El teatro de aficionados en Montijo durante los siglos XIX y XX

-

Este artículo lo publiqué en la revista La Opinión de las Vegas Bajas, en los números 1 al 4, desde la segunda quincena de febrero a la primera quincena de abril del año 2000. Ahora lo amplío. Agradezco a Antonio del Viejo Barrena y a Manuel Regalado del Viejo los datos que me facilitaron.

En nuestro pueblo ha existido desde siempre mucha afición hacia el teatro. No en balde, a muy pocos kilómetros de Montijo, existía el teatro más grande de la Hispania romana, el de Emérita Augusta. Y un poco más allá el de Medellín.
Pero, sobre todo desde el Siglo de Oro, el XVI, se desarrolló muchísimo el teatro por la península. Eran compañías organizadas las que representaban. Además de ellas existían “los cómicos” deambulantes que iban por los pueblos y aldeas representando obras. La Iglesia también tenía sus grupos teatrales para representar pasajes bíblicos y de la vida de Cristo.



        Dibujo de un Corral de Comedias , tomado de La Web de la Cultura.

La revolución liberal del siglo XIX provocó, sobre todo, con la Restauración monárquica de 1874, un desarrollo económico importante. La burguesía rural e industrial extremeñas del último tercio de ese siglo ya habían conseguido, gracias a la compra de las tierras de la Iglesia y de los Concejos en la desamortización y a la industrialización, un poder adquisitivo y de consumo que le permitían dedicar una parte de su tiempo y de su dinero a actividades culturales y filantrópicas.
Como estudia Ángel Suárez Muñoz en la Revista de Estudios Extremeñoa (Tomo LIV, N.º 1, 1998), en el siglo XIX “el teatro adquiere una dimensión social, convirtiéndose en la principal actividad capaz de reunir a grupos sociales diversos… llega a todos los rincones e implica a ricos y pobres… se participa a través de grupos de aficionados… Desde las grandes ciudades, especialmente Madrid, se extiende la afición por el Teatro hacia las provincias y localidades más humildes… la afición por el teatro no se limita a verlo, sino que gusta practicarlo. Surgen un teatro casero, hecho por aficionados, que se sirven de un local para la ocasión en el que representar la obra preparada…”
En Badajoz se convertirá, a principios del siglo XIX, el Hospital de la Piedad, situado en la plaza de la catedral, en el Teatro Principal o del Campo de San Juan. Posteriormente se irán constituyendo sociedades de recreo que realizarán actividades dramáticas con compañías de aficionados (como el Liceo de Artesanos fundado en 1852, la Sociedad Espronceda fundada en 1895, la Sociedad Fomento de las Artes, la Sociedad Cervantes en 1893, etc.).
En Badajoz se empezaría a construir en el año 1861 el teatro que después se denominó López de Ayala.
En Mérida a mediados de siglo se representaban obras teatrales con aficionados en la Plaza, se abrió en 1880 el Teatro Ponce de León en el antiguo convento de Santa Clara y la Sociedad Lírica Dramática en 1897 que hacía las representaciones en el Ponce de León.
En el resto de la provincia surgen iniciativas similares.
Los autores dramáticos más representativos serán en ese momento José Echegaray, Mariano de Larra, Ventura de la Vega, Eusebio Blasco, Mozo de Rosales y Pérez Escrich. En Badajoz el escritor Adelardo López de Ayala, muerto en 1879 y jefe del Partido Conservador.
Esta pujanza del gusto popular por el teatro llevará a la inauguración en Badajoz, del Teatro López de Ayala en octubre de 1886.

De Wikipedia tomamos: Adelardo López de Ayala y Herrera nació en Guadalcanal en 1828 y murió en Madrid en 1879, fue dramaturgo, académico y político, adscrito al realismo literario. Miembro numerario de la Real Academia Española, ejerció varias veces como ministro de Ultramar durante el Sexenio Democrático y la Restauración, del Partido Conservador. En 1870 ingresó como académico de la Lengua con un discurso sobre su autor teatral favorito Pedro Calderón de la Barca.

            Retrato de Adelardo López de Ayala, litografía de Santiago Llanta y Guerin.

El teatro en Montijo en el último tercio del siglo XIX
En Montijo, los jóvenes inquietos con cierta cultura, procedentes de la burguesía rural e industrial, de ideas liberal-pregresistas, venían asistiendo a representaciones teatrales, traían de tarde algunas compañías al pueblo y hacían teatro de aficionados. El Ayuntamiento cedía el edificio de El Pósito, situado detrás de la parroquia, un local amplio pero lleno de anchas columnas, para este tipo de representaciones culturales y recreativas.


El Pósito cuando se estaba construyendo la segunda planta, a comienzos de los años treinta del siglo XX.
Y esas personas que gustaban del teatro deciden, en el año 1883, crear la “Sociedad Teatral López de Ayala”, tres años antes de que se abriese el teatro de la capital.

Manuel García Cienfuegos dice en su artículo “El Pósito en Montijo”: “… el informe de Pascual Madoz, año 1846, señala: “Un pósito, cuya panera se hizo en 1789, la que por su obra y capacidad es uno de los mejores de la población”… En 1882 se deniega una solicitud presentada por Joaquín Sánchez Barragán que pedía el local para establecer un teatro, dar bailes, exposiciones de figuras de cera y varios espectáculos…. un año más tarde el Pósito fue cedido para representar obras de teatro de la Sociedad Local de Aficionados o Compañía de Teatro Dramático López de Ayala.”


La Sociedad Teatral “López de Ayala”
La Junta Directiva la formaban:
-El Presidente era Nicasio Prieto Guzmán, vivía en la calle Alameda, era industrial y “empresario de teatro” decía su propaganda, que solía arrendar al Ayuntamiento el Pósito para organizar bailes y representaciones teatrales. A finales del siglo XIX dirigía, junto a Juan Félix López, la Sociedad “La Unión del Comercio y la Industria” que también daban bailes en el Pósito.
-El Vicepresidente era Cipriano Prieto Guzmán, hermano de Nicasio, tenía un salón de bailes, era republicano, fue uno de los fundadores del Círculo de Artesanos “El Progreso” en 1901 y primer presidente del Centro Obrero “La Defensa” en 1901.
-El Secretario era Laureano Núñez de la Riba, propietario, culto, diputado demócrata progresita.
-El Tesorero era Francisco Alonso Llinás, farmacéutico y propietario, liberal, alcalde en 1896.
Imaginamos que en esta sociedad entrarían Juan Antonio Codes Rodríguez, Bernabé Rodríguez Mesa, José María Capilla, Narciso Bravo, Juan Félix López, Roque Mendez Carnerero, etc. que eran los jóvenes inquietos de aquellos años.
Los socios tenían que aportar 25 pesetas, que era bastante dinero si tenemos en cuenta que por aquellos años cobraba un peón 4 reales al día. Se conserva el resguardo de pago del socio Diego Bautista Riola, propietario, que fue alcalde en 1863/64.
Con el dinero que recaudaban a los socios convirtieron El Pósito en Teatro y compraron sillas y tramolla. Hacía teatro de aficionados y traían compañías profesionales.
En el periódico “La Cotorra” del 26 de mayo de 1895 decía un Accionista: “Hace algunos años, varios jóvenes de esta localidad tuvieron la feliz idea de formar una Sociedad a la que dieron el glorioso nombre de “López de Ayala”. Tenía ésta por objeto dar veladas literarias y fomentar la entonces decaída afición al arte escénico… vimos con satisfacción trabajar en él dos muy regulares compañías de aficionados que llevaron la animación al público y supieron proporcionar muchos y agradables ratos… Formaban la Junta Directiva varios jóvenes entusiastas y tan apáticos después, que llegaron a consentir lo que estamos viendo hoy con verdadera pena. Las butacas… se encuentran esparcidas por casinos y tabernas…
Y nos preguntamos ¿cómo esta Junta Directiva no sale de su indiferencia y cumple con el deber que se impuso?… ¿tan difícil es convocar a los accionistas y, en Junta General, decidir la reorganización del teatro?… No se concibe cómo aquellos fundadores entusiastas no se dedican a ganar el tiempo perdido fomentando el amor al teatro y trabajando porque nuestro pueblo, tan necesitado de cultura, vuelva a disfrutar de las instructivas y agradables funciones que, con tanto gusto, vió en tiempos pasados”.
Es decir, que aquella sociedad había estado activa unos diez años y después no serían capaces de reponerse.

