Hasta hace muy poco tiempo la historia que nos han contado en los libros de texto era la historia de los varones, siempre dominando la escena. La causa de ello se debía a que la historia la solían escribir estos y, motivado por la concepción patriarcal en la que nos educaron, quedaban relegadas las mujeres a un lugar secundario, subalterno, o desaparecían de hecho de los aconteceres históricos.
Pero esta concepción es falsa, lo que ocurrió es que desde los orígenes de la especie humana los más fuertes dominaban a los demás, los varones se dedicaban a la caza y a la guerra y las mujeres a la recolección, a las tareas del campo, a las faenas de la casa y al cuidado de los niños y los ancianos. La casta de los guerreros dominaba a las tribus o pueblos. Pero las mujeres llevaban la mayor parte del peso de la sociedad. La religión católica relegó a un segundo plano a la mujer, cambiando las verdaderas enseñanzas del fundador, y para ello desvirtuó completamente el papel de las mujeres que rodearon a Jesús.
Acaba de publicarse una novela muy interesante de la periodista Cristina Fallaras “El Evangelio según María Magdalena” de B. Editorial. En una entrevista que le hizo Julia Otero en Onda Cero radio el día 29 de enero de 2021 Cristina dijo:
“María Magdalena es la mujer que más veces se nombra en los Evangelios Canónicos, incluso por encima de la Virgen María, madre de Jesús. Se la ha dibujado de muchas formas, ya sea como prostituta, penitente, discípula aventajada de Jesucristo o su compañera… la Iglesia Católica, en el año 591, convirtió a María Magdalena en prostituta, algo que «jamás» aparece en la Biblia, y tuvo que ser el Papa Francisco quien cambió su definición de ella como «la apóstol por encima de los apóstoles». Sobre por qué se cambió la mirada que se tenía de ella, la escritora cuenta que fue a raíz de tres motivos: el primero, que salió en los papeles del Mar Muerto y comenzó a aparecer en evangelios que no eran los Canónicos; segundo, porque el papel de la mujer actualmente es otro; y tercero, porque hay que pensar por qué se la considera como una prostituta. … Fallarás asegura que la Iglesia Católica cambió la imagen de María Magdalena porque estaba prohibido que fueran tratadas por igual…Los Evangelios Canónicos se convirtieron en otra cosa radicalmente opuesta por culpa de las cartas de Pablo de Tarso, pero sobre todo, por culpa de unos hombres que desde entonces hasta hoy mismo deciden manejar el cuerpo de las mujeres y mandarlo al ámbito privado, donde tienen que criar, parir y ocuparse del alimento, es decir, no participar en lo público”.
Lo mismo hizo la religión mahometana relegando aún más a la mujer y quitándole todos sus derechos. Es hora de que cambiemos la visión patriarcal de la Historia.
En todo el mundo, en España y en Montijo las mujeres fueron también protagonistas de la historia, algunas sobresalieron por su inteligencia, fortalece y arrojo, rompiendo los estrechos corsés que tendieron los hombres de su época, situando a la mujer en plano de igualdad con el hombre, luchando por su libertad de pensamiento y de actuación y por su dignidad. Y muchas lo pagaron bien caro con escarnio público, marginación social, cárcel, torturas y hasta con la vida.
En este corto trabajo pretendo resaltar a una serie de montijanas que destacaron en algún ámbito, que no les importó romper con el lugar que les tenían asignado los hombres poderosos de su época. Ya se han escrito trabajos parciales sobre algunas de estas mujeres. El listado que enumero en este estudio es muy incompleto, pero debe servir para tener un punto de arranque con el que seguir ampliando en el futuro.
Montijo fue siempre un núcleo rural en el que predominaron, salvo cortes periodos históricos, las ideas y los valores conservadores propios de los estamentos que dominaban nuestra sociedad (nobles, militares, propietarios de las tierras, eclesiásticos). Y dentro de esos valores entraba el de encomendar a las mujeres funciones exclusivas de cuidado del hogar y la crianza de los hijos y ancianos.
Conocemos por los documentos existentes en los archivos a algunas de esas mujeres, de muchas apenas se dice nada pero intuimos cuál era su pensamiento y su forma de actuar.
En el año 1551 se vendió la Villa santiaguista por el rey al marqués de Villanueva del Fresno y comenzó desde entonces la jurisdicción de los Condes de Montijo.
Las campesinas
Para hacernos una idea de cómo estaban explotadas por los hombres las mujeres campesinas en el Montijo de aquellos años transcribimos el relato de los jesuitas Pedro de León y Pedro Tercero tras una visita a la villa en el año 1592, recogido por Tomás Pérez Marín en su libro “Historia Rural de Extremadura”, editado por la Caja Rural de Extremadura y la Diputación de Badajoz en 1993: “… las mujeres de esta tierra son medio hombres en sus hechos y sus dichos. Van a cavar y a segar al campo y traen mejor un haz de leña muy grande a cuestas que un hombre, ni dicam que una bestia.
En pasado de cuarenta años ellas mismas dicen de sí: está hombre pedazos de segar o de cavar; y otras: está hombre molido de parir y criar. Parecía que sabían que homo es de ambos géneros. No digo otros vocablos por no detenerme y porque son ridículos, como para maldecir a otros…”
Los hombres solían denominar a esas mujeres trabajadoras y valientes con epítetos insultantes como “machorras” o “tiorras”.
