco se dedicarían a las labores agrícolas y allí aprenderían las injusticias de aquella sociedad extremeña de comienzos del siglo XX. Por ello se afilió Demetrio a las Juventudes Socialistas Unificadas de Logrosán, en 1936, ocupando el cargo de tesorero.
La Agrupación del Partido Comunista se había creado al comienzo del año 1935 por antiguos afiliados del PSOE, y la dirigía Manuel Perol Cuervo (1, ver las notas al final del texto). Dicen José Maria García Gutiérrez y Carlos Polanco que en febrero de 1936, en Logrosán “El socialismo seguía siendo mayoritario… pero el comunismo, a pesar de haberse implantado muy tardíamente en la localidad, había logrado extenderse de forma extraordinariamente eficaz entre los mozos campesinos…” (2). “El socialismo estaba en retroceso frente a los progresos constantes del P.C.E.” (3), que tenían ya 261 afiliados.
En aquellos años de la II República existía en Logrosán el Sindicato Agrícola, creado en 1925 de ideología católica, la Sociedad de Agricultores “El Desengaño”, y la Sociedad Obrera Agrícola “La Convencida” , de orientación socialista y creada en 1928 (4).
Desde octubre de 1933 existía también el partido fascista FE de las JONS cuyo jefe local era Diego Canelada Perdigón y tenía en febrero de 1936 unos treinta afiliados. El dia 11 de aquél mes traerían a su jefe nacional José Antonio Primo de Rivera y a Manuel Mateos a dar un mitin al Cinema Trejo de Logrosán, lo que daría un gran impulso a esta organización de extrema derecha (5).

Demetrio en la guerra civil

Foto antigua de Logrosán, de Manuel Palacios Loro, publicada en el blog La red social de Logrosán del Ayuntamiento.

Tras el 18 de julio los sublevados nacionalistas tomaron medidas para controlar al Regimiento Argel de la capital cacereña y a la Guardia Civil; la mayoría de estas fuerzas fueron concentradas en las poblaciones más importantes como Trujillo.
Al comienzo de la guerra, tras caer una buena parte de la provincia de Cáceres en manos franquistas, stae encontraba Demetrio Luengo con su familia en el campo. El día 20 de julio de 1936 fue a llevar un viaje de grano a la casa de sus padres en el pueblo y se encontró con que lo estaban tomando fuerzas de la Guardia Civil y milicias falangistas.
El 19 se sublevó el sargento Núñez, jefe de la Guardia Civil acantonada en Logrosán integrada por 27 números. Se les unieron las milicias falangistas, dirigidas por Diego Canelada, triunfando definitivamente el día 20 (6). “Unos días más tarde comenzó el éxodo de decenas de familias que cruzaron el rio Ruecas buscando refugio en los pueblos limítrofes de la provincia de Badajoz” (7).
Los trabajadores del pueblo estaban en huelga y no ofrecieron resistencia, pero en pocas horas serían detenidos por los fascistas en sus tajos del campo o de las minas. El 25 de julio convocó el Partido Comunista una reunión clandestina (a iniciativa del concejal Quirós Fernández) en el barrio de la Virgen; enterado el sargento Núñez fue a detenerlos y aquellos huyeron a los montes siendo perseguidos por la Guardia Civil (8). Los archivos de los partidos y organizaciones de izquierdas cayeron en manos de los rebeldes, lo que provocó un éxodo masivo desde el día 25.
En total huyeron 996 personas, la gran mayoría a Navalvillar de Pela que era el pueblo más cercano en el frente republicano (9).
Demetrio se informó que el Partido Comunista estaba organizando a los militantes para irse juntos a la zona republicana de la Siberia; en un campo cercano se reunieron ochenta y tres, entre ellos él. Por la noche se irían los hermanos Luengo con sus camaradas andando a Navalvillar de Pela y, al llegar, se encontraron con que los vecinos tenían rodeado el pueblo armados con escopetas y escasas armas.
Una mujer comenzó a decir que los llegados de Logrosán eran fascistas vestidos de comunistas que los habían mandado para infiltrarse entre ellos; serían detenidos por miembros de las Juventudes de Siruela, de caballería, y encerrados en la iglesia de Pela. Allí permanecieron sin comer hasta que a la mañana siguiente fue a visitarlos el alcalde quién les dijo que no tenían comida para darles y que les pondría dos camiones para trasladarlos a Villanueva de la Serena.
Al comienzo de la sublevación, la Guardia Civil de esta ciudad, al mando del capitán Gómez Cantos (que se haría más tarde tristemente famoso por su crueldad), se habían levantado contra la República con la ayuda de falangistas de los pueblos de la comarca de Miajadas; el día 23 de julio llegó a Villanueva un tren de milicianos republicanos que lograron hacer huir a los sublevados a Miajadas el día 30 (10).
Antes de que salieran de Navalvillar de Pela se presentaron los padres de Demetrio Luengo que venían a buscarlos montados en mulas desde Logrosán. Los hermanos Luengo se fueron con ellos a la finca “Zarzalejo”, las tierras que tenía arrendadas su padre a un marqués; allí vivirían en la casa de labor desde entonces. En febrero de 1934 había incluido la Corporación Municipal a esa finca entre las que había que expropiar por la Reforma Agraria pues “por su gran extensión, a pesar de estar en arrendamiento, pudiera adaptarse a mayor aprovechamiento de labores” (11).
En las eras veían llegar a los falangistas y se subían a los chaparros para que no los encontrasen, lo mismo tenían que hacer cuando llegaban los republicanos pues no se fiaban de que los confundiesen y los pudiesen matar. Así estarían hasta el mes de octubre de 1936.
El día 31 de julio de 1936 se habían pasado a la zona nacional de Miajadas unos 300 guardias civiles al mando del comandante Miguel de la Vega cuando iban en un tren a Madrid a reforzar la defensa de la capital contra los sublevados. Posteriormente destacarían en los pueblos de la comarca una sección de la Guardia Civil, a Logrosán le correspondieron 50 que se encargarían del control del pueblo desde entonces junto a las milicias de Falange. A principios de agosto hubo una ofensiva republicana por la comarca de Miajadas y Trujillo que fue repelida por los nacionalistas.
El día 10 de agosto sería asesinado el alcalde de Logrosán Pedro Prieto Saavedra en la finca “Caparrales”; ese día empezarían los fusilamientos en el pueblo (12).
El dia 11 hicieron una incursión a Miajadas desde Don Benito cincuenta guerrilleros republicanos que fueron repelidos por la Guardia Civil de Miajadas mandada por Gómez Cantos. También lo intentaron desde Zorita unos doscientos hombres armados (13).
A mediados de agosto hubo una incursión por Alía de la columna republicana mandada por el comandante de la Guardia Civil Manuel Uribarry llamada “la Columna Fantasma” por lo que hubo movimiento de guardias civiles y milicias falangistas por aquellos días por la comarca de Logrosán. Toda la zona desde Zorita a Guadalupe tenía una gran incertidumbre para los nacionalistas al estar lindando con el frente republicano de la Siberia.
La Columna Madrid del teniente coronel Yagüe intervino en Guadalupe al mando del comandante Castejón venciendo a los republicanos el 22 de agosto. El día 25 se marchaban las fuerzas de la Agrupación de Logrosán a Almaraz. En represalia la aviación republicana bombardeó la zona, ese mismo día 25 cuatro aviones arrojaron doce bombas sobre Logrosán continuando hasta el dia 2 de septiembre (14).
Dice Julián Chaves que “Las razones de que Logrosán se convirtiese en objetivo prioritario de las acciones de la aviación gubernamental se encontraban, desde nuestro punto de vista, en que conocían la importancia que había adquirido ese municipio desde los primeros días de la contienda, por concentrarse en él, al igual que sucedió en Miajadas, una parte importante de las tropas sublevadas destacadas en esa parte de la provincia, que coordinaban desde allí todos los movimientos militares en la zona”.
Durante dos años, Logrosán fue zona fronteriza o línea de fuego. Las partidas de guerrilleros entraban por ganado o comida a los cortijos por lo que los robos fueron frecuentes, “Ello obligó a multiplicar las labores de vigilancia y escolta a vecinos que se adentraban a laborar sus campos o cuidar su ganado”. Algunos ganaderos abandonaron el pueblo por ser de ideas izquierdistas; la Gestora Municipal requisó sus bienes y los puso en arrendamiento (15).
En noviembre de 1936, el diputado comunista Pedro Martínez Cartón estableció en Cabeza del Buey una oficina de reclutamiento para organizar la XVI Brigada Mixta del Ejército Popular. Cabeza del Buey sería el centro militar del VII Cuerpo del Ejército Popular del Frente Extremeño, a las órdenes del coronel Mena.