El día 30 de octubre de 1886 se inauguró en Badajoz el Teatro López de Ayala, que supuso un revulsivo para impulsar la afición a este arte, de gran tradición en España desde el Siglo de Oro.
En 1893 se organizó también en Badajoz la Sociedad Cervantes, y en 1895 la Sociedad Espronceda y la Sociedad Fomento de las Artes.
En Mérida se creó la Sociedad Lírica Dramática en 1897 que hacía las representaciones en el Teatro Ponce de León.
En septiembre de 1895 nos daba cuenta “La Cotorra” de que la compañía teatral del Sr. Chust actuó en Montijo con las obras “La Chiclanera”, “Sálvese el que pueda” y “La Calandria”. Actuaron las Sras. Pineda y Cortés, y los Srs. Chust, Sánchez y Carrasco.
La afluencia de público fue “floja en el teatro”, que sería El Pósito.
En octubre nos decía el periódico que la compañía se quedaba en Montijo todo el invierno. Representaron “El paño de lágrimas” y “Los carboneros” donde cantaron coplas en el fin de fiesta los Srs. Chust, Pineda y Carrasco.
A finales del siglo XIX pasaban por Montijo, tras actuar en Badajoz y Mérida, compañías que iban de Madrid a Sevilla o a Lisboa, o a la inversa.

La fundación del Teatro Calderón de la Barca a principios del siglo XX
A comienzos del siglo XX se realizaba en Montijo, de vez en cuando, alguna representación teatral en El Pósito a cargo de compañías que venían de fuera.
Debido al movimiento que se estaba impulsando en las cercanas ciudades de Badajoz y Mérida, un grupo de 20 aficionados montijanos pertenecientes a la burguesía local se reunieron el día 29 de junio de 1904 en casa de Modesto Porras Calderón, en la calle Badajoz n.º 2, con el fin de constituir legalmente la Sociedad Teatral Calderón de la Barca y construir un edificio para ello. Era primer ministro en España en ese momento Antonio Maura, del Partido Liberal Conservador. Los fundadores de la sociedad teatral eran: Modesto Porras Calderón, Pedro Thomas García, Rodrigo Capote Gutiérrez, Cristóbal Sánchez García, Modesto Rodríguez, Andrés Núñéz, Miguel Durán, José Gómez Álvarez, José Moreno Pereira, Pedro Bueno Carvajal, Alonso Gragera García, Luís Corchero, Pedro Pablo Valdivia, Leonardo Lopo, Luís Mendoza Villanueva, José Mendoza Bootello, Fernando Barbaño, Álvaro Sánchez Rivera, Ruperto Thomas García, Francisco Tejeda Gragera y Luís Mendoza Bootello. El Reglamento de esta sociedad se presentó en el Gobierno Civil el día 5 de julio. Las acciones serían de 500 pesetas y el capital de la sociedad sería de 10.500, suficiente para la realización de las obras. Los socios serían 20, con iguales derechos y obligaciones aunque podrían tener varias acciones. Cada socio accionista tenía que poner una cantidad de dinero y, por ello, era propietario del Teatro y tenía derecho a 4 butacas fijas en las primeras filas para toda la temporada. Tenían pues un carácter filantrópico y desinteresado. Los socios accionistas tenían reservadas, hasta las doce del mediodía, 84 butacas que se sorteaban entre ellos. No podía cederse el teatro para fines benéficos o políticos sin que lo acordasen las cuatro quintas partes de los socios. La sede social estaba en la calle Badajoz n.º 2.

¿Y quíen era el autor teatral Calderón de la Barca?
De Wikipedia tomamos estos datos: Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid en 1600 y murió en la misma ciudad en 1681, fue un escritor, sacerdote, miembro de la Venerable Congregación de Presbíteros Seculares Naturales de Madrid San Pedro Apóstol y caballero de la Orden de Santiago, conocido fundamentalmente por ser uno de los más insignes literatos barrocos del Siglo de Oro español, en especial de su teatro.

Pintura de Calderón de la Barca tomada de Ínsula Barañaria, blog de Literatura de Carlos Mata Induráin

En la reunión de la sociedad teatral eligieron una Junta Directiva formada por: presidente Modesto Porras Calderón, vicepresidente Rodrigo Capote Gutiérrez, interventor Pedro Thomas García, tesorero Pedro Bueno Carvajal, secretario José Moreno Pereira, empresario artístico en las Ferias, y vocales Alonso Gragera García, Francisco Tejeda Gragera, Ruperto Thomas García y José Gómez Álvarez.
Al día siguiente encargaron al ayudante de obras públicas Juan Riera, vecino de Talavera la Real, la confección de los planos, del presupuesto y de los pliegos de condiciones.

                                                        

                                         Proyecto del Salón Teatro Calderón de la Barca.

Compraron un solar en la Plaza de Jesús de 593 metros cuadrados, que pertenecía a la huerta del antiguo palacio de los Condes.
Se presentaron al concurso cuatro maestros de obras, adjudicándosele a Cristobal Sánchez García (1868/1946), el maestro Cristobal “Custodio”, por 16.999 pesetas, quien se comprometió a ejecutar la obra en cuatro meses.
El edificio terminado era en aquél momento uno de los mejores teatros de la provincia. En la fachada, de dos alturas y de estilo neogótico, se abrían puertas y ventanas enmarcadas en arcos apuntados y un pequeño rosetón en el tímpano.

El aforo del patio era de butacas y en el “paraiso” o “gallinero” había bancos corridos, pues el local se proyectaba con una concepción de separación clasista.
El escenario y los camerinos eran de gran capacidad, aptos para todo tipo de espectáculos.



Las obras finalizaron en el año 1905 y la nueva Directiva, presidida por Ruperto Thomas García, contrató el personal, que cobraban sueldos entre 2 y 6 pesetas por día trabajado. Para portero se contrató a Blas González Veliz con un sueldo de 5 pesetas por función, el artesano Juan Asnal era el maquinista que cobraba 6 pts. por función, el taquillero era Aurelio Lorenzo que cobraba 1’95 pts. por función. La explotación del teatro se arrendó a Justo Díaz, vecino de Villanueva de la Serena.
Los espectáculos debían ser “conforme con las leyes y las buenas costumbres”, prohibiendo las “reuniones políticas, religiosas, sociales, etc.”.
Se adquirió un piano para acompañar el “fin de fiestas”.

Manuel Rodríguez Pérez recogió un artículo de un periódico de Badajoz:

«El teatro Calderón y el Casino de Montijo

Agosto de 1905.– Está terminandose; no falta mas que los últimos retoques; su inauguración tendrá lugar el 20 del ardoroso agosto. Este dia, que se espera con ansiedad, será de fiesta para la bulliciosa juventud, de transcendencia para los amantes del progreso; dia feliz y memorable para que sirvan de acicate a los que vengan detrás, para ejecutar obras que sean como la presente, motivo de orgullo.

No tendrán mas que un Casino, en cuya lista de socios figuran desde el capitalista mas empingorrotado, al artesano mas humilde y el mas rustico labrador. Había en caja un sobrante de algunos miles de pesetas, resultado de las economias y honradas gestiones de la directiva. En una sesión se tomó el acuerdo de que esa cantidad sirviera de base para hacernos de un local propio. Se nombró una comisión a fin de llevar a vias de hecho lo acordado , y viendo que no habia, por parte de los asociados el calor necesario, y que los pudientes rehuían de prestar el indispensable pecuario apoyo.

Así se pasaba el tiempo y se sucedían unas y otras las infractuosas reuniones, Cuando en una de ellas los señores Bueno, Capote, Moreno y Duran hablaban de un teatro y se deciden a ponerlo por obra, comprando entre los cuatro un caserón que se anunciaba a publica subasta. Y en el supuesto que la hallaran eco, se haria cargo de la compra solo el señor Duran por 100 duros menos y perdiendo 25 cada uno de los otros. De esta forma surgió la idea, mereciendo elogios todos los que han contribuido a su realización, y en primer termino es de justicia consignar el nombre de D. Andrés Nuñez que viendo las dificultades, con que se tropezaron, facilitó una importante cantidad.

Consignaremos también con satisfacción, que el Casino compró en la plaza una casa nueva con tres fachadas, llevando a la practica un procedimiento ingenioso que se le ocurrió al presidente D, José Maria Capilla.