Como muestra de la personalidad de estas mujeres rudas y curtidas por el duro trabajo encontramos en el Archivo Parroquial de San Pedro nombres como el de CATALINA SÁNCHEZ “la brava”, que vivió a finales del siglo XVI y principios del XVII y de la que no sabemos nada por ahora. En el Archivo Parroquial de San Pedro figura Catalina y su hijo Bernardo Mendoza Sánchez que nació en el año 1604.
Las judeoconversas
En 1566 vivía en Montijo un pequeño núcleo de judeoconversos que no habían querido marcharse de sus casas al exilio en 1492; eran espiados y delatados por los “Familiares del Santo Oficio” que hacían carrera política y económica persiguiendo a vecinas y vecinos que no seguían al pie de la letra lo que dictaba el poder.
Cuadro pintado por Frasco Antolín copia de otro que había en la ermita de Barbaño, se llama «La conversión del moro». Junto a la virgen vemos a una de espaldas, condenada por la Inquisición, con el Sanbenito y obligada a pasearse por el pueblo de forma humillante.
Fermín Mayorga Huertas expuso en las VIII Jornadas de Historia de Montijo, celebradas en el 2008, una ponencia sobre “Inquisición en la tierra de Montijo, siglos XVI al XIX” donde habla de varias condenadas por el Santo Oficio de Llerena:
-MARÍA JUAREZ, esposa del escribano Francisco Sánchez Mesa, fue condenada en el año 1567 cuando tenía sólo 18 años por hereje judaizante, igual que su hermana.
El grave motivo es que era hija de condenados por la Inquisición (su madre fue quemada y el padre sufrió cárcel y varias penas) y no podía vestir de color carmesí ni utilizar seda, oro ni plata, viajar a las Indias, ni trabajar en oficios públicos, ni montar a caballo.
-LEONOR GONZÁLEZ, natural y vecina de Montijo, judeoconversa, esposa de Diego López de profesión lanero, fue condenada en el Auto de Fe celebrado en Llerena el día 8 de diciembre de 1566, a llevar hábito perpetuamente, cárcel perpetua y a la confiscación de sus bienes.
-ISABEL GONZÁLEZ, vecina de Montijo, judaizante, esposa del sastre López Gil, que era hijo del Diego López lanero y también fue condenado por la Inquisición, fue condenada en 1566 a llevar hábito y cárcel por un año y la confiscación de sus bienes.
-BEATRÍZ MACÍAS, natural y vecina de Montijo, judeoconversa, soltera, se le condenó en 1566, igual que a su hermana, a cárcel y llevar hábito durante seis meses, a la confiscación de sus bienes y otras penas.
-MARÍA RODRÍGUEZ.- Mayte Álvarez García publicó un artículo en la Revista de Ferias de 1997 “María Rodríguez. Un caso de Montijo para la Inquisición”, páginas 105 y 107, donde estudia el caso de la joven montijana María Rodríguez que fue procesada por la Inquisición de Llerena en 1581 por irreverencias judaizantes. Tenía 27 años y era esposa del hortelano Alonso Gutierrez. Se le condenó a la “abjuración de vehementi” advirtiendo que si reincidía se enviaría de nuevo al Consejo y podría ser condenada a la hoguera.
Sefardíes.es nos aclara.- “Sentencia dada por los tribunales de la Inquisición, cuando no se había podido probar pero existían fuertes indicios de delito. Implicaba un grado de culpabilidad superior a la «abajuración de leví». Lo habitual era que el acusado o penitencia compareciera en el Auto de fe con sambenito de media aspa, que debía llevarlo durante uno o dos años, permanecer encarcelado aproximadamente durante un año, multa dineraria de pérdida de la mitad de los bienes y destierro por un tiempo que solía no ser superior a seis años. En ocasiones era castigado con azotes (200 los hombres y 100 las mujeres). Si con el tiempo volvía a ser juzgado, era considerado relapso (que había vuelto a cometer delito), y podía ser «relajado» (condenado a pena de muerte).”
Dice Mayte Álvarez que “las instrucciones publicadas por el Santo Oficio desde los primeros tiempos obligaban a todos los cristianos, bajo pena de excomunión y proceso judicial, a la denuncia secreta de los herejes, pudiéndose basar la delación en sospechas derivadas de gestos, frases o comportamientos del acusado…” El régimen de terror que debía recorrer aquella sociedad debería ser enorme. El poder político, económico y eclesiástico acusaba de herejes a los que no se doblegaban a su férrea dictadura, entre otros a muchas mujeres.
¿Sería la misma que emigró a Perú en 1595 cuando tenía 41 años? …
Aguafuerte No hubo remedio, grabado de la serie Los Caprichos, de Francisco de Goya. Se publicó en 1799. Se encuentra en el Museo del Prado.
Las emigradas a América
Pablo Iglesias Aunión, en su libro “Historia de la comarca de Lácara, del Medievo a los Tiempos Modernos”, publicado por ADECOM LÁCARA en el 2000, nos habla en las páginas 151 a 171 de la emigración a Indias en el siglo XVI. Cogemos algunos datos sobre montijanas que se fueron a vivir a América.