Francisco Luengo Bote, hermano de Demetrio, viene en el listado de milicianos del Batallón Campanario-La Serena de octubre de 1936. De profesión jornalero y 25 años de edad.
Francisco Luengo se pasó con su primo a Casas de Don Pedro al frente republicano, a Demetrio le incautaron las mulas los falangistas el 24 de julio de 1937 y después las cogerían la caballería guerrillera republicana. Por aquél entonces trabajaban en faenas de labor en la finca “Ballesteros” protegidos por milicianos de Falange.
Las autoridades militares franquistas le avisaron a Demetrio para que se incorporase a filas en Cáceres, él planificó escaparse pero desistió para que no se vengasen con los padres. Al final decidieron irse él y su padre al frente republicano; anduvieron toda la noche en dirección a Casas de Don Pedro seguidos por dos lobos.
Veinticinco mozos que fueron llamados a filas en Logrosán huyeron al frente republicano y fueron considerados prófugos (16).
El alcalde de Casas de Don Pedro era Francisco Fernández “Rostreño”. En este pueblo había un batallón anarquista de la CNT y llevaron a declarar a Demetrio y su padre a Talarrubias criticándoles por ser comunistas. Al llegar a este pueblo le diría Demetrio al comandante: “si me da una compañía tomo Logrosán”, pero éste le contestó que no estaba autorizado para proporcionarle esas fuerzas.
Allí vivirían en una chabola en el campo, entre Navalvillar de Pela y Casas de Don Pedro, al igual que los mil paisanos que estaban refugiados por los contornos. En Orellana la Vieja, Orellana de la Sierra, Navalvillar de Pela y Acedera había muchos refugiados de Logrosán, Zorita y Madrigalejo (17). Se había creado la Consejería Provincial de Evacuación y Refugiados que trabajaba en coordinación con los Ayuntamientos para dar cobijo a las familias en casas incautadas a familias de derechas y proporcionarles alimentos.
En mayo de 1937 había sucedido la lucha entre anarquistas y comunistas en Barcelona, lo que repercutió en el enfrentamiento entre ambos grupos en toda la España republicana. La lucha entre los anarquistas (CNT y Juventudes Libertarias) y los marxistas (UGT y Juventudes Socialistas Unificadas) era abierta en la zona de la Serena. Aquellos “no aceptaban con agrado el espectacular ascenso en tierras extremeñas, tanto en número de afiliados como en actividades relacionadas con la guerra, del Partido Comunista” (18). En agosto de ese año miembros de la CNT asaltaron la sede de las JSU en Casas de Don Pedro (19), y en ese ambiente tenso es cuando llegó Demetrio al pueblo.
En septiembre de 1936 existía en Navalvillar de Pela una fuerza de guerrilleros que actuaban en Logrosán y Cañamero, “Al poco tiempo se produjo una reestructuración de todas esas tropas formándose con ellas la Brigada… 162 de guerrilleros, con base en Navalvillar de Pela, y en el Sur, las Brigadas 63 y 91, asentadas en Castuera”, “una gran mayoría de logrosaniegos quedó alistada en la Brigada de guerrilleros de Pela… Esta Brigada, que se hallaba al mando del capitán Pascual Sala, contaba con una fuerza de caballería y con diversas partidas de infantería. Su estructura se apoyaba en patrullas de guerrilleros compuestas por pocos hombres y bajo el mando de un jefe directo, que se infiltraban en territorio enemigo a la busca de ganado, enseres y personas desprevenidas… También incluía comandos dinamiteros y células de información y espionaje” (20).
Para todos los detalles del Ejército Popular en Extremadura es necesario leer el libro de José Hinojosa Durán “Tropas en un frente olvidado. El ejército republicano en Extremadura durante la Guerra Civil”, editado en 2009 por la Editora Regional de Extremadura. Y el estudio “Las guerrillas en el Ejército Popular de la República (1936-1939)”, escrito por Hernán Rodríguez Velasco y publicado en Cuadernos de Historia Contemporánea, 2011, vol. 33, 235-254
En marzo de 1937 se agruparon las fuerzas republicanas de la Serena en la Brigada Mixta número 63 que formaba parte de la Agrupación Tajo-Extremadura dirigida por el teniente coronel Ruiz Farrona y tenían instructores rusos (21). Esta Brigada combatiría más tarde en Teruel y Levante al caer el frente extremeño.
En Castuera estaba la capital republicana de Extremadura donde tenían sus sedes el Gobernador Civil, el Militar y la plana mayor de su ejército. En esa primavera se constituyó con todas las fuerzas disponibles el VII Cuerpo del Ejército Popular dirigido por el coronel Arturo Mena y que tenía su cuartel general en Cabeza del Buey.