El teatro se encuentra emplazado en sitio centrico y adecuado, muy proximo a la plaza. Su figura es la de un paralelogramo rectangular. El edificio ocupa un area de 490,20 metros cuadrados; tiene 43 de largo, 11,40 de ancho y 13,50 de alto. Dividese en tres partes; vestíbulo, patio y escenario. El primero es una pieza de 8 metrros de largo por 11,40 de ancho y 5 de alto. Se entra por tres hermosas puertas. A sus dos lados hay escaleras que conducen al anfiteatro. Existen dos columnas de hierro en el centro, y en su frente una escalerilla de mármol que termina en un amplio portico con arco de medio punto. El salón de butaca, que es espacioso, mide 22 metros de largo, 11,40 de ancho y 8 de altura. En la parte superior y laterales, hay 14 ventanas con cristales abriendose y cerrandose con eje central para ventilaciones. Los asientos seran espaciosos, los destinados a orquesta, 20 butacas; después en primer termino 12 filas con 16 butacas cada unas; en segundo termino, 10 bancos con 20 asientos cada uno. El anfiteatro tendrá en la delantera dos bancos con 15 asientos cada uno. La galeria que está detrás, tiene 324 asientos. Total 766 localidades.»

Manuel Rodríguez Pérez publicó en Relatos y sucesos en el Montijo antiguo, el día 2 de octubre de 2019, la crónica sobre la inauguración del teatro de un periódico de Badajoz (no dice de cuál):
«La inauguración del Teatro Calderón de Montijo
El día 20 de agosto de 1905 se inauguró el teatro que acaba de construirse en Montijo.
La fundación de este edificio puede considerarse casual. Hace poco más de un año se subastaba una casa de dicha villa y, en el día señalado para la subasta, se le ocurrió al Sr. Amaya invitar a otros señores amigos para quedarse con dicha casa para construir en ella un teatro.
La idea fue acogida por algunos de los invitados con verdadero entusiasmo, hasta el punto que por razón de capacidad se pudo adquirir la casa en cuestión, pero no dejaron de buscar otro solar que llenara la ocupación necesaria. Una vez que se eligió el que hoy ocupa se comprometieron para la compra del solar y formar la sociedad los Sres. Capote, Porras, Mendoza, Valdivia, Thomas (D. Pedro), Nuñez, Duran y Moreno. El autor del proyecto y planos es el ayudante de Obras Publicas, vecino de Talavera la Real, D. Juan Riera. El constructor del edificio lo es D. Cristóbal Sánchez García.
El decorado es completo y nada pueden exigir las compañías mas escrupulosas que visiten este hermoso coliseo.
El salón tiene una capacidad de 22 metros de largo por 11,40 de ancho y se han colocado doce filas de butacas en dos secciones y 10 filas de bancos en igual forma haciendo las primeras 192 asientos y 200 los segundos.
Tiene un hermoso vestíbulo y sobre él se ha construido una galería para entrada general que hace 320 localidades, con dos delanteros con bancos iguales a los del salón que hacen 36 asientos.
Las butacas se han construido de madera de haya blanca y los bancos de madera de melis o pino tea. Esta preciosamente alumbrado por numerosas lamparas eléctricas, en todas sus dependencias; y por último tiene cuatro focos lamparas en el salón que regaló a la sociedad el señor Marques de la Vega.
La Junta Directiva actual la componen los señores Thomas (D. Ruperto), Nuñez, Corchero, Mendoza, Duran, Conde y Barbaño.

LA INAUGURACIÓN.
El domingo 20 del corriente, fue día festivo en Montijo para los buenos aficionados. En dicha fecha se ha inaugurado el teatro Calderón de la Barca, por la notable compañía de los Srs. Portillo y Palomino. Hay que detallar la magnificencia del salón, que es sin duda uno de los mejores de la provincia, pues ya con anterioridad han hecho exacta relación de todo su conjunto los colegas de la capital.
Con todo el papel vendido y ocupando las cómodas localidades lo más escogido de la selecta sociedad del Montijo y la Puebla, ofrecía la sala un conjunto deslumbrador. Allí estaba reunido el buen gusto y la belleza, rindiendo justo homenaje al arte.
El notable escenógrafo D. Rafael Beltrán, fue ruidosamente aplaudido y llamado a escena en la presentación de cada decoración.
“La Trapera” fue la primera zarzuela puesta en escena, y en esta alcanzó un verdadero triunfo la señora Reparaz, por lo bien que dijo y cantó la romanza,
La señora Carrasco muy discreta y muy guapa, y la Lascindo cumplió como una buena artista. El Sr. Zabala hizo un verdadero derroche de gracia, siendo muy aplaudido y celebrados sus genialidades.
El quinteto, cantado por los señores Arrobas, Portillo, Cerezo, Hernández y Gimeno, mereció los honores de la repetición, siendo el conjunto de la obra continuamente elogiado por el publico. Muy bien el joven e inteligente maestro Sr. Aranda así como los coros muy nutridos y afinados.
En resumen, una buena noche para el publico y artistas y un gran filón para la empresa.»

La finalidad que se propuso la Sociedad propietaria del Teatro era la de traer a Montijo aquellas compañías y actores de más relieve del país, aprovechando su paso por Badajoz y Mérida, con el fin de educar a las vecinas y vecinos en el arte escénico.
Inmediatamente comenzaron a traer los empresarios del Teatro (al poco tiempo lo llevaría Álvaro Torres Rodas) las compañías de Rosario Pino, María Palou, Santa Cana que representó la obra “El idiota”, Tallaví con la obra “Los espectros”, etc.
En la Feria de 1910 actuó la compañía de zarzuelas del actor Sebastián Arias y “el maestro concertador” Miguel Puri con la obra cómico/dramática “¡Mala hembra!”, la comedia de un acto “Ninón” y el sainete lírico en un acto y tres cuadros “El mozo cruo”. El precio de las entradas iba desde las 2’50 pesetas la silla de Orchestra (delante) hasta los 0’75 del Paraiso.

                                                                           Prospecto de Mala hembra.

El día 29 de junio de 1912 trajeron la compañía del Sr. Llovet con “sus maravillosos muñecos”, dieron tres funciones.

En el mes de julio de 1913 trajo Álvaro Torres a la gran tonadillera y bailaora Amalia Molina. Manuel Rodríguez Gómez publicó un artículo de un periódico de Badajoz, en «Montijanos por el mundo» el día 7 de octubre de 2021, sobre la actuación:                                                                                                  “ACTUACIÓN DE AMALIA MOLINA EN MONTIJO. Julio 1913.– Hemos tenido la satisfacción de ver en nuestro salón-teatro Calderón de la Barca, a la genial artista Amalia Molina, la cual fue contratada para dos funciones y viendo el éxito que alcanzó en esas dos noches, trabajó otras dos, obteniendo en todas cuatro una verdadera ovación. Cada número que cantaba y bailaba era coronado por una salva de aplausos y llamadas a palco escénico, teniendo necesidad de ejecutar mas números de los que se propusiera en cada función, por el llamamiento a escena del publico que la aclamaba frenéticamente; correspondiendo tan sin par artista con su habitual amabilidad y derroche de gracia, a las manifestaciones que el publico le prodigaba.

La señorita Molina, todo emocionada, dio su despedida con un ¡viva! al Montijo, quedando el auditorio electrizado por tan singular criatura, cuya radiante mirada y su igual donaire, arrebata y entusiasma a cuantos tienen la dicha de admirarla.

La referida señorita queda un grato recuerdo en Montijo y deseamos no olvide que se le verá siempre con gusto en nuestro teatro.”

                                            Amalia vestida de aldeana. Foto tomada de Wikipedia.

El 14 de noviembre de 1914 actuó la compañía de la familia Stela, “Reyes del Misterio”, ilusionistas, mago y transformistas imitadores de las cupletistas famosas.