En primer lugar las que se iban era porque vivían en una situación de gran pobreza, eran criadas (los criados representaban el 66’5% del total de los que embarcaban), campesinas o esposas de artesanos y se vieron en la obligación de empeñar el dinero que no tenían para pagar el viaje en barco y emprender otra vida. Dice Pablo que “… a la hora de embarcarse, éstos lo hacen como “al servicio de …” o como “criado de …”, … lo que se está haciendo es buscar la protección de algún señor que les pueda asegurar el viaje, lo que no exige que una vez llegados a tierra ejercen como tal. Esta modalidad aceleraba los trámites y eliminaba muchas de las trabas existentes para conseguir las licencias y poder embarcar…”
Fray Pedro Aguado habla de la importancia de la presencia de la mujer en América: “… los pueblos de Indias nuevamente poblados no se tienen por fijos o estables ni permanecedores hasta tanto que mujeres españolas entre en ellos, y los encomendadotes y conquistadores se casen…”
La promulgación de las Leyes de Indias a lo largo del siglo XVI, según Pablo Iglesias, “eran estrictas en cuanto al paso de mujeres casadas si no iban acompañadas de sus maridos, sobre todo, tras las noticias de los elevados índices de mala vida que se llevan en las primeras tasas de mujeres solteras que pasan a las Indias”. Se ve que les costaba mucho abrirse camino allí y tenían que agarrarse a lo que fuera para sobrevivir.
Fueron 25 mujeres de Montijo las que se fueron entre 1559 y 1585:
-MARÍA PÉREZ, esposa de Pedro Rubio, se fueron a Florida en 1563.
-CATALINA RODRÍGUEZ, esposa de Francisco Serrano, se fueron a Nuevo Reino (el Nuevo Reino de Granada estaba ubicado al norte de Suramérica, que corresponde al núcleo principal de la actual República de Colombia).
-ISABEL MARTÍN, se fue a Nueva España (este virreinato comprendía todo Méjico, buena parte del actual Estados Unidos y América Central).
-MARÍA ESTEBAN, se fue con su esposo Juan Pérez y sus cinco hijos a Nueva España en 1561.
-CATALINA ESTEBAN se fue a Nueva España en 1561.
-MARÍA RODRÍGUEZ LÓPEZ se fue a Florida en 1562.
-MARÍA CHAVES se fue a Florida en 1563.
-INÉS LÓPEZ se fue a Florida en 1563.
-ISABEL DE MOSCOSO se fue a Florida en 1563.
-BEATRÍZ DE MOSCOSO se fue a Florida en 1563.
-MARÍA PÉREZ se fue a Florida en 1563.
-CATALINA RODRÍGUEZ LÓPEZ, se fue a Florida en 1563.
-ISABEL RODRÍGUEZ LÓPEZ se fue a Florida en 1563.
-MARÍA ESTEBAN se fue a Nueva España en 1565.
-BEATRÍZ GARCÍA se fue al Perú en 1565.
-CATALINA GARCÍA ESTEBAN se fue al Perú en 1565.
-MARÍA GARCÍA LÓPEZ se fue al Perú en 1565.
-BEATRÍZ GÓMEZ se fue a Nueva España en 1565.
-CONSTANZA GONZÁLEZ ESTEBAN se fue a Nueva España en 1565.
-ISABEL MARTÍN se fue a Nueva España en 1565.
-JUANA RODRÍGUEZ GÓMEZ se fue a Nueva España en 1565.
-TERESA SÁNCHEZ se fue a Nueva España en 1565.
-MARÍA GARCÍA SÁNCHEZ se fue a Nueva España en 1577.
-ELVIRA SÁNCHEZ se fue a Nueva España en 1577.
-MARÍA CORTÉS se fue a Tepeaca (ciudad del estado mejicano de Puebla) en 1595.
-MARÍA ESTEBAN se fue a Tepeaca en 1595.
-OLALLA GARCÍA se fue a Atlixco (al suroeste de la ciudad de Puebla, Méjico) en 1595.
-MARÍA RODRÍGUEZ se fue al Perú en 1595.
Las esclavas
Esclavas hubo en Montijo desde muy antiguon pero vamos a centrarnos en los estudios que existen desde el siglo XVII. Fernando Cortés Cortés habla extensamente en su libro “Esclavos en la Extremadura meridional del siglo XVII”, editado por la Diputación de Badajoz en 1987, de los esclavos que hubo en nuestra villa en el periodo de 1620 a 1699, la mayoría de raza negra. En total 68, que suponían el 1% de la población de Montijo.
Los hijos de “padres desconocidos” y madres esclavas eran 72. Aunque en los libros de la Parroquia de San Pedro se ponían así los apuntes, todos sabían que el padre solía ser el amo, quienes violaban permanentemente a sus esclavas jóvenes con total impunidad sin que ellas pudieran recurrir a la Justicia, el Concejo o la Iglesia porque no les hacían el mínimo caso.
Dice Fernando Cortés en la página 72 de su libro: “ciertas relaciones entre la población libre y los esclavos que con ella conviven están intensificadas y conducen a la producción de nuevos esclavos que son propiedad del dueño de la esclava que los concibe… ¿Quiénes son los padres de estos ilegítimos, sucesivos hijos de una misma madre esclava, que van siendo inscritos en las actas de bautismo con una periodicidad de la que parece deducirse el mantenimiento de unas relaciones prohibidas que conducen a la procreación de un nuevo esclavo?… la preocupación y atenciones de muchos amos hacia el futuro de su esclava y los hijos de esta podrían estar indicándonos su propia intervención en la concepción de esos hijos y la paternidad de los mismos, los textos documentales no aclaran nada. Se intuye que algunos dueños son los padres de los hijos de sus esclavas…”
Los amos eran nobles, propietarios de tierras, militares, Familiares del Santo Oficio y clérigos. Un solo amo –el hidalgo Toribio Mateo Gragera Dorado- llegó a poseer 22 esclavos que fueron bautizados desde 1662 a 1686 (si no los bautizaban tenían problemas los amos). Entre los esclavos figuraban 6 mujeres, esclavas cautivas obligadas a servir a sus amos de por vida:
-MARÍA, era madre de 9 hijos que nacieron desde marzo de 1662 a septiembre de 1686.
