Ramón Cueto Arduengo. Un esclavista en el Montijo del siglo XIX

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Antes de nada debe recordar que Antonia Gómez Quintana publicó un artículo muy completo sobre este personaje en la Revista de Ferias del año 2002 titulado “Retrato de un indiano”, páginas 54 a 58.

El personaje que vamos a estudiar nació en Carangas (Asturias) en 1839, un lugar y parroquia del concejo de Ponga, situado en el Parque Natural de Ponga, comarca de Oriente. Está a unos 800 metros de altitud, situado al sur de Ribadesella y al este de Langreo y Mieres. Se llega por una muy empinada y estrecha carretera desde la AS-261, perdida en la montaña habitada por osos. En la actualidad tiene solamente 12 habitantes.

Foto tomada de la página Tiatordos, Asociación Hostelería y Turismo de Ponga.                    

Ramón era hijo de Gabriel Cueto y Ramona Arduengo y tenía al menos un hermano: Manuel que estaba casado y tenía hijos.
Las frias majadas o brañas para meter el ganado y refugiarse los pastores eran muy corrientes en toda la zona.                                                                                            Imaginamos que el niño Ramón Cueto se dedicaba desde bien pequeño a cuidar el ganado de la familia y a dormir en estas covachas frías y antihigiénicas.
Durante el siglo XIX se generalizó en el municipio, como en toda Asturias, un fuerte movimiento migratorio hacia América. Como muchos paisanos suyos, Ramón Cueto veía que en su aldea no tenía ningún porvenir y diría lo mismo que Escarlata O`Hara en Lo que el viento se llevó: “juro ante Dios que nunca más volveré a pasar hambre” y se fue bien joven, allá por el año 1857, a hacer las Américas a la isla de Cuba. El negocio más rápido y próspero en Puerto Rico y Cuba era la trata de esclavos, trayéndolos desde la Guinea Española, y a eso se dedicó Ramón.
Dice Francisco Arenas en su artículo “La corona española y el tráfico de negros (El gran negocio de los borbones)” publicado en su blog ©Mis historias borbonicas, el día 25 de octubre de 2012: “Inglaterra… no sería hasta 1832 cuando aprueba la abolición del de la esclavitud en las colonias británicas. Los borbones españoles, que se habían dado cuenta del gran negocio, no renunciaron a ello a pesar de los tratados que firmaban y presiones que recibían del resto de las naciones. No sería hasta la llegada de la primera República Española en 1873 cuando fue abolida la esclavitud en Puerto Rico, pero no en Cuba donde seria abolida en 1886. Decir, que la mayoría de los grandes bancos españoles ce crearon con el dinero recibido como indemnización a los esclavistas de Cuba y Puerto Rico. Fue, por tanto, España el último país en participar de manera activa en el tráfico de esclavos, fue la última en abolir la esclavitud…”

Tráfico atlántico de esclavos. Dibujo publicado en el artículo de Francisco Arenas.

Dolores García Cantús, del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia, nos cuenta en su tesis doctoral “Fernando Poo, una Aventura Colonial Española en el África Occidental (1778-1900)” como funcionó el trato de esclavos por españoles desde la Guinea Española hacia Cuba. Estudia al más famoso traficante de esclavos español desde los años veinte del siglo XIX, el malagueño Pedro Blanco Fernández de Trava. Este atrajo a otros traficantes, entre ellos los españoles José Ramón Vicuña y Gume Suárez.
“Los sobrinos de Blanco Fernando y Julio, entraron en el negocio, y una vez acumulada cierta riqueza se convirtieron en honorables comerciantes con patrimonio en Londres, Liverpool, La Habana, Santiago, Madrid, Cádiz, Barcelona, Santander y Bilbao.
Blanco tenía importantes clientes como Drake y Cia., el conde de Brunet y el alavés Julián Zulueta de Ceballos, quién se convirtió en uno de los mayores plantadores de azúcar en Cuba, se dice que tenía unos 660 esclavos africanos y 110 culíes chinos, así mismo fue el mayor abastecedor de Fernando Poo a través de la casa filial de los Zulueta en Londres, que era el principal accionista de la compañía » Expedición por África» que poseía más de 20 barcos. Dada su inmensa fortuna y sus negocios se le concedió el título de marqués de Álava.”
Blanco consiguió ser nombrado Intendente de la Armada, abrió una casa en la plaza de Armas de la Habana cerca del puerto y junto a las instituciones del poder, y estableció una compañía de comercio legal.
Uno de los grandes comerciantes negreros de la Isla de Cuba por el año 1857 era Joaquín
Gómez.