En ese año se adaptó el Teatro para proyectar el “Cinematógrafo” mudo, acompañando las proyecciones la pianista Rafaela Guisado Donoso. Todos los jueves y domingos había dos sesiones, los precios eran de 40 céntimos la butaca y 20 General. Para atraer al vecindario al cine se contrató a la banda de música del maestro zapatero Rodrigo Rico Melara “y sus cachorros” quienes daban un pasacalle por el centro del pueblo y finalizaban en la puerta del Teatro. Pronto se empezó a ceder el teatro para dar conferencias científicas, culturales o políticas. Así el 28 de octubre de 1913 trajo la Agrupación Socialista a su presidente Pablo Iglesias, teniendo un gran lleno. Felipe Sasonet, célebre literato, vino acompañado por la actríz María Palou para dar una conferencia. El domingo 18 de octubre de 1914 proyectaron la película “de 1.800 metros, de la casa ECLIPSE”, titulada “Del cielo a las tinieblas”.
A consecuencia de esta explosión cultural surgieron en Montijo grupos de teatro aficionado, integrados por jóvenes de ambos sexos. A mediados de los años diez se formó un grupo, integrado por labradores y artesanos, cuyos actores principales eran Amparo Cruz y Bartolomé Guisado, que representaban comedias y dramas según los gustos de la época. Desaparecieron al poco tiempo. A finales de los años diez nació otro grupo dirigido por Nicasio Prieto Guzmán, el pionero fundador de la Sociedad López de Ayala, donde actuaban Cristóbal Pérez Acevedo, Alfonso Guzmán del Viejo, Santos Tejada y Antonio Barríl, que se especializaron en dramas fuertes, como “El arcediano de San Gil”, y destinaban las ganancias a obras benéficas y caritativas. Desaparecerían a los dos o tres años. Manuel Rodríguez Pérez publicó en Relatos y sucesos en el Montijo antiguo, el día 2 de octubre de 2019, la crónica de un periódico de Badajoz:
“MI VISITA AL MONTIJO
Donde los amigos se encuentran en el Teatro Calderon de la Barca… Las armoniosas notas, arrancadas magistralmente al piano por doña Rafaela Guisado de Trasmonte, interrumpe nuestra conversación.
Después se representa el hermoso drama de Carlos Yervet y Fortuny, titulado “El collar de perlas”. Son justamente aplaudidos los jóvenes de esta localidad Alfonso Guzmán, G. Rodríguez, Cristóbal Pérez y Antonio Barril. A continuación ponen en escena el bonito juguete cómico de Vital Aza “Parada y fonda”, en el que se distingue el señor don SantosTejada…”
Fernando Cortés Cortés y Manuel García Cienfuegos publicaron en el periódico Crónicas de un Pueblo el día 1 de agosto de 2019 el artículo “Una tourné de Merceditas Sosa y Juan Fabre” donde decían que Bernabé Rodríguez Mesa, corresponsal del diario La Región Extremeña, escribió un artículo el día 24 de abril de 1917 donde:
“… informaba del debut en el salón teatro de Montijo de los artistas: señorita Mercedes Sosa, pianista, y don Juan Fabre, violinista, a quienes en el concierto que dieron se les tributó una franca y justa ovación, pues cada número que ejecutaban era coronado con una salva de aplausos. A comienzos de abril “La Región Extremeña” había dado cuenta de la ‘Tourné’ por los pueblos más importantes de la provincia de estos artistas, la notable pianista, la monísima niña Merceditas de Sosa y el no menos notable violinista Juanito Fabre. Merceditas de Sosa, que contaba sólo con doce años de edad, terminó con gran aprovechamiento la carrera de profesora de piano, causando la admiración de cuantos presenciaron en el Conservatorio sus brillantes ejercicios. Se presentó en el Teatro López de Ayala de Badajoz, ofreciendo, entre otros números, una rapsodia de Listz, acompañando al señor Fabre con una sonata de Mozart, siendo objeto en todos los números de grandes ovaciones. El señor Fabre, ganador del premio Sarasate, lleva una brillante labor realizada al frente del cuartero que desde hace meses actúa en el Café Mercantil de la capital. Es indudablemente un artista meritísimo que, dada su juventud y portentosas facultades, hará una rápida y colosal carrera. La gira musical le llevó a Jerez de los Caballeros, Llerena, Mérida, Zafra, Don Benito, Almendralejo, Montijo y el Casino de Badajoz.“
En diciembre de 1920 se realizó una función patriótica a beneficio de los soldados españoles que estaban en la Guerra de África con el fin de aportar el “Aguinaldo del Soldado”. En esta función se realizó una semblanza patriótica, Rafaela Guisado dirigió la obra de teatro “El drama de la botica”, representada por aficionados, el entremés de los hermanos Álvarez Quintero “Juanillo el de Molares” y el juguete de Muñoz Seca “A prima fija”.
En enero de 1921 actuó en el Calderón la compañía de Martín Valle, cuya actriz principal era Pura Penamonte, representando la obra “Un negocio de oro”.
En abril de 1922 representó una obra Emilia Benito.
Además de teatro, el empresario Álvaro Torres solía traer cupletistas famosas como La Goya, Julita Fons, La Argentinita, Amalia Molina, Tina de Jarque, etc. y compañías de Opera Flamenca, copla, como las de La Favorita, Pilar Deloy, etc. y transformistas que actuaban vestidos de mujer. Manuel Rodríguez Pérez recogió el día 13 de septiembre de 2019 un artículo, publicado en un periódico de Badajoz que decía:

“LA GOYA EN MONTIJO . Junio de 1924.  Cuando la GOYA se esta dando los últimos toques de carmín en los labios, lo que constituye casi todo su maquillaje, penetramos en el camerín y le preguntamos por su estancia e impresiones de Badajoz. Al preguntarle nos contestó:
–Badajoz para mi que de otra visita guardo un grato recuerdo de Badajoz y su provincia. He conservado en la memoria la impresión agradable de sus campos, sus dilatadas llanuras, su sol, su cielo, la ciudad y sus pueblos, la cariñosa y espontanea acogida que todos me dispensaron.
–Y en su recorrido por los escenarios de España, América y Portugal, , ¿donde tuvo usted sus mas grandes triunfos?.
–En todas partes he ido de triunfo en triunfo.
–Pero sus mayores éxitos.
–Uno de los mayores éxitos lo tuve en Montijo.
–¿En Montijo?
–Si en Montijo !En Montijo! !En Montijo!. En ese simpático pueblo que esta aquí cerca.
–Explíquese Aurorita. Eso es interesante.
La reina de la tonadilla, explicó así el éxito de Montijo:
–Después de actuar aquí la vez anterior, visité varios pueblos de la provincia, y uno de ellos fue el de Montijo. Aquel día, el vecindario del pueblo próximo, Puebla de la Calzada, adquirió las localidades de aquella función, y por este motivo no pudieron presenciarla muchos aldeanos y personas humildes que vinieron de lugares próximos. Cuando terminé la representación y salí a la calle, vi que allí había muchísimas personas congregadas, al decírseme que toda aquella gente no había podido presenciar el espectáculo por no haber localidades, volví al teatro y di una representación gratuita para todas aquellas personas. El entusiasmo fue indescriptible y al terminar, me aclamaban todos y hasta querían llevarme en hombros a la hospedería, como a los toreros, Ese fue el éxito de Montijo.»

EPSON scanner image

Foto de la bilbaina La Goya tomada de CENTENARIO DE LA GOYA, BILBAÍNA Y REINA DE LAS VARIETES, blog de Javier Barreiro, publicada el 23 de julio de 2011.

El Club Deportivo Montijo formó a mediados de los años veinte un grupo de teatro para obtener fondos para el club, representaban en el Teatro Calderón y actuaban los directivos y futbolistas Juan de los Ríos, Manuel Carretero Feria, Miguel Gómez Rodríguez, Pedro Menayo, Pepe Vila Sáez, Antonio Agudo, etc. Tenían un Coro de chicas dirigido por Rafaela Guisado ( Emilia Alvarado, Inés Moreno, etc.) que cantaban zarzuelas como “La Parrala”, “La rosa del azafrán”, “Chotis madrileños”, etc. En 1932 volvieron a hacer teatro representando “Doña Clarines” de los hermanos Álvarez Quintero, donde actuaban: Emilia Alvarado, Inés Moreno, Amalia Torres, Manola Menayo, Dolores Núñez, etc. Pusieron también en escena “El Tenorio” de José Zorrilla, donde actuaban Mario López y Lozano, además de los arriba citados.

«Los fundadores del Club Deportivo de Montijo con su bandera. De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Juan de los Ríos, Esteban Pérez, Miguel Gómez, Manuel Carretero, Modesto Sáez, Pedro Menayo y Pepe Vila.” Foto publicada por Elena López.

En 1927 construyó, al final de la calle Reyes Católicos, el maestro de obras (y cantante en su juventud) Modesto Cabezas de la Riba el Salón Moderno donde traía varietés y flamenco, lo que supuso una gran competencia para el Calderón.