-FRANCISCA, era madre de 6 hijos.
-ANTONIA, tuvo hijos.
-ANA, tuvo hijos.
-ANA GARCÍA, tuvo hijos.
-MANUELA DE LEÓN, tuvo hijos. -LEONARDA GONZÁLEZ Manuel Rodríguez Pérez ha recuperado un escrito del siglo XVII en el Archivo Municipal de Badajoz que dice lo siguiente, traducido del castellano antiguo:
“En la ciudad de Badajoz, a 22 días del mes de diciembre de 1665, ante mi el escribano público perpetuo del numero de esta ciudad y testigos de sus escritos, compareció Arias Fernández de Paredes, vecino y mercader de esta ciudad y dijo vender a don Manuel de Silva, capitán de caballos de corazas en este ejército, caballero de hábito de Cristo, residente al presente en dicha ciudad, una esclava que se llama Leonarda González, de 25 años de edad, poco mas o menos, de color mulato, picado el rostro de viruelas, la cual compró de Juan Gallego de Hortigosa, vecino de la villa de Montijo, como consta en las escrituras que sobre ello otorgó en dicha ciudad el escribano de aquella villa, la cual crió, desde su nacimiento, en su casa, como tal esclava, y se le vende estando sana de enfermedad, no teniendo la enfermedad de gota, no siendo fugitiva ni ladrona, por el precio de 3000 reales.”
Estas esclavas serían traídas a la fuerza desde Africa, apartadas de sus familias, por lo que tendrían una gran depresión, marcadas a fuego en su piel, y obligadas a trabajar sin descanso para sus católicos amos sin ninguna remuneración.
Foto publicada por Julián Caliva en Epoca colonial.
Manuel García Cienfuegos dice en su artículo “El escudo de armas del capitán Toribio Mateo Gragera”, publicado en la página de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales: “Prototipo de una familia hidalga en una comunidad rural… Desconocemos la fecha de nacimiento de Toribio Mateo Gragera… La familia Gragera estuvo avalada por un reconocido prestigio social, una probada solvencia patrimonial y económica, que le llevó a ocupar significativos cargos en la Administración, en el Ejército, la Iglesia y en el Santo Oficio, entre otros. Crearon mayorazgos, ejerciendo una clara política endogámica familiar para concentrar bienes y riquezas, disponiendo de criados, esclavos, caballos, coches, armas y perros para sus cacerías. El capitán Toribio Mateo Gragera… casó en Montijo el 21 de noviembre de 1649 con Leonor Martín Gragera,… bautizaron en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Montijo nueve hijos legítimos y veintidós esclavos . Vivieron en la calle Macias de Porras, hoy número 40… Toribio Mateo ejerció su carrera militar en la Guerra con Portugal (1640-1668)… Al final se fueron a vivir a Talavera la Real porque en Montijo “al estado noble no se le reconocía la exención de pagar contribuciones, el cual gozaba de exenciones y franquicias… mientras que en Talavera la Real había mitad de oficios y los hijosdalgos estaban exentos de pechar (pagar tributos y contribuciones)…El capitán, acumuló una abundante masa patrimonial, que sus hijos unificaron en porciones de las dehesas de la Torre del Fresno, Satisfolla de Hoces o de la Vara, los Carneriles, Fresno Pinel, Fresno Carazo y Pesquero entre otras. Esta acumulación de tierras, ganados, posesiones y una más que excelente y probada solvencia, unido a la contribución en lo militar y en lo económico que la familia hizo a la Corona, fue la causa por la que Fernando VI concediera el 15 de junio de 1747, a su nieto, Toribio Diego Gragera Bérriz, el título de Conde de la Torre del Fresno. Toribio Mateo Gragera falleció en la ciudad de Sevilla el 3 de marzo de 1686, en la casa del Familiar del Santo Oficio Antonio de Almarza y Tejada, …
Después de su fallecimiento, su mujer, siguió viviendo en la casa de la calle Porras en compañía de su hija María Esteban Gragera, de estado soltera. Leonor falleció el 18 de diciembre de 1715, siendo enterrada en la capilla de San Juan Bautista de la parroquia de San Pedro…”
Es decir, que el capitán Toribio nacería a principios de la década de los años veinte del siglo XVII, como los hijos de las esclavas fueron bautizados entre los años 1662 a 1686 estuvo violándolas desde que tenía unos 42 años hasta que murió con unos 66. Eso sí, el matrimonio era muy católico, en su casa había una capilla, y daban mucho dinero para las iglesias y se enterraron dentro de la iglesia, lo que estaba vedado para los hijos del estado llano.
Se trasladaron a vivir fuera de Montijo porque aquí tenían que pagar impuestos y los hidalgos no estaban acostumbrados a ello, pero los pecheros (el estado llano) sí que tenían que pagarlos.