             Navío negrero atravesando el Océano Atlántico. Dibujo de Robert Walsch.

Martín Rodrigo y Alhajilla, profesor de la Universidad Pompeu Fabra y autor del libro “Negreros y esclavos. Barcelona y la esclavitud atlántica (siglos XVI-XIX)”, de la editorial Icaria, estudia cómo muchas de las principales familias de la burguesía de Barcelona tienen sus orígenes en la trata de esclavos, como Josep Xifré i Casas (1777-1856), propietario de esclavos, concejal del Ayuntamiento de Barcelona y fundador de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona; el hacendado vizcaíno Agustín Goytisolo Lezarzaburu que volvió a Barcelona en 1870 igual que el riojano Venancio Solozabal.
El más famoso esclavista del siglo XIX y propietario de varios ingenios de tabaco en Cuba fue Antonio López y López, primer marqués de Comillas, fundador del Seminario Pontificio de Comillas (la Iglesia no tuvo escrúpulos en aceptar una donación tan costosa de un tratante de esclavos). Xavi Domingo publicó en nuevatribuna.es un artículo el día 1 de octubre de 2018 titulado “El negocio de la esclavitud estaba en América. La desconocida historia de la esclavitud en España” y dice: “En el Puerto de Barcelona se levanta un monumento en honor a Antonio López y López, primer marqués de Comillas, destacado prohombre de la ciudad que hizo fortuna con la trata de esclavos en las Antillas. Su hija se casó con Eusebi Güell, mecenas de Antoni Gaudí e inspirador del espectacular parque Güell, que a la vez había recibido una considerable fortuna de parte de su padre, Joan Güell i Ferrer (también con un monumento en plena Gran Vía), que se había enriquecido también con la trata de esclavos. Josep Xifré, primer presidente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona (el embrión de La Caixa), también se lucró con el negocio de los esclavos. La familia Vidal-Quadras (los antepasados del eurodiputado del PP Alejo Vidal-Quadras) participaron del mercado esclavista en el siglo XIX. Alicia y Esther Koplowitz, dos de las empresarias más conocidas de España, son hijas de Esther Romeu de Juseu y Armenteros, aristócrata cubana y como ellas marquesa de Casa Peñalver, de Campoflorido, del Real Socorro y de Bellavista, pomposos títulos unidos a las grandes plantaciones familiares en Cuba con cientos de esclavos. Pablo Epalza, futuro fundador del Banco de Bilbao (BBV) amasó también gran parte de su fortuna con la trata…. . La reina María Cristina de Borbón, con monumento frente al Casón del Buen Retiro y célebre parada de metro en Barcelona, en compañía de su segundo esposo, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, I Duque de Riánsares, practicó y promovió la trata de esclavos en las islas caribeñas y tuvo participaciones en diversos ingenios azucareros en el siglo XIX…. Otro ilustre de nuestra historia es Leopoldo O’ Donnell, expresidente de gobierno que ejerció la Capitanía general de Cuba con puño de hierro entre 1843 y 1848, ordenó una cruel represión tras una revuelta esclava en la isla, conocida como Conspiración de la escalera, por ser el utensilio que utilizaron para torturar a los sediciosos. Sin duda le interesaba controlar un negocio del que se lucraba indirectament; según el cónsul británico en la isla, por cada “pieza” desembarcada recibía 51 pesos de los negreros. Los ingleses calcularon que debió amasar hasta 500.000 pesos durante su estancia en la isla (el equivalente a diez millones de reales en la moneda española de la época, una fortuna). Incluso en los últimos años del negocio negrero, cuando solo subsistía en Brasil y en las Antillas, el ilustrísimo político español Antonio Cánovas del Castillo luchó ferozmente contra los proyectos abolicionistas que surgieron en las Cortes entre 1869 y 1870… Juan Manuel Manzanedo, natural de Santoña, cuyo pasado oscuro registró Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, llegó a Cuba como sirviente y acabó amasando una gran fortuna como traficante que después reinvirtió en la promoción del prestigioso barrio de Salamanca en Madrid… Son solo algunos de muchos ejemplos que ligan nuestro actual stablishment político y financiero con la luctuosa y desconocida trata de esclavos española, un negocio grandioso que permitió financiar la revolución industrial que vivieron principalmente Cataluña y el País Vasco en la segunda mitad del siglo XIX. Una terrible lacra que pervivió en territorio español hasta la cercana fecha del 7 de octubre de 1886,… Desde el sur de España surgió otro hombre importante en el negocio negrero, el gaditano Manuel Pastor Fuentes, un coronel retirado que aprovecho su capacidad técnica y organizativa para impulsar el negocio de la trata de esclavos hasta sus más altas cotas de beneficios financieros y políticos. Se conoce que fue quién implanto la cuota por cada negro introducido en la isla que después él mismo se encargaba de trasladar a la reina madre María Cristina de Borbón. Su hija, la reina Isabel II le nombraría senador vitalicio y otorgaría el título de conde de Bagaes….”