Demetrio se hace guerrillero

Para conocer cómo se organizaron las guerrillas en el Frente Extremeño es interesante leer el libro de José Hinojosa Durán «Tropas en un frente olvidado. El ejército republicano en Extremadura durante la Guerra Civil», editado por la Editora Regional de Extremadura en 2009.

En la zona de Castuera se había creado la Escuela Popular de Guerra por el Partido Comunista para crear un ejército regular disciplinado. El Estado Mayor republicano reorganizó las fuerzas militares en unidades guerrilleras integradas por comandos a caballo: las Brigadas 162 y 165, situadas en Navalvillar de Pela y Castuera, al mando del comunista Miguel Julio Justo (22). “Sus principales cualidades eran la movilidad y la rapidez de sus acciones, lo que dificultaba enormemente su control y previsión por parte de las tropas nacionales” (23). En octubre de 1.936 se enviaron a Extremadura un asesor soviético y varios yugoslavos para «crear destacamentos guerrilleros».
El Ejército Popular movilizó a la quinta de Demetrio pero él prefería ser guerrillero. En Navalvillar de Pela había un capitán ruso de la Brigada 162 y fue a hablar con él para ingresar en ellos, pero le dijo que no podía ser. “La Brigada 162, con base en Navalvillar de Pela, cuyas misiones básicas eran los actos de sabotaje detrás de las líneas enemigas, atacaba las haciendas y fincas del término municipal de Logrosán…”. Esta Brigada era mandada por el capitán Pascual Sala (24).
Habló después Demetrio Luengo con un Teniente de Guerrilleros que era de Logrosán y le contestó que precisaban gente “que tenga buenos pies y sea valiente”. Con otros alistados se los llevaron andando a Castuera, más de cincuenta kilómetros, por el mes de octubre de 1937. Para probar su valor los llevó en una furgoneta, con un fusil ruso y seis bombas de mano cada uno, a atacar un nido de ametralladoras nacionalista. Se fueron arrastrando hasta el objetivo y cuando iban a echar las bombas de mano en el nido descubrieron que eran de los suyos y que se trataba de un simulacro para probar su valentía y arrojo.
Demetrio volvió a Castuera donde se integraría en la recien formada Brigada 165 de Guerrilleros de Extremadura. En ella ocuparía el escalafón de sargento haciéndose famoso por su arrojo en las operaciones. “El grado de sargento dentro de las fuerzas republicanas lo alcanzaron bastantes logrosaniegos, casi todos ellos destacados militantes de los partidos marxistas: … Demetrio Luengo Bote…” (25).


                            XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero Gibraltar II.

Cada guerrillero tenía su nombre de guerra, el de Demetrio era “Carlos Preste” en honor del libertador del Brasil. Actuaban en grupos y no conocían los nombres verdaderos de sus compañeros, así evitaban que en caso de ser detenidos delatasen a los responsables y a los que integraban la Brigada.

En la Brigada 165 fue compañero del montijano Francisco Rodríguez Vázquez. Candela Chaves Rodríguez en su libro «Sentenciados», editado por PREMHEX en 2015, página 127, nos habla de él: «… el vecino de Montijo Francisco Rodríguez Vázquez. Según consta en la sentencia, este jornalero, de apenas 20 años, ingresó voluntario a la 165ª Brigada de Guerrilleros con la que realizó incursiones en zona ocupada como la sierra de Monsalud, donde participó en enfrentamientos contra la Guardia Civil. También intervino en la colocación de «petardos de dinamita» en la línea de ferrocarril entre Medellín y Don Benito. El 11 de noviembre de 1939 fue condenado a pena de muerte, conmutada después a cadena perpetua, siendo trasladado a la prisión de Formentera. En diciembre de 1943, la Comisión Central de Exámen de Penas elevó una nueva propuesta de conmutación para Francisco por 20 años. El 21 de febrero de 1944 se enviaba una diligencia a la prisión provincial de Badajoz desde el destacamento penal de Oropesa (Toledo), poniendo en conocimiento que el procesado se había fugado la noche del 8 de junio de 1943 y se ignoraba su paradero.»