Las brujas
Fermín Mayorga Huertas también nos habla en su ponencia de las llamadas brujas, que en la realidad eran curanderas que revestían sus medicinas naturales de palabras esotéricas para ganarse la vida. Un caso juzgado por la Inquisición de Llerena fue el de la montijana
-JUANA OLALLA “alias La Palanca”, que fue condenada “por hacer pacto explícito con el diablo”. La denuncia contra ella la inició el sacerdote de Montijo Fernando de Silva y el delator había sido “su teniente Miguel García”.
En la carta de delación citaba unas declaraciones de Leonor González, de fecha 17 de febrero de 1766, donde decía “que sabía de oídas que la misma usaba de varios medios superticiosos… para hacer sus conjuros o hechizos, los cuales producían la muerte a las personas… María Rubia y Catalina González declaran que es cierto han acudido a la reo, así estas como otras personas, cuando se encuentran en alguna aflicción por la falta de sus maridos, padres o hermanos… Catalina González, de 50 años, casada con un contrabandista, dice que es cierto que ha oído a la reo que sabe unas oraciones pero que no sabe cuales son, pero que son muy buenas para liberar a los contrabandistas, arrieros y caminantes de los guardas de la Real Hacienda…”
Como se ve las pruebas eran suposiciones no contrastadas y el verdadero motivo de su persecución por la Inquisición estaría en la presión de los médicos de carrera contra las que le hacían la competencia en las clases populares.
Juana Olalla fue condenada en 1794 con el destierro por dos años del pueblo. Su caso viene también recogido en el libro “Las Penas de Cámara” existente en el Archivo Municipal de Montijo.
La prisionera. Caprichos de Goya. Museo del Prado.
En este libro vienen también casos como el de diez mujeres de Montijo que fueron multadas con 30 reales por salir de ronda por la noche. Atreverse a divertirse por las noches era un delito en aquella sociedad puritana y conservadora en la España rural de finales del XVIII, muy alejada de la Ilustración.
María Francisca de Sales Portocarrero, VI Condesa de Montijo
(Madrid, 1754 / Logroño, 1808). Destacada ilustrada y heterodoxa, fue secretaria de la Junta de Damas, precursora en reivindicar la igualdad y los derechos de las mujeres, abriéndose camino, a base de trabajo, en sus inicios en una sociedad entonces muy tradicional y cerrada. Constituyeron una pionera manifestación feminista, en favor de los derechos de las mujeres. Fue reformadora de las cárceles de mujeres y de la Inclusa de Niños Expósitos. Sus tertulias semanales eran las más famosas en Madrid porque por ellas pasaban los ilustrados y liberales más renombrados del país.
Estuvo desterrada por la Santa Inquisición en Montij en 1805/6. Sus ideas progresistas imaginamos que influirían en las personas más activas y dinámicas de Montijo.
(Para conocer con detalle su historia recomiendo leer el documento de Manuel García Cienfuegos “La Ilustración en el Condado de Montijo” publicado por la Asociación Cultural Coloquios Históricos de Extremadura. Pdf)
María Francisca de Sales cuando estudiaba en el colegio de las Salesas, de Madrid. Foto publicada en el blog de Manuel Cuerpo Rocha …
María Cambero, la Agustina de Aragón montijana
Dibujo de Estanislao García Olivares publicado en el libro de Alberto González Rodríguez “Historia de Badajoz”.
Este personaje se movía durante la Guerra de la Independencia contra los franceses.
Nicolás Díaz y Pérez en su libro “Diccionario histórico, biográfico, crítico y bibliográfico de autores, artistas y extremeños ilustres”, editado por Pérez Boix De. Madrid, en 1884, en su tomo I, página 128,incluyó a la que consideraba “extremeña ilustre”. Dice lo siguiente:
“Cambero (María), conocida mayormente por el nombre de “la Maricona”, nacida en el Montijo, el año de 1776.
El día 30 de mayo de 1808 se amotinó Badajoz, porque había visto no se que sospechosos actos en el General Gobernador de la provincia, y entonces Capitán general, Conde de la Torre del Fresno. Sirvió de motivo el que, siendo aquel día de San Fernando, día del Rey de España, no se había izado bandera en los establecimientos públicos, y cuando la Junta de Defensa se encontraba reunida, los amotinados, en número de 4.000, se dirigieron a la batería de San Vicente con ánimo de disparar los 25 cañonazos de la salva real.
Una mujer varonil, la María Cambero, iba a la cabeza del motín; y ella misma, tan pronto llegó al sitio donde estaba el primer cañón, le sirvieron la pólvora necesaria, y con sus propias medias y el mantón que llevaba sobre los hombros, cargó y disparó el primer cañonazo en medio del entusiasmo de aquél pueblo, y detrás de aquél todos los demás hasta 25.
Aquello, que era pura expansión del pueblo, acabó con una funesta tragedia. Los amotinados, unidos a las tropas que abandonaron los cuarteles, se apoderaron del Conde de la Torre del Fresno, que estaba refugiado en el cuerpo de guardia de Puerta de Palma, y le cortaron la cabeza, arrastrando después el cuerpo inanimado del General por las principales calles de la ciudad.
La María Cambero, que se hizo célebre desde aquél día, murió algunos años después vadeando el Guadiana, en uno de los muchos viajes que hacía al Montijo”.
El camino de Montijo a Badajoz por entonces era el que salía de la calle Badajoz, pasaba por el Condado de Torrefresno hacia Talavera; en el río no había badén y tenían que pasarlo badeando a pie o en mulas ya que no existía barca. En los inviernos lluviosos iba el río muy crecido y era peligroso atravesarlo, siendo corriente el arrastre y ahogamiento de personas y animales que cruzaban por él. Y una de las víctimas fue esta heroína montijana.