Barcos negreros en el puerto de Fernando Poo (Guinea Española) en el siglo XIX.
Foto tomada del artículo PEDRO BLANCO, EL MAYOR TRAFICANTE DE ESCLAVOS

Volviendo a nuestro indiano de Carangas Ramón Cueto, también trabajó en el tráfico de esclavos entre África y Cuba por los años sesenta, seguramente al servicio de algunas de las compañías esclavistas que hemos citado arriba. Pero en la península comenzó un fuerte movimiento para abolir la esclavitud, lo que ya se había hecho hacía unos treinta años en Europa. De Wikipedia tomamos las siguientes notas: “No fue hasta 1864, de la mano del puertorriqueño Julio Vizcarrondo, cuando se creó la Sociedad Abolicionista Española, que se marcó en su declaración fundacional como objetivo «propagar el principio de la abolición de la esclavitud y estudiar los medios más convenientes para llevarla a cabo» en Cuba y Puerto Rico… Aparece así el “El Abolicionista Español” como órgano de expresión societaria, donde escribirían Víctor Hugo, Luís María Pastor, Rafael María de Labra, Pi y Margall, José Luis Giner y Emilio Castelar, entre otros, apoyándose en el tiempo en otros medios de comunicación que serán decisivos en la transmisión del mensaje antiesclavista al conjunto de la sociedad en general, y de la clase política en particular: La Propaganda, La Discusión, La Tertulia y El Debate. El 10 de diciembre de 1865 la Sociedad Abolicionista se presentó en un acto público en Madrid, en el teatro de Variedades, con una gran asistencia de público…

Manifestación en Madrid a favor de la abolición de la esclavitud en 1873. Dibujo de M. Vierge