A lo largo de la guerra Demetrio Luengo intervino en dieciséis incursiones dentro de la zona nacionalista, eliminando la Brigada a bastantes enemigos. Por Jaraicejo volaron un tren cerca del puerto de Miravete, en los meses de junio y julio de 1938 entraron desde el frente de la Serena 125 guerrilleros (una Brigada) mandada por el comandante mejicano Miguel Mura, con setenta fusiles ametralladores marcas Smeieser  y Thompsson (rusos).

En otra ocasión se internaron por la sierra de Hornachos a Alange y de allí a Almendralejo donde hicieron prisioneros a 500 civiles que trabajaban en los olivares y las viñas. Intentaron convencer a estos trabajadores para que les siguiesen a ellos pero se negaban por miedo a que tomasen represalias con sus familias. Al final tuvieron que dejarlos en libertad. Para conocer en detalle esta incursión ver el libro de José Hinojosa, página 305.
En el Archivo Municipal de Logrosán consta que “Demetrio Luengo Bote, apodado “Albardero”, cuenta en su declaración (nº 88) que “desde Siruela vino en unión de José Paz a colocar unos petardos que traían cuatro extranjeros, ellos como conocedores del terreno y los otros como prácticos en la colocación, llegando hasta la Sierra de los Poyales, donde al darse cuenta los extranjeros de que los petardos no valían, se fueron a dicho pueblo de Siruela”. Posteriormente, Demetrio Luengo intervendría en varios actos de sabotaje, antes de ser trasladado al frente de Teruel, donde alcanzaría el grado de sargento” (26).
En mayo de 1937 se había creado en el bando nacionalista el II Cuerpo de Ejército que estaba dirigido por el general Saliquet y estaba compuesto por dos Divisiones. Una de ellas tenia su Cuartel General en Almendralejo y estaba mandada por el teniente coronel Cañizares quien a su vez era el Gobernador Militar de Badajoz (27).
Demetrio y los guerrilleros fueron a la sierra de Monsalúd y allí serian cercados por la Guardia Civil y tropas nacionalistas (en esa sierra habían estado escondidos a comienzos de la guerra muchos huidos capitaneados por los célebres vecinos de Torre de Miguel Sesmero y Almendral “el Torero” y “la Capataza” que causaron bastantes bajas a los nacionalistas). También estuvieron por la provincia de Ciudad Real.
El día 2 de julio de 1938 daba Franco una “Instrucción General para la supresión de la Bolsa de Mérida” con el fin de conquistar el territorio de la Serena en poder aún de la República (28) aprovechando que la mayor parte del Ejército Popular estaba concentrado en el Levante y Teruel. Ante la ofensiva, el gobierno del doctor Negrín dio la orden en esos días de que se retirase el Ejército de Extremadura al Levante.
Las tropas franquistas de Saliquet se concentraron por el norte de la Bolsa en Logrosán, Zorita y Madrigalejo. El 24 de julio conquistaba el Ejército del Sur la capital republicana de Castuera. Al principio de septiembre del 38 la zona republicana sólo ocupaba la comarca de Los Montes-Siberia cuyo Gobernador Civíl era el comunista Luís González Barriga.
A finales de la guerra, en 1939, sería enviado Demetrio a la Escuela del Ejército Popular de Benimámet (a las afueras de Valencia cerca de Burjassot) o Escuela Central de Dinamiteros que era la encargada de instruir a los guerrilleros que ponían cargas explosivas en puentes o ferrocarríl , pertenecía al XIV Cuerpo del Ejército Popular de la República que estaba dirigida por el comandante Hungria y por militares del Partido Comunista como Valentín González “El Campesino” (natural de Malcocinado). Allí recibieron instrucción más de 900 hombres; el objetivo era crear un cuerpo de guerrilleros para realizar incursiones en territorio enemigo y reconquistar ciudades y zonas para la República y así retrasar el final de la guerra civil hasta que comenzase la II Guerra Mundial. Disponían de 3.000 fusiles ametralladores pues era el depósito de la División de Guerrilleros.