Alberto González Rodríguez estudia en su libro “Historia de Badajoz”, publicado por Universitas Editorial en 1999, habla en la página 322 de María Cambero al frente del motín del 30 de mayo de 1808 en la capital de Extremadura de ese momento contra los invasores franceses y su oligarquía local. Toribio Gragera y Arguello, conde de Torrefresno, era partidario del rey Fernando VII y representaba para el pueblo el poder absoluto asfixiante del Antiguo Régimen.
Dice Alberto que “Una de las cabecillas del levantamiento” era María Cambero, que había nacido y criado en Montijo aunque vivía desde hacía un tiempo en Badajoz, imaginamos que al haberse casado con un pacense. Se dedicaba a la venta, por lo que era muy conocida en los ambientes populares. Tenía 32 años en mayo de 1808, por lo que nacería en 1776.
Era una mujer rompedora que no aceptaba el estado de postración y subordinación de su género. A principios del siglo XIX una mujer que tenía iniciativa, valentía, arrojo, y participaba directamente en los hechos históricos de su país, era tildada por los hombres de “varonil”, “maricona” o “la María”, pues se salía del rol que le tenían asignado estos a las mujeres.
Ana Mesa, una librepensadora del siglo XIX
El 19 de agosto de 1894, siendo alcalde Antonio Mateo Pinilla, del Partido Conservador, se presentó en el pleno de la Corporación “una instancia dirigida al Ayuntamiento por Ana Mesa y su hijo D. Bernabé Rodríguez, para poner en conocimiento del Cuerpo Municipal a fin de que conste reconocimiento público que renuncian en absoluto a la Religión Católica, Apostólica y Romana y que son de ideas librepensadoras”. El Ayuntamiento se dio por enterado.
Bernabé Rodríguez Mesa era sastre de caballeros y vendedor de libros, de ideas republicanas y perteneció a la masonería.
Dicen Fernando Cortés Cortés y Manuel García Cienfuegos en su artículo “Una tourné de Meceditas Sosa y Juan Fabre” publicado en el periódico Crónicas de un Pueblo el 1 de agosto de 2019: “…. El maestro Bernabé era corresponsal de las principales casas editoriales de Madrid y Barcelona, centro de suscripciones y vendía toda clase de libros, en su taller de la calle Coso, núm. 4, hoy calle Antonio Maura… La sastrería de Rodríguez Mesa, dicen las crónicas, que tenía el atrayente nombre comercial de “La Elegante”.
…Debió nacer en 1858, pues en el padrón parroquial de 1884 tenía veintiséis años, vivía en la calle Carreras núm. 42 con su madre Ana, y sus hermanas Catalina y Josefa, solteras como él, y su tía María. Fue fundador y socio del Círculo de Artesanos, hoy Casino, influyendo en sus principios y fines. Rodríguez Mesa fue corresponsal del diario republicano “La Región Extremeña”, periódico continuador de “La Crónica”…
Ana debió nacer en otra población pues ese apellido no existe en Montijo, a mediados de los años treinta del siglo XIX. Mujer valiente que no le daba miedo en aquella sociedad conservadora hacer públicas sus ideas agnósticas y librepensadoras.
Seguramente habría en Montijo más mujeres que pensaban como ella.
Belen de Sárraga
Para comprender como esta mujer y algunas montijanas más se hicieron librepensadoras tenemos que ver la influencia de todo un movimiento de mujeres que se desarrolló en los últimos años del siglo XIX. Manuel Almisas Albéndiz escribe en su artículo “Feminismo: el legado de las librepensadoras. Descubriendo a Dolores Zea”, en el periódico El Plural del 4 de octubre del 2020: “…En marzo de 1891 la obrera textil y anarquista Teresa Claramunt y la camisera Joaquina Matas crearon en Barcelona la “Sociedad Autónoma de Trabajadoras”…
La pionera de las mujeres librepensadoras fue la poetisa sevillana Amalia Domingo Soler quien fundó en 1879 un semanario “La Luz del Porvenir” en Barcelona y se volcó en apoyar la enseñanza laica y librepensadora. En febrero de 1886 asistió en esa ciudad a un mitin de la Confederación Universal de Librepensadores ”… a partir de 1891, se sumará a esta militancia librepensadora otra mujer, sevillana también y recién llegada a Barcelona, la poetisa y dramaturga Ángeles López de Ayala, teniendo ambas una presencia constante en los mítines en defensa del laicismo en la enseñanza, el anticlericalismo y el librepensamiento barcelonés y catalán. Pero hasta ese momento no se habían propuesto organizar a las muchas mujeres que frecuentaban esos ambientes republicanos, espiritistas y masones… Belén Sárraga Hernández, de apenas 20 años de edad y natural de Valladolid, en contacto con las dos anteriores se convirtió en la presidenta de la «Asociación de Mujeres Librepensadoras» de Barcelona en febrero de 1896. Era la segunda sociedad de mujeres organizadas… se trasladara a la ciudad de Valencia. Allí se llevó la primera revista feminista que había fundado en junio en Barcelona, La Conciencia Libre, y creó por fin la «Asociación General Femenina» en 1897 con el concurso inestimable de las hermanas gaditanas Amalia y Ana Carvia Bernal, fundándose sucursales en Cádiz y Huelva, y en varios pueblos de la provincia de Valencia.