El gobierno de Leopoldo O’Donnell asumió la propuesta y en julio de 1866 se estableció que la trata de esclavos se consideraría un acto de piratería, lo que forzó en buena medida a las compañías españolas a retirarse del mercado. Sin embargo, estos primeros frutos de la asociación se vieron pronto frustrados con la caída de O’Donnell y la llegada al poder de Ramón María Narváez, que prohibió las actividades públicas de la asociación y persiguió a muchos de sus miembros, entre ellos el propio fundador, Vizcarrondo, que debió exiliarse. Sería con la revolución de 1868 que dio término al gobierno Narváez y al propio reinado de Isabel II, la que permitió a la entidad retomar sus actividades… La asociación se hizo más combativa, y en sus nuevos pronunciamientos a partir de 1868 apostó por la abolición de la esclavitud sin restricciones, … Sin embargo las aspiraciones societarias se vieron frustradas con la aprobación de la Constitución de 1869 que no recogió las propuestas enviadas por la asociación a las Cortes para establecer en la norma fundamental la abolición de la esclavitud. Además, la guerra de Cuba retrayó a los legisladores de cualquier paso en ese sentido. Así, en 1870, el Comité Permanente de la Conferencia Internacional de París, apoyado por buena parte de las sociedades antiesclavistas europeas, fue especialmente crítico con la situación en España… Segismundo Moret, ministro de Ultramar y miembro de la Asociación, presentó y obtuvo de las Cortes la aprobación de la primera ley española de corte abolicionista que declaró libres a los esclavos nacidos a partir del 17 de diciembre de 1868,…. A pesar del avance que supuso la norma, conocida como ley Moret, la asociación se opuso, básicamente porque era muy restrictiva y reservaba muchas facultades en su aplicación a los capitanes generales de Cuba y Puerto Rico, así como a la legislación reglamentaria de desarrollo. Con Fernando de Castro presidiendo la asociación desde finales de 1870, la entidad dedicó sus esfuerzos a buscar una efectiva aplicación de la ley, presionando al gobierno que, sumido en profundas crisis, no desarrolló la norma ni hizo cambio alguno, sin que las elecciones de 1871 cambiasen el panorama. El reinado de Amadeo I abrió la puerta a que las reivindicaciones abolicionistas fueran escuchadas, aunque sólo se consiguió la aprobación del reglamento de aplicación de la ley Moret en 1872. Los abolicionistas cambiaron de estrategia y se centraron en la abolición en Puerto Rico, dadas las fuertes resistencias en Cuba de los propios colonos y los efectos de la guerra. Así, Tomás Mosquera presentó a finales de 1872 un proyecto de ley de abolición inmediata de la esclavitud en Puerto Rico, apoyado por la Asociación en una multitudinaria manifestación celebrada en Madrid el 12 de enero de 1873… En 1872 el gobierno de Ruiz Zorrilla elaboró un proyecto de ley de abolición de la esclavitud en Puerto Rico que fue respaldado por un Parlamento dominado por una alianza, en esta cuestión, de monárquico-progresistas (como el mismo jefe de gobierno Ruiz Zorrilla) y de republicanos (como Castelar o Pi Margall)… La ley por la que se abolía la esclavitud en Puerto Rico fue finalmente aprobada el 22 de marzo de 1873, un mes después de la abdicación del rey y de haberse votado la proclamación de la Primera República Española. Cuba debió esperar varios años más que Puerto Rico, ya que la definitiva abolición no llegó hasta la ley promulgada el 13 de febrero de 1880 por Alfonso XII, complementado por el real decreto de 7 de octubre de 1886, que liberó los 30 000 esclavos que quedaban.”
Y debido a estas trabas legales y de todo tipo a la trata de esclavos, muchos negreros regresaron a la península con las arcas bien repletas, entre ellos Ramón Cueto, que estuvo en América solamente unos quince años por lo que no creo que pudiese comprarse barcos propios. Cuando tenía treinta y tres llegó a Montijo, en 1872, con mucho dinero y le compró la casa más grande que había en el pueblo (que había sido construída a mediados del siglo XIX por Vicente de las Torres Calderón, procedente de familia hidalga y había sido alcalde) a Pedro Bueno Gragera el día 28 de agosto de 1872 “por la asombrosa suma de 18.750 pesetas” dice Antonia Gómez, que estaba en la Plaza Mayor y era la única que tenía tres plantas. Desde entonces se la conocerá como la Casa del Navegante Negrero o del Embarcado.   La casa había sido construida a mediados de ese siglo por la Sra. de las Torres.
¿Por qué no regresó a su Asturias natal, como hacían la mayoría de los indianos, y se vino a vivir a una región tan distinta y calurosa como Extremadura? ¿Es que estaba perseguido por la justicia o había cometido algún delito en su tierra natal? Lo desconocemos por ahora.
Era muy corriente en los indianos que regresaban a la península que se trajesen algunas esclavas para que se encargasen de las tareas domésticas, aunque cómo ya era ilegal en la península solían hacer unos contratos simulados por varios años prorrogables. ¿Se trajo Ramón de Cuba esclavos negros como sirvientes?