A partir del año 1930 dejaría de ser rentable traer comedias y empezarían a proliferar las Operas Flamencas y el Cine Sonoro que se introdujo en el año 1932. Habían cambiado los gustos del pueblo, reemplazándose el cuplé por la copla. En el Calderón también proliferaban las actuaciones de flamenco. En julio de 1931, al principio de la II República, representarían un domingo los aficionados al teatro en Montijo la obra de los hermanos Álvarez Quintero “Doña Clarines”, en el Calderón de la Barca. Al final, el Coro femenino dirigido por Rafaela Guisado (Cipriana Gallardo, Maria de los Ríos, Eulogia Menayo, Amalia Torres, Consuelo Sánchez, Dolores Núñez, Josefina Garay, Agustina Menayo, Josefina Cabezas e Inés Moreno) cantarían “La parranda”, “La moza zamorana”, “Mi mantón verbenero”, etc. Destacaba entre todas Inés Moreno “con su preciosa voz” potente. También pusieron en escena “El Tenorio”.

El coro femenino de Rafaela Guisado actuando en el Calderón. Los asistentes que se ven en la foto eran los familiares de los socios accionistas. Foto de Amalia Torres.
Solían venir compañías que residían en el pueblo todo el invierno, albergándose en casas particulares y en fondas, haciendo una representación diaria diferente. En las Ferias de 1931, según Andrés Acevedo en el periódico “La Voz Extremeña” del 16 de septiembre: “De entre todos los espectáculos merecen reseñarse los del Teatro Calderón de la Barca por la compañía de zarzuelas Esteve Lorente y los conciertos del Casino a cargo del notable cuarteto integrado por doña Rafaela Guisado de Trasmonte, profesora de piano, Joaquín Macedo, violín, Antonio Pato, violín, y Andrés Mena, flauta y saxofón. La actuación de este cuarteto constituye un indiscutible acierto de la Comisión… El público en general se mostró correcto, pero no dejamos de consignar nuestra protesta contra quienes asisten a estos actos a coquetear (lo mismo ellos que ellas) sin el respeto debido al demás público, que no va más que a escuchar”. La compañía Esteve Lorente interpretaba zarzuelas como: “La Dolorosa” de Juan José Lorente y música del maestro Serrano, “La parranda” del maestro Alonso, y “Luisa Fernanda”. En la Feria de Mérida de 1933 se inaugurarían los Festivales de Teatro Clásico en el Teatro Romano, promovidos por Cipriano Rivas Cherif, a cuyo acto asistió el Presidente de la República Manuel Azaña. Pondrían trenes especiales en los que asistieron varios montijanos y montijanas. En la feria emeritense de 1934 actuarían, los días 3 y 5 de septiembre, Margarita Xirgu y Enrique Borrás representando las obras “Medea” y “Electra”; esta última con la presencia del presidente de la República. En 1934 se representó la zarzuela “Las Leandras” por la compañía Obregón Gabi Delva. En 1935 se estrenaba en el Teatro-Cine Calderón la película “Violetas imperiales”, donde Raquel Meller interpretaba a la violetera que profetizó a Eugenia de Montijo que llegaría a ser emperatriz. Sus cuplés se cantarían y tocarían mucho en nuestro pueblo a partir de ese momento.»

En esta foto vemos a jóvenes en el Paseo, en las Ferias de 1934, delante de las carteleras del Teatro Calderón y del Salón Moderno. En este daban el “espectáculo de Circo y Varietés” de Vianor Caballero Blanco, natural de Almendral (Badajoz) que emigró a Barcelona, “excelso creador en su género, cancionero estilista de rango gitano, genial y único imitador de estrellas”, Adelita Vianor (hermana pequeña del empresario, en la guerra civil cantaba en la Barcelona republicana) “La Muñequita de la Canción, la más joven de las estrellas”. Foto de Francisco del Viejo Carretero.


Leemos en LUZ, diario de la República, el día 6 de septiembre de 1934: “Actúa con éxito por Extremadura la compañía lírica que dirige la jóven cantante Gaby Delba. Últimamente ha actuado en Badajoz representando “Luisa Fernanda” y “Katiuska”. En estas obras alcanzaron muchos aplausos la Delba, Carmen Ruíz, la Torrente y los señores Luna, Casado, Obregón y Soria”. En el Teatro Calderón representaron Luisa Fernanda y La corte del Faraón.

El teatro de la Casa del Pueblo en la II República                                                                                                Las Juventudes Socialistas, que ya existían desde finales de los años veinte, desplegarían en esos años republicanos una gran actividad política, cultural, deportiva y social. Formaron un “Cuadro Artístico” que representaba, por los pueblos de la comarca, dramas sociales con mensajes muy radicales de emancipación; entre otras obras representaron: “La mujer adúltera”, “Montecristo”, “La manta y el caballo”, “La alondra y el milano”, “Las hormigas rojas”, “Los caballeros de la libertad”, etc. Iban todas las noches a ensayar al Salón de Actos del Centro Obrero. Los fondos obtenidos pasaban a la caja general d éste. Su público era exclusivamente popular pues a los otros sectores le resultaban sus mensajes muy incómodos y “políticos”. Dirigían el Cuadro los músicos Juan Pérez y Blas Rodríguez Branquiño, y hacían de actores -además de ellos-, Joaquina Charro, Eduarda Núñez (hija de Luís Núñez), Primitivo Mendoza (hijo de Domingo Mendoza), Alfonso Serrano, Alfonso Gómez, Domingo Gómez el carpintero. Tenían todos menos de veinticinco años de edad. En el Centro representaban otros grupos teatrales de vez en cuando. Tras la ocupación del pueblo por las tropas fascistas de Juan Yague el día 13 de agosto de 1936 todos los arriba citados fueron represaliados y prohibidas sus actividades.

El Teatro Calderón durante la dictadura

Durante la guerra civil (1936 a 1939) organizaba la Gestora Municipal “Funciones Patrióticas”, a beneficio del Ejército nacionalista, donde intervenía doña Rafaela y su esposo Rafael Trasmonte (hasta que falleció). Se conservan aún copias de los Himnos del Nacional-socialismo y el “Jovenenza” italiano firmados por Rafael, pues en esos actos había que tocar al final los himnos de “las naciones hermanas” (Alemania, Italia, Portugal y Marruecos).

El Teatro Nuevo de la Falange nació en Pontevedra con el grupo T.A.C. y “La Tarumba”, impulsado por el Jefe Provincial Jesús Suevos, y se extendió a toda la zona nacionalista. A pesar de su nombre, era bastante tradicional. Decía G. Rey Alar que era “no un teatro monótono y gris… sino un teatro del pueblo y para el pueblo, donde se cante, se dance y se recite. No un teatro de monólogos y diálogos sino un teatro de coros y masas… altísimamente poético y, a la vez, soberanamente sencillo. Que los puedan entender y gustar los niños, los obreros, los soldados, los campesinos. Que resucite el gusto por los romances, las leyendas, los cuentos, las canciones populares, el teatro clásico, la poesía de todos los tiempos, las gestas de nuestra Historia, los trajes del pueblo y las costumbres tradicionales. Que sea a la vez muy antiguo y muy moderno… Un teatro popular que resucite el buen gusto maltrecho… nos muestre en todo momento las raíces y entrañas de la Patria… un teatro de la Falange operando, en la máxima tensión de su influencia formativa, sobre el espíritu de la masa…”, la hermandad: “El teatro nuevo rompe en sí mismo todas las barreras sociales. Se intenta para todos, burgueses y proletarios… el niño de familia rica y el chiquillo que conoce el gran aliento amoroso de los comedores azules y los jardines de infancia… La Falange es en esto… una gran familia unida para una tarea común…”. Al final de la representación se cantaba el “Cara al sol” haciendo el saludo romano.