                                 Guerrilleros del XIV Cuerpo de Benimámet.
En la exposición “Buñol antifascista” organizada en mayo del 2004 en ese pueblo valenciano por la asociación “El canto del búho” decían al respecto: “el célebre XIV Cuerpo de Ejército de Guerrilleros en la zona centro. Este Cuerpo aglutinó a muchos de los huidos de Andalucía y Extremadura, vinculándolos con el ejército republicano. El objetivo a largo plazo, de la creación del XIV Cuerpo era que encabezase una guerra de guerrillas en caso de que se perdiese la guerra. Estaba dirigido, fundamentalmente, por comunistas. Al final de la guerra defendió el gobierno republicano, frente al golpe de estado de Casado, por lo que los casadistas encarcelaron…“ a sus dirigentes. “Según Tuñón de Lara, Franco en 1938, llegó a ordenar la destrucción de las partidas de guerrilleros a su Servicio de Información. Después, al finalizar la guerra, los miembros del XIV Cuerpo de Ejército, eran especialmente buscados por orden personal de Franco…”. “El primer cuartel-escuela del XIV Cuerpo de Ejército estuvo en Benimámet (Escuela de Servicios Especiales), tuvieron bases en Madrid, Alcalá de Henares, Guadalajara, Barbastro, Figueras, etc. En las escuelas se impartían cursos de teoría y práctica guerrillera… Operaban en la retaguardia enemiga y para el desarrollo de sus acciones (entorpecer las maniobras de los rebeldes, obtener información, atacar sus comunicaciones, dificultar su avituallamiento, labores de propaganda republicana, sabotajes, voladuras de vías férreas y puentes, golpes de mano, secuestros, liberación de prisioneros…) actuaban en grupos muy reducidos, y era vital la discreción. No decían al Cuerpo que pertenecían ni a los propios compañeros republicanos, vestían con ropa adecuada para la operación a realizar, uniformes fascistas, documentación falsa, carné de Falange… También fue el XIV Cuerpo el encargado de proteger la salida de los aviones que transportaron al gobierno republicano y a los dirigentes del PCE al exilio.”
A principios de marzo del 39 tuvo lugar el golpe de Estado del coronel Casado contra el gobierno Negrín y la creación de una Junta Nacional de Defensa para preparar la rendición de la República a Franco. En la zona republicana de Extremadura, su jefe militar general Escobar mandó detener a los comunistas; éstos se fueron hacia Ciudad Real, se unieron a la guerrilla en los montes o se fueron a Levante (29).
En Valencia, la Junta de Defensa casadista ordenó detener y desarticular la Escuela de Benimámet que se consideraba comunista. Un día los cercaron y los desarmaron, dispersándolos, siendo destinado Demetrio Luengo al Parque de Artillería de Valencia.
De allí pasaría al frente de Teruel donde le cogería el final de la guerra, muchos soldados republicanos se rindieron voluntariamente pero Demetrio se quedó con un fusil y munición con un grupo de compañeros; enviaron un enlace para informarse y éste les dijo que no tenían nada que hacer pues la guerra estaba perdida.
Al final de la guerra civil tenía Demetrio el grado de capitán del Ejército Popular.
Llegaron a Arcos de las Salinas (Teruel), se retiró el grupo a Chelva (Valencia) y como llevaban tres días sin comer llegaron a un almacén militar republicano de víveres y les dijeron a los guardianes que les diesen comida para proseguir su huida pues los nacionalistas estaban llegando ya, pero no quisieron dárselas (el objetivo de los guardianes era entregárselas a los franquistas para salvarse) y Demetrio tuvo que obligar -pistola en mano- a que les diesen aprovisionamiento.
Cogieron un tren eléctrico en Llíria hacia Valencia para entregarse al ejército vencedor franquista. En la estación del Mediodía de la capital del Turia les esperaban la Guardia Civil, un capitán les dijo que se fuesen a la plaza de toros que la tenían convertida en un campo de concentración. Demetrio estuvo en ella tres días y planeó escaparse tirándose a un madero que había cerca de la plaza y deslizándose hacia el suelo, pero otro preso se adelantó y se rompió una pierna al caer siendo detenido. Ello hizo imposible que llevase a cabo su plan.
Los militares enviaron unos camiones con panecillos para dárselos como única comida a los 70.000 presos que allí había. Demetrio se ofreció voluntario para descargarlos y ordenarlos para la distribución; como tenía mucha hambre se guardó dos en la camisa. Pero un cabo se dio cuenta, le quitó un panecillo y le amenazó con pegarle. Al terminar el trabajo, y como pago “en especie”, les dieron a los voluntarios los trozos rotos de pan que quedaban al final de los camiones.
A los que no los fusilaban los distribuían, según las regiones a las que pertenecían, entre los campos de concentración que habían habilitado para almacenar los soldados republicanos vencidos. Demetrio pidió irse al de Soneja (Valencia) donde había 18.000 presos, pero desde el primer momento ideó la forma de escapar de él; y como pasaba un río por allí consiguió nadar sumergido con una caña hueca en la boca para respirar.
Anduvo por los naranjales de los contornos, comió veinte naranjas como único alimento pero, como no veía la forma de alejarse, se entregó de nuevo al campo de concentración. De él lo trasladaron al de Sol de Ferré (Castellón de la Plana) donde había internados 15.000 soldados republicanos estando allí hasta finales de abril de 1939. Como única comida les deban dos sardinas y un bollo pequeño de pan al dia.
En esa fecha le dieron la libertad para que se marchase a su pueblo -Logrosán- y allí se presentase a las autoridades.

En las cárceles de Cáceres

Al llegar al pueblo prestó declaración al Comandante militar, perteneciente a la Brigada “Saliquet”, quien le dejó irse a su casa. Pero al enterarse de su presencia el jefe de la Policía Municipal informó al comandante que Demetrio era un sargento de los famosos Guerrilleros de Extremadura que tanto daño habían hecho a las tropas nacionales durante la guerra.
En el Depósito Municipal de Logrosán se encontraban encarcelados el 15 de agosto de 1939 cincuenta hombres y cinco mujeres que dependían del Gobernador Civil de Cáceres. Algunos de ellos serían fusilados el día 8 de diciembre de 1940 (30).
En el Archivo Municipal de Logrosán constan las declaraciones realizadas ante el alcalde franquista Diego Ropero Fernández por los regresados del frente republicano al acabar la guerra civil. Entre ellas la de Demetrio (número 88) y la de su hermano Francisco (nº 188).
Volvieron a llevar a Demetrio Luengo al cuartel y le estuvieron dando cuatro palizas de muerte durante dos meses (cuando se recuperaba de una se lo volvían a llevar y le daban otra) para “reeducarlo y bajarle los humos”. El que dirigía las palizas era el cabo “Caballo” de la Brigada Saliquet.
Fue juzgado y condenado a pena de muerte, a los dos meses se la conmutaron por treinta años de reclusión en el Consejo Sumarísimo de Guerra Nº 7. Su abogado defensor fue el hijo del conde de Canilleros de Cáceres. La madre de Demetrio iría a hablar con el conde para que le salvase la vida y éste le dijo que no tuviese miedo que lo conseguiría.
Lo ingresaron en la cárcel de Cáceres y de ésta pasó a la Prisión Central del Monasterio de San Rosendo de Celanova (Orense). En 1.940 había unos 1.600 reclusos. En ésta fabricaba tapetes de seda durante el día para las monjas, por las tardes cestas de mimbres para sacar dinero con su venta, y por las noches estudiaba cultura general lo que le serviría muchísimo hasta el resto de sus días.


                                    Monasterio de San Rosendo de Celanova.

Demetrio Luengo en la cárcel de Celanova. Es el que está en el centro con traje claro.