En esta pintura de Montijo, realizada por el año 1863, que se encuentra en la ermita de Barbaño, resalta la casa del Navegante a la derecha cerca de un ciprés.

D. Ramón de Cueto y Arduengo se casó con Carolina de la Riva González, hija de Gabriel de la Riva, uno de los mayores contribuyentes de Montijo, mercader de lienzos y rematante de puestos públicos que vino de las tierras de Cameros, en La Rioja, fue concejal y Mayordomo de Propios en el Ayuntamiento.  Dice Antonia Gómez “Carolina de la Riva González (1847-1875), hija de María Presentación González Pérez y Gabriel de la Riva, familia afincada en la calle Cárcel (Eugenio Hermoso), esquina con la Plazuela de Severo (Plaza del Rey) vivienda actualmente ocupada por una entidad bancaria».               Ramón y Carolina vivieron en Montijo como personas decentes y cristianas sin airear su pasado.

Foto  de la Casa del Navegante Negrero o del Embarcado, tomada de la página web minube.com viajes.

La Primera República Española se proclamó el 11 de febrero de 1873 y duró hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el pronunciamiento del general Martínez Campos dio lugar a la restauración de la monarquía borbónica.
Durante ese periodo, los trabajadores agrícolas de Extremadura (y de Montijo), que habían sido los campesinos que trabajaban en arriendo las tierras comunales y de la Iglesia antes de la Desamortización y habían sido expulsados de ellas por los nuevos compradores quedándose en la miseria, provocaron una serie de conflictos como incendios de cosechas y de las Eras, enfrentamientos con los segadores portugueses y ocupaciones de fincas que antes eran trabajadas por ellos (Ver el libro coordinado por Juan Carlos Molano Gragera “Introducción a la historia del movimiento obrero en Montijo”, editado por el PCE en 1982, páginas 15 a 17).
El Partido Republicano tuvo mucha influencia en esos momentos. El gobernador civil enviaba, tras estas movilizaciones, a fuerzas de infantería y de la Guardia Civil para reprimirlas. El día 2 de julio de 1873 hubo un incendio provocado en la casa de un propietario de tierras, el día 12 hubo cinco incendios en las Eras en pocos días, en la madrugada del 29 de julio incendiaron el doblado de la casa de Joaquín Bootello, el montijano que había comprado más tierras de la Iglesia en la Desamortización, en los meses de agosto y septiembre hubo ocupaciones de fincas en Montijo, etc.
En medio de esta situación conflictiva, el 24 de agosto de 1873 se constituyó una nueva Corporación Municipal con mayoría conservadora que incorporaba nuevos nombres a la vida municipal. Así, Miguel Molina Caballero es el alcalde (ya había sido alcalde del Partido Moderado en los años 1854 y 1857/58) que estará en el cargo hasta 1876, Antonio Mateo Pinilla el 1º teniente y Ramón Cueto Arduengo el 2º teniente de alcalde, todos del Partido Conservador. Es decir, que a los pocos meses de llegar a Montijo Ramón entra de lleno en la política local y tiene influencia entre los propietarios de tierras e industrias montijanos.
El Partido Conservador fue creado por Antonio Canovas del Castillo durante el Sexenio Democrático (1868-1874), llegó a la política a través del periodismo trabajando desde 1849 en el diario de Joaquín Francisco Pacheco, líder del grupo «puritano» que representaba el ala más conciliadora del Partido Moderado del reinado de Isabel II. Cánovas aglutinó en el P.C. a puritanos y políticos conservadores de la Unión Liberal creada por Leopoldo O’Donnell para interponerse entre moderados y progresistas. Durante el Sexenio Revolucionario Cánovas del Castillo asumió el liderazgo de la minoría conservadora en las Cortes, señalándose en los debates en contra del sufragio universal, la abolición de la esclavitud y la libertad de cultos. Atacó tanto al régimen democrático de Amadeo de Saboya como a la Primera República que le sucedió. El
La nueva Corporación de Montijo informaba al Gobernador de la provincia y a la Comisión Provincial, que su propósito era la de “hacer conservar la paz en el vecindario y que la ley se cumpla por todos en esta villa”. Los propietarios de tierras iban a cortar en seco las reivindicaciones de los jornaleros.
El día 3 de enero de 1874 tuvo lugar el golpe de Estado del general Pavía, apoyado por la oligarquía y las fuerzas conservadoras del país, para acabar con la República.
En los libros de actas del Ayuntamiento de Montijo de 1875 figura todavía como 2º Teniente de Alcalde Ramón Cueto Arduengo, siendo alcalde Miguel Molina Caballero y 1º Teniente Antonio Mateo Pinilla. En la sesión del 1 de marzo se nombró a Ramón presidente de una comisión para revisar las cuentas de depositaría y de otra para las del Pósito de los ejercicios 1873 y 74.
El día 12 de abril de 1875 y desde el balcón del Ayuntamiento, ante el pueblo reunido en la Plaza, el alcalde Miguel Molina dio la noticia de la proclamación de Alfonso XII como rey de España. La Corporación envió telegramas de adhesión a la monarquía.                             Dice Antonia Gómez que “el 27 de noviembre de 1875 morirá de viruela en su domicilio sin dejar descendientes… sólo once días después, el 8 de diciembre de 1875, Carolina de la Riva, también falleció de viruela …”