Y éste seria el tipo de teatro que se representaría en Montijo desde la guerra y durante la década posterior. La Delegación Local de Cultura Popular de FET de las JONS promovía funciones de teatro.
El día de la Cruz de Mayo de 1937 se celebró en el Teatro Calderón una representación de “Las Brujas”, a cargo de la Compañia “Enguidanos”, a beneficio de Auxilio Social. Luís Chamizo, con camisa azul recitó su famoso “El miajón de los Castúos”.                                                                                                                 El cuadro artístico del C. D. Montijo representó “El alfiler”, obra elitista y difícil, donde actuaron Cipriana Gallardo y Petra Jerez entre otros.                                                                                                              Recien acabada la guerra se representaron obras infantiles para obtener fondos para los soldados licenciados y los familiares de los muertos en el bando franquista (los otros no contaban). El día 12 de octubre de 1939, Fiesta de la Raza, se hizo una función benéfico-patriótica en el Calderón que dirigió el maestro-músico Fernando de Alvarado. Los niños de los Colegios Nacionales cantaron, actuó Margarita Gonzalez-Castell , Emilia Alvarado y Juan Pablo Sánchez Montes cantaron la pieza de zarzuela “Banderita española” (vestida ella con un traje largo y mantilla y él de soldado), etc.
En la inmediata posguerra vinieron a Montijo compañías teatros, zarzuelas y variedades, muy desarticuladas pues con la guerra se habían deshecho las que existían en España con anterioridad. Recordemos algunas:
A principios de los 40 se instalaría una Compañía de zarzuelas ambulante, en la plaza de los Bootello, que permanecería unos dos meses. El director era barítono, …….… Querol, y su esposa tiple (que estaba embarazada con lo que se prestaba a los comentarios jocosos del público). Les acompañaban un tenor, un pianista y tres músicos. Estos últimos subían de vez en cuando al escenario a hacer los coros y se quedaba sólo el pianista tocando. En una ocasión cantaría el tenor en San Antonio, un “Ave Maria”, acompañando al coro que dirigía el padre Bernabé.
En el año 40 se hizo una función en el Calderón y para el fin de fiesta Dª. Rafaela compuso la canción “Lavanderas”. La interpretaron Elisa Pinilla, Ana Capote, … vestidas de lavanderas, con un pañuelo en la cabeza, refajo, mandíl, etc., llevaban tablas de lavar y cestos con ropa.
También se instaló por entonces, en la plaza de Cervantes, el “Teatro Pepe Wanden” permaneciendo una larga temporada. El director -Pepe Wanden- era un gran actor, igual que su padre; actuaban además la esposa, el hijo mayor y otros actores. Representaron en el Teatro Calderón “Don Juan Tenorio”, “Tierra baja” y obras cómicas.
El 1 de abril de 1941, Día de la Victoria, se organizaría una función benéfica en el Teatro Calderón, con el fin de recaudar fondos para Auxilio Social. Se representó la obra “Morena Clara” de los hermanos Álvarez Quintero. Trabajaron: Inés Moreno (que hacía el papel de la gitana protagonista), José Luís Calero (de fiscal), Cecilio Rodríguez (de Regalito), Amalia Torres (de madre del fiscal), Luisa Hurtado, Antonia Rodríguez, Alejandrina Quintana, Maria Sánchez, Rómulo Pellicer, Francisco Gragera Tejeda, Bartolomé Gómez Lavado, Francisco Guerra, Justo Hernández,… El director de escena era Rafael González-Castell, el apuntador Muro Bautista y el traspunte Ramón Leal. Doña Rafaela Guisado “y Orquesta” amenizaron los entreactos.
Los comercios donaban muchos regalos que eran rifados, al final de las funciones, previa venta de papeletas entre el público.

El dia 1 de octubre de 1941, Dia del Caudillo, hubo una función a beneficio de la División Azul. Se celebró un Festival Infantil en el Teatro Calderón -según el HOY del día 5- “bajo la dirección de doña Amalia Torres de Leal y de la notable pianista doña Rafaela Guisado de Trasmonte, sobre un guión titulado “Radio Montijo” compuesto por don Rafael González-Castell, interpretado por el Cuadro Artístico local, formado por las monísimas niñas Agueda Villalobos, Obdulia Quintana, Evangelista Acevedo, Conchita y Margarita Gonzalez-Castell, Juanita Pérez, Amalia Guisado, Josefina Carretero, Teodora Caballero, Gumersinda Román, Josefina González y Victorina, haciendo una representación de consumados artistas”.
La obra consistía en cuatro actos cortos. La escenografía era muy vistosa. En uno de los actos salían varias chicas vestidas de muñecas, con trajes de tarlatana rosas, azules,…, de unas cajas grandes. Concha González-Castell y las otras iban cantando, al salir de las cajas, una canción: “Yo tenía una muñeca”, compuesta por Rafaela Guisado. Otro de los actos consistía en que iban dos Flechas femeninas (Agueda Villalobos y Evangelista Acevedo) por un camino y se les apareció la Virgen (Margarita González-Castell) entablando un diálogo…
Asistieron las autoridades y se llenó el teatro, teniendo que repetir todos los coros. Al final se rezó unas preces al Sagrado Corazón de Jesús, “que presidía la velada”, y se interpretaron el Himno Nacional y el “Cara al Sol”.
En esos años de posguerra actuaban también Luisa Thomas, Pedro Acevedo, Luisa Jerez, etc., quienes representaron una comedia de Carlos Arniches. Por los años 1941-1943 cantaron en fines de fiesta Antonio Agudo, Guillermo Marín y Emilia Alvarado la opereta cómica “Sin novedad Señora Baronesa”; Agueda Villalobos “Tengo miedo de la luna”; y Ana González Zoydo “Pedro Romero”,… todos ellos dirigidos por Rafaela Guisado.
En esos años se hacían muchos teatros entre grupos de amigos que representaban en algunas casas, para obtener fondos con fines benéficos (Hermandad de San Vicente de Paúl, para los niños pobres, etc.).

En los años 1942 y 43 se realizarían teatros infantiles en Montijo, organizados por las Escuelas Nacionales, con fines benéficos. Actuaban Ricardo Marín, etc. También se cantó en el Teatro Calderón, tras una obra corta, la popular canción de Celia Gámez “Doña Maria Manuela” dirigida por Rafaela Guisado; hacía de Doña Maria Manuela (madre de Eugenia de Montijo) Luciana Ramos, de Eugenia: Obdulia Quintana y de su hermana Paca: Concha González-Castell.
Maria Reyes cantó en otro fin de fiesta por entonces la canción “Eugenia de Montijo” que estaba muy en boga.
Por el año 1943 vendría al Calderón la compañía de la famosa Lina Llegros y por el 47 la de Mary Delgado. Ellas eran también actrices de cine y se hospedaban en la Fonda de Menayo, en la actual plaza del Rey.
Vendría la Compañía de Variedades “Relámpago internacional” que llevaba una gran puesta en escena (lujosa escenografía, cambio incesante de decorados, etc.).

Venta del Teatro Calderón a un particular                                                                                                                    En el año 1943 decidió la Sociedad Calderón de la Barca, por 17 votos a favor y 1 en contra, vender el Teatro a un particular, Alfonso Carretero Moreno, hermano del alcalde, por la cantidad de 65.000 pesetas el edificio más 31.000 por los muebles. Se le encargó de la explotación del Teatro-cine al sobrino de Álvaro Torres José Torres, ayudado por su hermano Juan.
Con la victoria de las potencias aliadas democráticas sobre el fascismo en la II Guerra Mundial, en 1945, obligaron a Franco a cambiar aquellos aspectos más acordes con los regímenes vencidos por lo que se fue pasando de la Falange al Nacional-catolicismo. Ello impregnará la vida en España y en Montijo.

En el año 1944 representó el Cuadro Artístico Cultural de Acción Católica, en el Calderón, el sainete graciosísimo de Carlos Arniches “La casa de Quirós”. Dirigió Amalia Torres y trabajaron: Francisco Villalobos Lozano (que era el principal actor y representó al marqués dueño de la casa), José Luís Calero Moreno (que hacía de galán) era maestro y delegado local de la Vicesecretaría de Educación Popular de Falange, Juan de los Ríos (que era un experto en meter “morcillas”), Casimiro Rubio de Codes (que hacía de cazurro), Justo Ágreda, Bartolomé Gómez Lavado (hacía de galán), Matilde Ágreda, Enriqueta Ríos, Emilia Alvarado, Poli Acevedo, Marina Real, Dolores Tienza, Guillermo Marín, Joaquín Fernández, Alejandro…, Luís… el director de BANESTO que hacía de sacerdote. Francisco Gragera Tejeda se encargó del maquillaje y los vestuarios.
El fin de fiesta fue dirigido por Dª. Rafaela.



                   Casimiro Rubio de Codes y Francisco García Villalobos. Foto de Amalia Torres.

El mismo grupo de actores representarían posteriormente la obra “La locura de Don Juan” en el Teatro Calderón. Francisco Villalobos hacía de D. Juan, Guillermo Marín de mayordomo, Dolores Tienza de doncella, etc.



Aunque Emilia Alvarado ejercía de maestra fuera de Montijo y sólo venía los fines de semana, por lo que no podía ensayar los teatros, interpretó por el año 1945 la obra “La fuente de los amores” en la que actuaron también Antonio Agudo, Rodrigo Capote, etc. Al final cantaría un coro de jovencitas (Felisa Gómez Lavado, Poli Acevedo, …) una canción realizada por Rafaela Guisado: “Somos chiquillas modernas”.