Finalmente, en mayo de 1898, Ángeles López de Ayala fundará en Barcelona otra asociación feminista y librepensadora que tendrá un próspero recorrido de más de dos décadas, la «Sociedad Progresiva Femenina», cuya presidenta de honor de por vida fue Amalia Domingo Soler. Al servicio de esta asociación feminista pondrá su diario El Progreso, que también se convirtió en «órgano de todas las sociedades femeninas y de las mujeres obreras»… la malagueña Dolores Zea Urbano, maestra de profesión, que también siguió la estela… en Barcelona de la década de 1890. Allí fue, nada menos, desde su fundación, que la Secretaria de la «Sociedad Progresiva Femenina» durante ocho años, ejerciendo de maestra laica, administradora de El Progreso, directora y profesora…
Las Dominicales del Libre Pensamiento (Madrid) fue un semanario que vio la luz en 1883, y donde todas estas mujeres colaboraron con asiduidad.”
Los motines de mujeres a finales del siglo XIX y principios del XX
Martín Baumeister, en su libro “Campesinos sin tierra. Supervivencia y resistencia en Extremadura (1880-1923)”, editado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en 1996, nos habla de este tipo de acciones protagonizadas por las mujeres de las clases populares para asegurarse la alimentación de la familia.
El impuesto sobre los consumos de alimentos básicos y los recargos de los Ayuntamientos afectaba a la subsistencia de las clases bajas y provocaba motines en el último cuarto del siglo XIX y principios del XX. En las plazas de los pueblos se congregaban grupos de mujeres con sus hijos gritando “abajo los consumos y el pan a real”, se quemaban los instrumentos de recaudación, del libro de registro y del peso, mientras que los hombres estaban en el campo trabajando. “Siempre se hablaba de los gritos y de los gestos agresivos de los manifestantes, especialmente de las mujeres, con los que exponían sus reivindicaciones” (página 263).
Manuel Rodríguez Pérez recoge una noticia de un periódico de Badajoz de abril de 1896: «El domingo, día 26 del actual, se presentaron en manifestación al Ayuntamiento, aunque pacifica, varias mujeres del pueblo en demanda de que se rebajase el precio del pan, que estaba en 35 céntimos, y en protesta de que algunos que habíanse recogido estaban faltos de peso. En dicho día solo se encontraban en el Ayuntamiento D. Juan Piñero Rodríguez, primer teniente de Alcalde, y un corto número de concejales, por lo que ni se celebró sesión; más el Sr. Piñero, abonó a los panaderos (las multas impuestas) lo que valía el pan decomisado, y fue este repartido, entre los necesitados, que al ser muchos, a poco tocaron. También prometió a las manifestantes, reunir a los labradores, para que estos dieran la poca ocupación que haya de siega, a los del pueblo y no a los forasteros, que todos los años son un gran número. Además pudo conseguirse de los tahoneros, que trabajaran cinco céntimos el precio del pan…»
Las mujeres pedían “pan barato y con más peso”. Era alcalde el boticario liberal Francisco Alonso Llinás. La fábrica de harinas “La Concepción” vendía todavía en 1897 el pan a 30 céntimos.
En 1898 sucedieron motines en la comarca por la falta de pan, impidiendo las masas hambrientas la exportación del trigo por ferrocarril. Por ello, en 1902, el Centro Obrero “La Defensa” abrió un horno de pan para los socios con el fin de venderlo más barato que la fábrica de harinas La Concepción aunque varios años después lo quitaron.
A comienzos del siglo XX se creó en Badajoz la Sociedad “La Germinal Obrera” de orientación republicano-anarquista, y dentro de ella una Sociedad Feminista, que fue la primera que agrupó a las mujeres trabajadoras para luchar por sus reivindicaciones.
En Montijo también acudían bastantes mujeres a las asambleas del Centro Obrero, pero aún no estaban organizadas. Ya en los años diez eran abanderadas de la Casa del Pueblo de Montijo ROSA CANDADO, esposa de un “margarito”, y FRANCISCA CORDERO MILLÁN (que había nacido por el año 1876), lo que indica que ya había mujeres dentro del centro y que estas eran las más activas en las movilizaciones.
En 1911 pedían la abolición de la contribución de consumos. Durante el quinquenio 1915-1920 se especulaba mucho con los precios del trigo y los alimentos debido a la gran demanda de Europa motivada por la I Guerra Mundial, eso provoca una gran subida de los precios y, por consiguiente, de las manifestaciones de las mujeres por la subsistencia.
El 18 de diciembre de 1916 convocaron una huelga general en España la UGT y la CNT contra la carestía de la vida; en Montijo fue seguida la huelga. En octubre de ese año tienen lugar en Montijo mítines y manifestaciones por el problema de la subsistencia y la escasez de la carestía del pan.
Durante el llamado Trienio Bolchevique (1917-1920) son muy frecuentes en la provincia las protestas de mujeres contra los impuestos sobre los consumos y las autoridades. “Alcaldes, secretarios de Ayuntamientos y párrocos se convirtieron en objetivos de la protesta colectiva porque se les acusaba de hacer daño al bien común…” (página 244 del libro de Martín Baumeister).
Las mujeres en la calle: los motines del verano de 1920 (página 288).
Se conocen 21 casos en la provincia, entre ellos en Montijo. La conciencia femenina se va desarrollando ya organizadas a través de las Sociedades Obreras, en cuyo centro está la cuestión de la alimentación.