Después lo llevarían a la cárcel de Santiago de Compostela y allí pidió irse voluntario a redimir penas a las Colonias Penitenciarias Militarizadas de Montijo que estaban construyendo el canal para regar las Vegas Bajas del Guadiana.

Preso en las Colonias de Montijo

El día dos de febrero de 1.941 llegaba Demetrio a las Colonias; ya estaba allí su hermano Francisco quien venia de la cárcel de Santiago de Compostela recomendado por D. Romualdo … . Francisco, un boxeador de Miajadas llamado Masa y cinco presos políticos más fueron los primeros que llegaron al campamento de Montijo.
La dirección de la 2ª Agrupación de Colonias estaba encomendada a militares. El primer jefe del campo fue el capitán Rando, a éste le sustituyó el capitán José Rivera, malagueño, quien estuvo desde el año 1943 hasta 1945.
Quienes dirigían las obras de la presa y el canal eran unos ingenieros. El primero fué Ignacio de Corsa, a éste le sustituyó Eduardo de Orduña, a éste Manuel Vara, a éste Ricardo Ancos y por último el teniente coronel de Ingenieros Máximo Briones Blanco que terminó las obras proyectadas (31).
Pronto se haría notar Demetrio ante los mandos militares por su destreza en las faenas pecuarias y agrícolas, tan necesarias para poner en marcha la granja que se proyectaba montar para autoalimentar a los internos de las Colonias. Se convirtió en poco tiempo en un “preso especial” por su gran rendimiento y colaboración.
Construyeron los pabellones para los mulos que ya estaban allí desde hacía tiempo (estaban pegando al Almacén de Ingenieros del campamento), las granjas de gallinas, de cerdos, de ovejas y la vaquería. Una vez construidos los barracones compraron pollas y 500 gallinas en la Granja Pecuaria de Badajoz de las razas castellana, rode, prada y lego, unas ponedoras y otras para carne. Compraron sesenta y tantos cerdos para cebarlos, ovejas para carne que eran cuidadas por un pastor libre de Montijo (Andrés López Díaz) que vivía en “los chozos de las Colonias” -barriada que se fue formando con los familiares de los presos- junto a la Charca de los Bueyes. Pusieron en funcionamiento una vaquería con siete vacas suizas de leche y compraron terneras para recebarlas.
Tenían una huerta donde sembraban ajos, habas, cebollas, tomates, etc. para el consumo interno del campamento, pero tenían también que comprarle productos a los hortelanos que había más abajo del ferrocarril
Sembraron los eucaliptos entre Demetrio y su hermano Francisco; éste organizó la reforestación y el transporte. Los hermanos Luengo tenían por ello fama de activos y honrados.

                             Dibujo de las Colonias realizado por Pirrongelli en 1950.

El jefe de Intendencia era el comandante Díaz Criado que fue el que organizó la puesta en funcionamiento de todo el entramado para el autoabastecimiento de alimentos para los presos. Demetrio gozaba de su protección por lo que él no tenia contacto apenas con los demás, hacia una vida independiente ya que tenía que darle de comer por las noches y las madrugadas a los mulos y al resto del ganado por el día. Él se acostaba en las cuadras acompañado por un soldado que era su vigilante para evitar se fugase.
Por el día iba a ver si estaban bien hechas las rampas de acceso al hoyo del canal por donde tenían que subir los mulos; salía al pueblo muchos días, acompañado por un soldado, a comprar tabaco y víveres.
El cocinero principal era Fernando, andaluz poco significado políticamente. También estaba Antonio Molina, cordobés comunista.

Brigada de presos de las Colonias. Vemos a Demetrio delante a la izquierda con un cigarro en la boca.

Sólo tuvo que trabajar en las obras del canal a pico y pala durante veinte dias al llegar a Colonias. El Reglamento del Patronato de Redención de Penas por el Trabajo, dirigido por el general católico Petrirena, obligaba que -para ver si aguantaban ese trabajo tan duro- los presos tendrían que trabajar un mínimo de veinte días en el canal.
El trabajo en las canteras y en las obras del canal era muy penoso, a algunos presos los devolvían a sus cárceles de origen “por falta de rendimiento”, porque no eran capaces de aguantar un trabajo tan fuerte con una comida tan escasa durante mucho tiempo. Uno de los que vivía en el pabellón “Lacara” -cerca de Torremayor- se mató al caerse encima de una vagoneta, cuando lo llevaron a las Colonias iba reventado.
A los presos que tenían “buena conducta” les daban permisos los días de fiesta para salir al pueblo, pero tenían que ir acompañados por soldados o guardias civiles quienes se hacían responsables de su regreso “vivos o muertos”. Entraban en bares y bailes, compraban tabaco y conocían a muchachas del pueblo de las que se solían enamorar. Algunos terminarían casándose con ellas como le sucedería más adelante a Demetrio.

Distribución de las Colonias

                                               Foto aérea de las Colonias.

La 2ª Agrupación de Colonias Penitenciarias Militarizadas estaba integrada por varios centros de trabajo cada seis o siete kilómetros. Los pabellones de La Garrobilla, donde se empezó a trabajar el canal de Montijo después de la guerra civil, los pabellones “Lácara” cerca de Torremayor, enfrente de los cuales había una casa para los jefes militares, el campamento principal de Montijo donde estaban las oficinas, los mandos y la mayor parte de las dependencias, una avanzadilla de diez mulos estaban en un pabellón junto al cortijo de Buenavista por el camino de la finca La Rabuda.
Francisco Luengo Bote era el jefe de cuadra y tenia la función de tener bien asistidos los animales y dárselos a los presos todas las mañanas preparados, cuando le dieron la libertad le sustituyó su hermano Demetrio.
En la estación de ferrocarril de Talavera la Real había otros pabellones para hacer aquél tramo final del canal, pero allí trabajaban obreros libres de una empresa de Badajoz -“Cubiles”- que tenía fama de pagar a los trabajadores con mucho retraso.
El campamento de Montijo se construyó en el sitio de “la Majadilla”, en una finca propiedad de Francisco Molina (después Maria Gómez Gómez) que fue vendida al Servicio central de Colonias Penitenciarias Militarizadas en 1939. El 16 de abril de 1944 comprarían otro terreno al sur de aquél a los herederos de Francisco Carretero Caballero, con una extensión de 34.107 metros cuadrados por 20.464’50 pesetas, “para la instalación del Campamento del personal del servicio que actualmente ejecuta las obras del Canal de Montijo”. (32) Estaba situado en una loma al norte del futuro canal.
El proyecto técnico se realizó en 1937 siguiendo el modelo de los campos de concentración nazis alemanes; en Confederación Hidrográfica del Guadiana (Mérida) existen los planos originarios.
La distribución de los barracones era la siguiente:



                                  Plano de las Colonias realizado por Pepe Melara.

Al Oeste, de norte a sur, estaban el pabellón del Economato, el pabellón de la Cocina, Panadería, Vestuarios y del Guarnicionero, el pabellón de Intendencia, tres pabellones de los Dormitorios de los presos (había literas de tres pisos) cuyas puertas de entrada daban a la plaza central y las puertas falsas al poniente, y el pabellón de las Oficinas (la principal, la del Comandante de Intendencia y la relacionada con los presos) y Enfermería.
En la zona central estaban, arriba los Almacenes y el Cuartel de los Soldados, el pozo con el depósito elevado, y en el sur la puerta de control a cuya izquierda estaba el Puesto de los funcionarios de prisiones y a la derecha la Capilla. Los domingos por la mañana era obligatorio asistir a misa, el capellán era D. Ignacio Llanos, sacerdote de Montijo.
Al Este del campamento, de norte a sur, estaban la Vaquería, en medio el Taller mecánico y el de carpintería, el Almacén de Cemento que daba a la plaza central, el pabellón de la Granja de los Animales, y el Parque de Ingenieros pegando a éste. Al sur estaba el Cuartel de la Guardia Civíl y al saliente estaba la casa donde vivía el capitán Rivera.
Todos los barracones estaban construidos con bloques y ladrillos y la techumbre con cerchas de hierro recubiertas de uralita, con lo que en invierno hacía un frío tremendo y en verano un calor agobiante.
El perímetro exterior estaba cerrado con una doble alambrada de espinos (sin fosos) y en sus ángulos había garitas de vigilancia menos en el sureste que estaba el Cuartel de los Guardias Civiles. En las garitas vigilaba este cuerpo militar.

Trabajo del Partido Comunista dentro de las Colonias

Demetrio se organizó en el Partido con los camaradas que había dentro del campamento. La estructura clandestina era la siguiente: el grupo más reducido era la Troica compuesto por un responsable y dos miembros más, la Célula (ellos le llamaban “la C”) integrada por tres Troicas con un responsable y ocho más, y el Grupo compuesto por tres Células con un responsable y 26 camaradas más.
Para evitar la caída de toda la organización sólo se conocían los tres de la Troica y el responsable conocía a uno de la Célula, por lo que en caso de delación sólo caían cuatro.
El trabajo político de la organización consistía en:
1) traer periódicos al campamento y distribuirlos entre los camaradas para que estuviesen informados de lo que estaba pasando de verdad en la Guerra Mundial y las posibilidades de que los Aliados invadiesen España para establecer un régimen democrático. Demetrio compraba en Montijo periódicos como “El Século” de Lisboa que daba noticias más fidedignas de la realidad y que se los proporcionaba un churrero.
2) ponerse en contacto con la organización regional y nacional del partido.
3) obtener fondos para ayudar a los presos y familiares que estuviesen necesitados y para comprar prensa; Demetrio, en su puesto privilegiado, solía sustraer de vez en cuando diez litros de leche y dos docenas de huevos para entregar su valor en pesetas a la organización.


Para la derecha de Montijo (la Gestora Municipal estaba presidida por Pedro Carretero Moreno que también era Jefe Local de Falange, el Secretario de FET era Hipólito Gragera Barragán y el párroco Juan Pérez Amaya) las Colonias eran “un nido de rojos” que contaminaban a los buenos ciudadanos. En el país, los que sustentaban al Régimen de Franco tenían miedo de que las potencias vencedoras de la Guerra Mundial (Estados Unidos, Inglaterra y Francia) invadiesen España para restablecer la democracia y liberasen a los presos políticos de las cárceles; éstos tenían gran esperanza en su pronta liberación y soñaban con el día. Para acabar con ellos, la derecha montijana ideó asaltar las Colonias una noche del año 1943, pero la Guardia Civil se informó por un confidente por la tarde y preparó el recibimiento de los fascistas, pues los jefes de Colonias estaban totalmente en contra.
Los presos se organizaron en grupos, armados con lo que pudieron encontrar, dispuestos a arrojarse por las ventanas contra los fascistas. Aquella noche pudo haber una carnicería pero los vigilantes del campamento consiguieron parar a los agresores que llegaron al puente de acceso a las Colonias sobre el canal en un gran número.
Aquél hecho fue muy comentado en el pueblo por aquellos días pero no se publicaría en los medios de comunicación, la sed de venganza de los vencedores era tremenda y el miedo a un levantamiento de “los rojos de las Colonias” enorme.
En otras ocasiones hubo algunas fugas de presos. El Partido consiguió la fuga en 1945 de dos camaradas, uno era el responsable de ellos (un joven de Madrid) y el otro Martín Fernández, alias “Cuenco” de Navalvillar de Pela, que habían fusilado a su padre y dos hermanos. Salieron a las tres de la tare, se fueron en tren a Portugal con pasaportes falsos y de allí a Méjico. Tras estos sucesos eliminaron los permisos de salida de los presos por Montijo durante tres fiestas.