En el año 46 se realizaría un teatro infantil dirigido por Dª. Amalia Torres. Un coro de niñas de 5 a 7 años perteneciente a la Escuela Unitaria de Párvulos de Dª. Matilde …., que estaba instalada en la calle de Arcos, cantaron y bailaron “Con mis faldas de percal”. El coro de niñas estaba integrado por Josefina del Viejo, Mary Colino, Anita Hernández, Paqui Vila, Maria Luisa Acevedo, Adita y Angelines Durán, Manolita Arrobas, las hermanas García, …

También por el año 1947 se representaría en el Calderón el folletón “Amor y sacrificio” , para sacar fondos para la parroquia y para pagar una operación de apendicitis a un niño del Vallonal, dirigido por Amalia Torres. Los ensayos se hacían en su casa pero el piano lo tocaba Rafaela Guisado. Para el fin de fiesta compuso ésta la canción “Somos marineros”. Bailaba esta pieza muy bien Emilio Macarro.


Vemos de derecha a izquierda a Tomasa Ramos, García Capote, Teodora Caballero, Ceferina García Arrones, Emilia Gómez Lavado, María Garay, Lola Hernández, Antonio Rodas. Abajo María Beniez, Enriqueta García Arrones, Emilio Macarro. Foto de Amalia Torres.


Una función benéfica en el Calderón por aquellos años donde vemos, entre otros, a Fernando Regalado, Emilia Gómez Lavado, Concha González Zoydo, Emilio Macarro, la esposa de Rafael Gómez Rodao, Tomasa Ramos, Cecilio Rodríguez, Francisco Gragera Gragera detrás de Margarita González Zoydo (con pamela), Ramón Leal, … , sentada Amalia Torres, … , sentado García Capote, Emilia Gómez, Ángela ….. Foto de VISAM.

En 1948 se realizó un Festival Infantíl proseminario donde se representó la obra “Los cuatro caminos”, donde actuaron García Capote, Pedro Garay, Emilio Macarro, Concha González, etc. Por el año 1948-49 se haría un teatro en el Salón Moderno dirigido por Amalia Torres. En el fin de fiesta dirigido por Rafaela Guisado cantó una “Nana” Teresa Pérez, otra alumna suya de piano y música.
En 1949 se estrenaría la superproducción española, realizada en los estudios CEA, “Eugenia de Montijo” con música del maestro Joaquín Turina, dirigida por José López Rubio e interpretada por Amparito Rivelles, Mariano Asquerino, Jesús Tordesillas, Fernando Rey, Luís Peña, etc. Sus canciones se repetirían en las radios y se cantarían mucho en nuestro pueblo en esos años.

En la década de los cincuenta organizaba funciones teatrales el Cuadro Artístico-Cultural de Acción Católica. Para conocer los entresijos de las actuaciones de este grupo recomiendo la lectura del artículo “El teatro de aficionados en Montijo” escrito por Manuel Regalado del Viejo, publicado en la Revista de Ferias de 2004.
En diciembre de 1950 representaron “La fuente de los amores”, dirigida por Amalia Torres, folletín amoroso que se repitió varios días junto con el auto sacramental “El buen ladrón”. En el fin de fiesta cantarían la zarzuela “Alma de Dios” Ana González Zoydo (como tenía una voz grave Rafaela Guisado arregló la partitura para adaptársela a ella), Manuel Regalado, etc.

                                                        La fuente de los amores. Foto de VISAM.

                                             Ana González Zoydo cantando. Foto de VISAM.

                               El Buen Ladrón. Ana González Zoydo hace de virgen. Foto de VISAM)


 El cuadro de actores de La fuente de los amores con Amalia Torres: de derecha a izquierda María Gragera, Enriqueta García Arrones, María Benitez, Dolores Gallardo, Francisco García Vicente, Margarita González Zoydo, Manuel Regalado, Pepa …, Juana Gragera. Foto de Amalia Torres.

En 1951 dirigieron Rafaela Guisado y el párroco José Zambrano la zarzuela en un acto “La estatua de Pablo Anchoa” con actores exclusivamente varones (Manuel Regalado, Julio Gragera, Miguel Cienfuegos, Antonio Rodríguez López, …), no hubo fin de fiesta.
En el año 1952 llegó a Montijo un sacerdote joven y “moderno”, Antonio Bayón. En 1952 representaron “Más allá del baile”; en 1953 representaron la obra de los hermanos Álvarez Quintero “El genio alegre”, a beneficio de las Bodas de Plata del párroco, donde actuaron Juan Durán Barroca, Rosa Molano Calvo, Matilde Ágreda y varios trabajadores de las Colonias, afiliados a la HOAC. Por ese tiempo el sacerdote Antonio Bayón dirigió la obra “Murió hace quince años” interpretada por: Manuel Regalado, J. Álvarez, Pini Estévez, Manola González, Mariano García, Andrés Garay, Diego Gallardo, Carmina Sánchez, Emilia Gómez, Santiago Iglesias, Juan Durán Barroca y Francisco Rubio. El fin de fiesta con bailes regionales lo dirigió Rafaela.

Por el año 53-54 representó un grupo de jóvenes montijanos la obra “La princesa de los Arrallanes” en el Calderón, dirigida por Amalia Torres. Trabajaron: Matilde Ágreda, Rosa y Consuelo Molano, Maria del Viejo, Margarita y Ana Gonzalez Zoydo, Encarnita …, una sobrina de Amalia Torres, Juan Durán Barroca, Antonio … (trabajador de las Colonias), …

En 1955 dirigió Antonio Bayón la obra anticomunista «Murió hace quince años». Basada en una obra teatral de José Antonio Giménez-Arnau, diplomático, escritor, periodista y miembro de La Falange, fundador de la Agencia EFE y amigo personal de Ramón Serrano Suñer. Murió hace quince años plantea la lucha contra el comunismo desde la defensa de la religión y de la familia: «sin Dios y sin familia es imposible la existencia de una sociedad civilizada y de la vida humana.»                                                                   Dice uno de los actores montijanos que la representaron, Manuel Regalado del Viejo: «drama de contenido político, con argumento absurdo y poco creíble. La obra se me fue haciendo antipática a medida que avanzaban los ensayos y me iba enterando de la trama, pero continué porque me había comprometido. Tuvimos un gran éxito, tanto que de otros pueblos nos invitaron a representarla. Aquí… me negué… D. Antonio Bayón organizó un viaje a Guadalupe para todos los componentes, menos para quien escribe estos párrafos, como era de esperar». Eran los años de Nacional-Catolicismo…
Antonio Bayón fue trasladado fuera de Montijo en 1955 por discrepancias con el párroco José Zambrano, muy conservador y misógino, continuando esta labor el sacerdote Pedro Gragera Gómez a partir de junio del 56.

El Frente de Juventudes organizó también un cuadro artístico, estrenando en 1954 el sainete cómico en un sólo acto: “Parada y fonda”, en el que actuaban Manuel Regalado, … Corredera, un dependiente de Antonio Agudo, etc., dirigido por ellos mismos. Lo representaron en el Teatro Calderón con fines benéficos. El fin de fiesta estuvo a cargo de los famosos Coros y Danzas de la Sección Femenina de Badajoz dirigidos por Manuel Núñez.   

A finales de los años cincuenta se presentó Mario López Delgado a un Concurso Provincial de actores en la OJE y consiguió el 1º premio de Actor Cómico.  Abajo lo vemos actuando en la OJE de Montijo.

  Mario López el primero por la derecha en la OJE de Montijo. Foto SANFER propiedad de Mario.

En la foto vemos a Mario López representando en la OJE con Francisco Serrano.                                         En los años sesenta representaron conjuntamiento las Juventudes de Acción Católica y los jóvenes de la OJE, dirigidos por el sacerdote Pedro Gragera Gómez, en el Teatro Calderón, la obra “La estatua de Juan Palomo” y “¡El alcalde de Retortijo!”, en la que actuaba Mario López Delgado, Alfonso del Viejo, el hijo de Charlot, …. Rivera, Teodoro Pozo, entre otros.

El alcalde de Retortijo se representó el 12 de diciembre de 1962. Vemos el prospecto de propaganda.

Representación de ¡El Alcalde de Retortijo! en 1962, correspondiendo a los aplausos del público. Foto cedida por Mario López.

Al final de la obra de teatro hacían un «fin de fiesta» como vemos en el prospecto de arriba, que gustaba mucho al público.


                 Foto del Alcalde de Retortijo. Morenito de Montijo «Maravillas tiene el mundo».