La firma de Ramón Cueto no aparece en las actas de los plenos de septiembre en adelante, lo que nos indica que estaría ya enfermo. En la del pleno de 20 de diciembre se nombró 2º Teniente a Pedro Calvo Rodríguez “por haber fallecido D. Ramón Cueto”.
En la segunda mitad del siglo XIX existía esta enfermedad infecto-contagiosa y, al no haber vacunas contra ella, se llevó por delante al 1% de la población de Badajoz.       

Al morir Carolina la casa pasó a su hermana Emilia de la Riva González, casada con Joaquín Núñez Corchero, y posteriormente al hijo de estos: Andrés Núñez de la Riva, propietario, que fue concejal del partido Unión Liberal en 1897. Andrés vendió la casa, a mediados de la década de los años diez del siglo XX, a Juan Bautista Guzmán, propietario a su vez del palacio de los Condes de Montijo y casado con Dorotea Capote; la heredó su hijo Francisco Bautista Capote, casado con Teresa Thomas, realizó reformas en la fachada de la planta baja, quitando dos ventanas para instalar una tienda, en la década de los años veinte.

                           Juan Carlos Molano Gragera. Enero de 2021,



Juan Carlos Molano Gragera
Juan Carlos Molano Gragerahttp://historiasdemontijo.com
Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

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Cuando estudié la carrera de Ciencias Políticas, en la Universidad Complutense, durante los años 1968/72, tuve algunos maestros como Antonio Elorza Domínguez o Juan Trías Vejarano que me enseñaron a investigar en los archivos para elaborar aspectos de nuestra historia. Aquella semilla se fue desarrollando desde finales de los años setenta cuando volví a vivir a Montijo y continúa viva hasta el día de hoy. Espero continuarla hasta que me fallen las fuerzas y la vista. Y me gustaría que se siguiese leyendo después de “pasar a mejor vida”.

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