Las protestas callejeras de mujeres pedían la rebaja de los precios de la alimentación básica y otros bienes de consumo (página 366), “Las mujeres parecen haber aprendido de los conflictos laborales de sus maridos en su manera de actuar y en sus estrategias de negociación… Su idea de un precio “justo”, es decir, pagable, que se debe lograr con una reducción general del 50%…”
Y en esas manifestaciones se va formando una generación de mujeres montijanas.Foto de mujeres manifestándose contra la subida de los precios de los alimentos / Archivo de la Fundación F. Largo Caballero, Madrid.
Fernando Cortés Cortés y Manuel García Cienfuegos publicaron en el periódico Crónicas de un Pueblo de 4 de septiembre de 2019 el artículo «Las mujeres contra la carestía de la vida», en el que dicen:
«Eran los últimos días de junio de 1920. El Correo de la Mañana informaba que habían estado circulando por Badajoz noticias relacionadas con motines y disturbios ocurridos en diversos pueblos de la provincia a causa de la carestía de los artículos de principal consumo… en Montijo. “Las noticias que se reciben acusan que la situación va mejorando paulatinamente. No obstante, el comercio todo continúa cerrado. La comisión nombrada para conseguir la rebaja de los precios en los artículos de mayor consumo, prosigue realizando gestiones activamente. No ha vuelto a alterarse la tranquilidad después de la concentración de las fuerzas de la Guardia Civil”. Días después se comunicaba que “una nutrida manifestación de mujeres acudió al Ayuntamiento de Montijo en demandan para que se abaraten las subsistencias. Los industriales solicitaron un día de plazo. Témese en alteración en el orden público”. Era la mujer la que se lanzaba a la calle, reclamando lo complicado que era hacer la compra por la carestía de los productos de alimentación. Sin embargo, aún faltaban trece años para que esas mujeres que se manifestaban pudiesen votar en unas elecciones como personas libres. Pero aún seguimos con las noticias de aquellos días en Montijo: “Hoy día de San Pedro, para evitar posibles disturbios se cerrarán los cafés y las tabernas. Las autoridades piden que se envíen fuerzas de la Guardia Civil”. Era alcalde Modesto Rodríguez Gómez y los primeros tenientes de alcalde, Pedro Quintana y Fernando Mendoza Bootello.»
Las primeras montijanas que estudiaron carreras y las ejercieron
A lo largo del siglo XIX empezaría la mujer a ocupar oficios y profesiones que antes les habían sido vedadas, entre ellas la de Maestra de Escuela.
En el libro “Cien años de cultura en Montijo”, estudio colectivo que publicamos la Agrupación del P.C.E. de Montijo en 1978, hablábamos de las primeras maestras que dieron clase en el pueblo durante la Restauración, recogidas de los libros de actas de los plenos del Ayuntamiento. Y en el artículo “Antes del florido pénsil” de Sabina Gómez Quintana, publicado en la Revista de Ferias de 1998, ampliaba sobre las primeras maestras de las que tenemos noticia en Montijo fueron en las escuelas públicas:
-DOLORES CAMPOMANES
-CLAUDIA RUÍZ en 1877.
-NATIVIDAD CAPILLAS ACEVEDO, estaba de auxiliar interina en 1881.
-MÁXIMA MATEO en 1888.
-JUANA FRANCISCA LUENGO en 1892.
-LUISA MARTÍNEZ era auxiliar interina en 1895.
-DOLORES CAMPO regentaba en 1898 la escuela elemental de niñas, asistida por:
FILOMENA PÉREZ y MARÍA PRADO PÉREZ.
Como maestras privadas que ejercieron a comienzos del siglo XX conocemos a:
-ASCENSIÓN FRÍAS SILVA tenía su escuela en la calle Mérida.
-TERESA RODRÍGUEZ CAPILLA tenía su escuela en la plaza de Alfonso XIII.
-VICENTA CAPILLA en la calle Mérida.
-FRANCISCA CAPILLA, prima de Vicenta, en la actual Avenida Emperatriz.
-CATALINA CARRETERO.
Ellas enseñarían a varias generaciones de niñas montijanas una serie de conocimientos que les abrirían las puertas a un mundo más libre e igualitario.
Actrices de teatro y músicas
En el teatro de aficionados intervinieron algunas mujeres montijanas en la Sociedad López de Ayala, creada en Montijo en 1883. Entonces estaba muy mal visto ser “artista” pero había mujeres que no les importaba.
En la década de los años diez, del siglo XX, interpretaba comedias y dramas AMPARO CRUZ. En la Casa del Pueblo también había un grupo de las juventudes.
Pianistas montijanas también tuvimos . A finales del siglo XIX y principios del XX tocaba el piano CARMEN SANZ en los bailes y conciertos organizados por las sociedades “La Unión” y “Los artesanos”. Posteriormente continuarían RAFAELA GUISADO DONOSO, pianista, compositora, directora de orquesta y coros, e ISABEL JORGE, pianista y directora de orquesta.
No quiero relatar la gran labor realizada por muchas jóvenes trabajadoras montijanas durante la II República porque yo lo estudio en otro trabajo publicado en este blog.
Faltan muchas, mi objetivo era poner en su sitio a las mujeres que tuvieron que luchar, en otras épocas muy difíciles, por abrir el camino de la igualdad y la dignidad de su género. Que nunca se les olvide.