Mario López Delgado imitaba al famoso actor cómico mejicano Cantinflas, creando monólogos que representaba en múltiples locales. En la foto lo vemos en la parrilla de la Piscina-Bar CAVI acompañado por la Orquesta Monty.

En 1968 se representó “Una tal Dulcinea” de Alfonso Paso, dirigida por Mario López y donde actuaban Paca Cabezas, Paco Quintana, Diego Tena Ortíz, los hermanos Diego y Antonio Álvarez Moreno y ……… Fernández. También montaron algunos sainetes. Se unían para ello esporádicamente por temporadas, sin darle un carácter de continuidad.

                                  Representando Una tal Dulcinea. Fotos cedidas por Mario.

A principios de los años sesenta pasaba grandes temporadas invernales en la Plaza de Cervantes el teatro ambulante «Mari Paqui», «el teatro de las grandes simpatías».

En esta foto aérea de Vuelo Americano, realizada en el verano de 1957, vemos al teatro «Mari Paqui» en la plaza de Cervantes.

Los «cantaores» en el teatro de Modesto en los años sesenta. Prospecto de Juan José Sánchez Ramos.

En los años sesenta traían también «cantaores» al Calderón. Prospecto de Juan José Sánchez Ramos.

                                   Teatro de aficionados en 1967. Foto de José Antonio Rebolledo.

Otra representación con los hermanos Diego y Antonio Álvarez, Caty Marín, Paci Acevedo, etc. Foto de Caty Marín.

En los años sesenta continuaría Amalia Torres sus actividades con los niños. Nos cuenta ella: “A petición de la Sra. Directora Doña Julia Martín Carnero he dirigido coros, trabajos de redacción, teatro radiofónico y escénico a más de Belenes y Villancicos…»
Los teatros infantiles fueron: “La burrita desorejada”, de Juana de Ibarbourou, grabada en cinta magnetofónica que fue seleccionada en Badajoz para pasar a Madrid. De allí nos pidieron nueva grabación porque no estaba limpia de ruídos y fuimos los actores y yo a la Emisora Sindical para su nueva grabación.
La otra obra de teatro fue el juguete cómico “Padre, yo quío retratame” , dirigido por Amalia Torres, para concursar en la VI Semana Provincial del Teatro, realizada en Badajoz en el mes de mayo de 1970, y se representó en Montijo junto a un nutrido programa dirigido por varios maestros de la localidad. Vino a ver la representación un miembro del Jurado de Badajoz y seleccionó la obra dirigida por mí para ser representada en Badajoz junto a otras obras, el 20 de Mayo del 1.970.
Seis días después de haber sido puesta en escena en Montijo. El periódico HOY hizo el siguiente comentario: “Cerrando la velada actuó el Grupo de Teatro Padre Manjón de Montijo con la obra “Padre, yo quío retratame”. Este grupo era esperado con curiosidad por la juventud de todos sus integrantes. Nos agradaron y vaya desde aquí nuestro elogio a esta gran labor de inculcar el teatro desde las más tempranas edades”.

El juguete cómico «Padre, yo quío retratarme» interpretado por el Cuadro Escénico Mixto del Padre Manjón.

Laly González Zoydo, hija del escritor Rafael González Castell y maestra de párvulos, organizó un cuadro artítuco en su colegio El Buen Pastor y representó varias obras como «Casilda, reina mora» en 1970.

Alumnas del Buen Pastor representando «La hormiga avariciosa», de Aurora Mateos en 1971.

El Grupo de Teatro Aficionado “Calandria”
En el año 1972 surgió este grupo dirigido por Ana González Zoydo, con la ayuda de su hermana Laly, integrado por jóvenes algunos de los cuales ya venían actuando en el grupo del Frente de Juventudes, que realizó varias representaciones en el Teatro Calderón.
Representaron las obras “En la ardiente oscuridad” de Buero Vallejo, “Olvida los tambores” que representaron por la provincia, “La sangre de Dios”, “La doncella es peligrosa” (en 1974) su única obra cómica, prepararon en el verano de 1974 “El retablo del flautista” de Jordi Teixedor con música de Pepe Melara, pero no se llegó a representar. También empezaron a ensayar “Stratojet 991” de Juan José Alonso Millán, pero se abandonó. “Oficio de tinieblas” de Alfonso Sastre no pasó del proyecto. “Bodas de sangre” no pudo representarse por prohibición de los herederos de Federico García Lorca que no querían que la pusiesen en escena un grupo de aficionados.
Obras con contenido crítico propio de los años de ruptura con la dictadura.
Actuaban los hermanos Diego y Antonio Álvarez, los hermanos Lito y Nino Colino, Diego Tena Ortíz, Pepi Sánchez, Carmen Vaca, Laly de la Barrera Mateo, Juan Cayetano Polo, Loly López, Pepe Luís Melara, etc.



Calandria al acabar la representación de «La doncella es peligrosa», de Serge Veber, en 1974.

En 1976 vendería el propietario del Calderón el inmueble. El Ayuntamiento no puso ningún interés en comprarlo y al final se quedaron con él los hermanos López Delgado. A continuación se reformó para montar una gran tienda de muebles.
Así perdió el pueblo de Montijo un templo de la cultura del siglo XX, un foro de irradiación cultural de primera magnitud, protagonista de grandes eventos.
Durante la Transición democrática nació, en noviembre de 1975, la “Asociación Cultural de Montijo”, con la finalidad de “elevar el nivel cultural, humano y cívico del pueblo de Montijo”. Había mucha ingenuidad en el propósito y chocó con la fría acogida de mucha gente.
La asociación tenía la sede en la Plaza de Santa Clara, en los altos de la casa de Ángela Rodríguez; estaba presidida por el sacerdote Manuel Grillo (entonces era conveniente, para evitar problemas burocráticos, poner a un sacerdote como cabeza visible al legalizar esas asociaciones como sucedía con los Teleclubs). Se dividió el trabajo en varios grupos o comisiones: teatro, música, conferencias, biblioteca, cine-club, etc.
La ideología de los socios era muy heterogénea, iba desde la derecha progresista hasta la extrema izquierda, lo que motivó choques internos.
Los primeros actos públicos de la Asociación se desarrollaron en las Navidades de ese año:
El 22 de diciembre representó el grupo Pequeño Teatro de Valencia la obra “Danza de la lanza de papel”.
La censura prohibía a los menores de 18 años la entrada en ellos, desde el principio la Asociación empezó a conocer los sinsabores de la censura.
En el año 1976 se desintegró la Asociación Cultural aunque realizarían todavía algunos actos más: el 1 de octubre el grupo de teatro Esperpento representó la obra “¿Qué negocio no es estafa?”.

El Cine-club de Montijo fue creado a principios de 1976 como una actividad de la Asociación Cultural pero con personalidad jurídica propia aunque en sus comienzos dependió del Centro Dramático de Badajoz. Sus directivos eran todos, al principio, socios de la Asociación pero pronto se abrió a otras personas (comerciantes, sacerdotes, notario, etc.), fue presidido por Helio López. Desapareció en mayo de 1977.
El grupo de personas que dejó la Asociación Cultural siguió realizando actividades con otros miembros del Cine-club, marchando de una manera paralela a aquella. En noviembre de 1976 se celebró una Semana Cultural donde, entre otros actos, el día 23 representación teatral a cargo del grupo Caterva, de Gijón, con la obra “Don Juan Tenorio” donde se hacía una dura crítica de los valores machistas y autoritarios.

                                                             Foto de Manuel Vargas.

El 21 de mayo de 1977 hubo una representación teatral del grupo madrileño Colectivo El Buho, con la obra “La sangre y la ceniza. Miguel Servet”, del autor Alfonso Sastre, un estudio sobre la intolerancia en España.
Todas estas actividades fueron organizadas por el grupo que abandonó la Asociación Cultural a través del Centro de Estudios Muñoz Torrero, de Badajoz.



El Grupo de Teatro MARGEN representando la obra “Y los cíclopes salieron de las entrañas de la tierra para asaltar el cielo”, en la II Semana Cultural de Montijo. Foto de Manuel Vargas.

A partir de abril de 1979 en que comenzó su andadura la Corporación Municipal democrática la mayoría de las representaciones teatrales se organizaban por el Ayuntamiento.

Juan Carlos Molano Gragera
Juan Carlos Molano Gragerahttp://historiasdemontijo.com
Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

Autor

Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

Compártelo

Entradas recientes

Categorías populares

Suscríbete

Suscríbete y recibirás notificación de las nuevas entradas del Blog


Loading

error: Content is protected !!