Demetrio sigue trabajando como obrero libre en las obras de regadío

Demetrio Luengo consiguió la libertad condicional a finales de 1945 pero desterrado de su pueblo, ya que el alcalde Diego Ropero y el jefe de Falange Vicente Sánchez (?) no querían que se fuese a vivir allí e informaron negativamente. Pero él fue a Logrosán y habló con un amigo suyo, el falangista Santiago Cuevas, para intentar quedarse. Lo quisieron enviar de nuevo tres años al Ejército y tuvo que volver a las Colonias de Montijo a trabajar como obrero libre.
Las empresas concesionarias encargadas de realizar todo el entramado de canalillos, acequias, pueblos nuevos, etc., en las Vegas Bajas eran: Ferroviaria por la zona de Torremayor, Elma y Telma por Lobón, Montoto por Montijo, Cubiles, Solana, Entrecanales y Tábora, etc. Estas contratarían a muchos ex-presos una vez que salían de las Colonias en libertad condicional.



           Expresos trabajando en la estación del ferrocarril de Guadiana del Caudillo.

De las canteras de cal “Los Almendros”, en Torremayor, y la de La Garrovilla obtenían el material para encalar los pueblos nuevos y las parcelas recien construidas.
Demetrio trabajó en la construcción del camino longitudinal, la carretera de Montijo a Badajoz por los pueblos nuevos. Su padre quería que se hubiese ido a Logrosán y le había buscado un trabajo, pero lo llamó el teniente coronel Máximo Blanco para que se hiciese cargo de la gravera situada en la desembocadura del río Guadajira, en la finca La Vara. Él puso como condición organizar los trabajos de los grupos y las vagonetas según su visión lo que supuso una racionalización de los medios y un aumento considerable de los kilos extraídos. Ganaba doble jornal, 18 pesetas al día más la comida.
Antes había 20 hombres trabajando y sacaban 65 vagonetas al día, pero tras su reordenación del trabajo sólo quedarían 9 trabajadores y un pinche y sacaban de 160 a 180 vagonetas por dia. A cambio de ello le concedieron una prima. El encargado general era José Plata, malagueño que había sido comandante del Ejército republicano. Había en la obra treinta capataces.
Demetrio vivía por aquél tiempo en Montijo en la calle Lope de Vega y se casó con la poblanchina Dolores Corcho Piñero el día 21 de marzo de 1947.
Durante un mes trabajó Demetrio en Jerez de los Caballeros, en el año 1956, construyendo un canal y una carretera; allí estaba el ayudante de ingenieros… Navarro, valenciano que vivía en Montijo y era el que dirigía la gravera antes de entrar Demetrio.
Al terminar las obras del Plan Badajoz Demetrio pasó al pantano de Gabriel y Galán, en el norte de la provincia de Cáceres, para construir el Sector Nº 1; de allí pasó a construir la carretera M-604 entre Rascafría y el Puerto de Navacerrada, con la empresa “Antonio Núñez Coroníl”, y después la de Boadilla del Monte a Brunete. El matrimonio se fue entonces a vivir a Madrid donde Demetrio trabajó en empresas constructoras hasta su jubilación.

El año 2002 regresó el matrimonio a vivir definitivamente a Puebla de la Calzada.
Esta es la vida, azarosa y ejemplar, de un luchador extremeño por la Libertad y la Democracia. Ya es hora de que se le reconozca su aportación al progreso y al futuro de este país.
El día 20 de septiembre de 2.003 se celebró en Celanova (Orense) un acto de homenaje a los presos que pasaron por la Prisión Central del monasterio de San Lorenzo, organizado por el Concello de esta población gallega. ¿Para cuándo se hará lo mismo a los presos de las Colonias de Montijo?

Notas

1. José Maria García Gutiérrez y Carlos Polanco Melero. “La II República y la Guerra Civil en la villa de Logrosán”. Editora Regional de Extremadura. 1995. Página 41
2. Ibídem, página 43.
3. Ibídem, página 47.
4. Ibídem, página 40.
5. Ibídem, página 42.
6. Libro de José Maria García y Carlos Polanco, página 183.
7. Ibídem, página 184.
8. Ibídem, página 189.
9. Ibídem, página 241.
10. Julián Chaves Palacios. “La guerra civil en Extremadura. Operaciones militares (1936-1939)”. Editora Regional de Extremadura. 1997. Página 45.
11. Libro de José Maria García y Carlos Polanco, página 86.
12. Ibídem, página 257.
13. Julián Chaves. Obra citada, página 132.
14. Ibídem, página 167.
15. Ibídem, página 202.
16. José Maria García y Carlos Polanco. Obra citada, página 230.
17. Jacinta Gallardo Moreno. “La guerra civil en la Serena”. Excma. Diputación Provincial de Badajoz. 1994. Página 103.
18. Julián Chaves, obra citada, página 211.
19. Jacinta Gallardo Moreno. Obra citada. Página 92.
20. José Maria García y Carlos Polanco. Obra citada, página 247.
21. Julian Chaves, obra citada, página 208.
22. José Maria García y Carlos Polanco. Obra citada, página 257.
23. Ibídem, página 248.
24. Ibídem, página 243.
25. Ibídem, página 254.
26. Ibídem, página 262.
27. Julián Chaves. Obra citada, página 219.
28. Ibídem, página 246.
29. Ibídem, página 264.
30. José Maria García y Carlos Polanco. Obra citada, página 285.
31. ver el libro de José Luís Gutiérrez Casalá “La Segunda Agrupación de Colonias Penitenciarias de Montijo”. Editora Regional de Extremadura. 2002.
32. Escritura de compraventa nº 182. Registro de la Propiedad Nº 2 de Mérida.







Juan Carlos Molano Gragera
Juan Carlos Molano Gragerahttp://historiasdemontijo.com
Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

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Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

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